Existe un creciente consenso sobre la necesidad de repartir en forma equitativa el poder económico.
por Alejandro Micco - Diario La Tercera 05/12/2011 - 04:00
El 2011 nos mostró que Chile cambió. Con un ingreso per cápita de US$ 15.000 en que cerca del 95% de los jóvenes entre 25 y 30 años tienen educación secundaria, el país no es el mismo que hace dos décadas, donde la extrema pobreza era el imperativo. Este nuevo Chile requiere y exige un nuevo pacto en que el poder político y económico se desconcentren y donde el país entregue más bienes públicos. Esto se traduce en un pacto tributario por el Chile que queremos el 2020.
Los impuestos, aunque impopulares, son indispensables. Estos no sólo recaudan para proveer bienes y servicios públicos, sino que nivelan la cancha y reducen males como el uso indiscriminado de recursos naturales. Es importante recordar que éstos generan distorsiones y reducen los incentivos para la inversión y el trabajo formal, afectando el crecimiento si no se logra un justo equilibrio entre la necesidad de recursos y las distorsiones.
Existe un creciente consenso sobre la necesidad de repartir en forma equitativa el poder económico. Chile exige una reforma sustantiva del sistema educacional para mejorar su calidad y reducir sus inequidades. Nuestro sistema de salud también presenta problemas en este sentido. Plantearse un sistema solidario donde exista un seguro común para el sistema público y privado requiere importantes recursos. Por último, para potenciar nuestra competitividad debemos invertir en investigación y desarrollo, así como en capacitación y políticas pro empleo. Aumentar la participación laboral en los sectores más vulnerables es la herramienta contra la desigualdad. En suma, para lograr un país más igualitario, se requiere un esfuerzo adicional del Estado del orden de tres puntos del PIB.
No es responsable plantear que estas transformaciones se podrán financiar con el crecimiento económico. Los aumentos del gasto del actual gobierno no han tenido su contrapartida en mayores ingresos, dejando sin holgura presupuestaria al futuro gobierno (diferencia entre ingresos permanentes y gastos ya comprometidos). El 2009 la holgura para el próximo gobierno era de cuatro puntos del PIB, hoy no alcanza un punto. Esto implica que debemos aumentar la recaudación tributaria. Aumentar en tres puntos del PIB los actuales 17 puntos de ingreso tributario, es un esfuerzo importante que debemos hacer en forma gradual y construyendo la institucionalidad necesaria para que rinda los frutos deseados. Al considerar las exenciones e incentivos a la inversión, Chile presenta una baja tasa impositiva a los ingresos del capital. El aumento tributario debe ser focalizado en los sectores más pudientes y en los ingresos del capital. Para algunos la situación mundial no hace aconsejable tener este debate. No lo creo. Lograr consensos en este tema dará mayor estabilidad a la inversión. Si estos recursos se invierten en educación e innovación aumentará nuestra capacidad productiva. Pero esto debe ser gradual, partiendo por mantener la tasa de 20% a las empresas, para luego plantear el aumento paulatino que las transformaciones requieren.
A comienzos de los 90 logramos un pacto tributario para enfrentar la pobreza, ahora se requiere uno nuevo para construir un país más igualitario e inclusivo.
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