La investigación realizada durante cuatro años por científicos de la Universidad de La Serena revela detalles sobre la población, el comportamiento y la vida de estas aves barranqueras.
por Daniela González Valenzuela
Diario El Mercurio, lunes 3 de marzo de 2014
Desde hace más de cincuenta mil años que el loro tricahue vive en esta parte de América del Sur. Sin embargo, en Chile esta subespecie "ancestral" del loro barranquero, del que habrían descendido las poblaciones que luego emigraron a Argentina, se encuentra reconocida como "vulnerable" en las regiones de O'Higgins y del Maule, y "en peligro" entre las regiones de Atacama y Coquimbo.
Para destacar la importancia que tiene esta ave en el ecosistema nacional, tras cuatro años de estudio, los científicos del Departamento de Biología de la Universidad de La Serena, Francisco Squeo y Renzo Vargas, lanzaron recientemente el libro "Historia Natural del Loro Tricahue en el Norte de Chile". Esta publicación por primera vez entrega detalles actualizados del hábitat y la organización de esta especie.
Cuántos y dónde
Una de las primeras revelaciones que destaca el libro es el tamaño de la población de los tricahues que habitan en el Norte Chico. "No se conocía muy bien, pero nosotros estimamos que existen alrededor de tres mil ejemplares, número que es muy bajo", indica Francisco Squeo. Si bien esta cantidad no es muy alta, de igual manera supera los resultados de conteos anteriores, destaca el autor.
Otra de las interrogantes que se plantearon los investigadores era conocer si estas aves vivían en la zona de Quebrada de los Choros, lugar donde se encuentra la principal lorera, o si migraban a otros sectores. "Los estudios que realizamos por medio de GPS muestran que se mueven diariamente hasta 40 kilómetros. Por lo tanto, el área donde viven es bastante grande", detalla Squeo.
A pesar de que estas aves construyen grandes loreras en los barrancos, este lugar solo lo utilizan durante la época reproductiva, ya que en general para dormir se trasladan a unos sectores llamados "dormideros".
El estudio destaca que a diferencia de lo que ocurre con los tricahues en el sur, donde duermen en los árboles, en esta zona prefieren las laderas de exposición norte que están llenas de cactus, principalmente del copao. "Lo que hacen es sacar las espinas de las puntas de los cactus y dormir arriba. Estos cactus miden de tres a cuatro metros de altura y pueden existir más de mil loros durmiendo en una ladera", explica el científico.
Conservación
Como se destaca en el libro, una de las principales amenazas para la conservación de los loros tricahue es la acción humana. "A pesar de que está prohibido por ley y que hay multas súper fuertes, todavía se encuentra gente cazándolos", sostiene Squeo.
El estudio revela que las principales loreras de la región muestran indicios pasados y actuales de extracción de huevos, como cuerdas, ganchos y escaleras. Se estima que el precio de estos ejemplares en el comercio ilegal puede superar los 100 mil pesos.
Los lugares donde estas aves toman agua también representan un conflicto, ya que a algunas personas no les gusta que lleguen los loros a ensuciar las escasas aguadas que se utilizan para la agricultura y el cuidado de otros animales. "Ahora, al explicarles a ellos lo importante que son los loros, la convivencia ha mejorado bastante", asegura el autor del libro.
Así lo demuestran algunos testimonios de residentes de la región destacados en el libro, como el de Petronila Vallejo, de la zona de Incahuasi. "Nosotros no sabíamos que al darles comida se podrían acostumbrar y al momento que no tuviéramos para darles los juveniles no iban a saber cómo sobrevivir y buscar su alimentación. Entonces paramos de alimentarlos y empezamos a ponerles agüita y mantenerles el agua limpia", relata.
Aparte de que los pobladores de las zonas cercanas a las loreras y los dormideros aprendan a convivir con estas aves, otro punto importante para su conservación es el cuidado de la algarrobilla, arbusto en peligro de extinción que, aunque está prohibido, sigue siendo explotado para producir carbón. Este, al igual que el carbonillo, es parte fundamental de la alimentación del loro tricahue.
La unidad básica de la organización social de los loros tricahue es la pareja, unidad que conforman al segundo o tercer año de nacimiento. Esta unidad al parecer es monogámica, indivisible y permanente. Para reproducirse utilizan siempre el mismo nido.
Tanto la hembra como el macho se reparten el cuidado y la crianza de los polluelos de manera equitativa.
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