La forma de jugar
El modo de trabajar
La manera de improvisar
El cómo uno se equivoca.
La aproximación a la belleza.
La consideración con los demás.
La delicadeza en el trato.
La compasión por el dolor nunca ajeno.
A qué dedica el tiempo libre
(el oficio de liberar el tiempo
para dejar que fluya).
La naturaleza de su descanso.
El estilo del delirio de sus ensoñaciones.
La capacidad para imaginar.
La actitud para cada cosa.
La mirada con que se contempla.
La disposición para orar y meditar.
El temple para actuar.
El arte de olvidar lo aprendido,
volver a no saber,
para mirar con ojos nuevos
y volver a empezar.
El oficio de la memoria
que nos nutre en momentos
especiales, trayéndonos
los regalos que nos ha brindado
la vida, las personas queridas,
situaciones únicas, entrañables, inolvidables...
Todo eso y mucho más,
configuran lo que conforma
la propia e insustituible personalidad…
Todo es un don
y a nadie se le niega…
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