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Roger Chartier: "Por primera vez estamos frente a la separación entre el texto y su soporte"‏



Entrevista Historia y prácticas de la lectura:
Roger Chartier: "Por primera vez estamos 
frente a la separación entre el texto y su soporte"
por Patricio Tapia
Diario El Mercurio, Artes & Letras
Domingo 2 de diciembre de 2012

En el mundo digital desaparece esta relación 
que unía el alma y el cuerpo del libro, 
afirma el historiador y profesor 
en el Collège de France, 
quien visita Chile por tercera vez 
para participar en un seminario internacional 
sobre la lectura organizado 
por el Ministerio de Educación 
y la Universidad Diego Portales.  


Decía de la lectura Marcel Proust: 
"Quizá no hubo días en nuestra infancia 
más plenamente vividos que aquellos 
que creímos dejar sin vivirlos, 
aquellos que pasamos con un libro favorito". 

Si por leer se entiende 
la decodificación de signos escritos, 
tan lectura era la referida 
por el refinado Proust 
hace algo más de un siglo, 
que lo que hacían 
-varios miles de años antes- 
los hombres de las cavernas 
con las pinturas rupestres: 
las "leían" como relatos gráficos 
que contenían información significativa; 
y, para el caso, es lo que hacen ahora 
jóvenes y no tan jóvenes 
con los mensajes (de texto o Whatsapp ) 
en sus teléfonos celulares.

Pero no es lo mismo. 

El reconocido historiador francés Roger Chartier, 
formado en la tradición de los Annales , 
pero abierto a otros horizontes 
-y que ha escrito desde historia de la educación 
hasta los orígenes intelectuales de la Revolución Francesa-, 
ha elegido como territorio privilegiado de sus estudios 
uno en que se vinculan la lectura, los libros, 
la crítica textual y la sociología histórica. 

El propio Chartier -antes de su viaje a Chile- 
define su campo de trabajo actual así. 

"Como una investigación 
sobre las prácticas y producciones de la cultura escrita 
desde finales de la Edad Media hasta el siglo XIX, 
lo que permite, tal vez, acercarse de una manera más aguda 
a la comprensión de la revolución digital de nuestro presente".

-¿Por qué se interesó en la lectura como objeto de investigación?

"Por varias razones. 

En primer lugar, un rasgo esencial 
de la primera modernidad 
(entre los siglos XV y XVIII) 
es la importancia creciente 
de lo escrito en las relaciones sociales, 
las experiencias religiosas, 
el ejercicio del poder, los placeres de la ficción. 

La circulación y las apropiaciones de los textos 
desempeñaron un papel fundamental 
en fenómenos tan importantes 
como la definición de la vida privada, 
el proceso de civilización 
o la construcción de una esfera pública. 

En segundo lugar, 
me parece que no puede separarse 
una historia de los textos o de los libros 
de una historia de los sentidos 
construidos por sus lectores (u oyentes). 

Finalmente, nuestro presente 
está obsesionado por las transformaciones, 
la falta o la desaparición de las prácticas de lectura. 

Una mirada histórica puede ayudar 
a plantear diagnósticos más lúcidos".

-¿Cuáles han sido las transformaciones 
más importantes en la cultura escrita y en la lectura?

"Lo que debemos pensar 
es el impacto de las transformaciones técnicas 
o de las mutaciones de las formas del libro 
sobre las prácticas de lectura. 

En los primeros siglos de la era cristiana 
cuando el libro tal como todavía lo conocemos 
(un libro compuesto por cuadernos y hojas 
unidas en la misma encuadernación, que llamamos codex ) 
sustituyó a los rollos de los griegos y romanos 
hizo posibles nuevas prácticas: 
escribir leyendo, establecer índices, hojear un texto. 

Pero con esta primera revolución del libro 
no cambió la técnica de reproducción de los textos 
que, antes o después de la invención del codex , 
era la copia manuscrita. 

Cuando en el siglo XV 
Gutenberg inventó una nueva técnica 
para reproducir textos y producir libros 
gracias a los caracteres móviles 
y la prensa de imprimir, 
lectores más numerosos 
pudieron apoderarse de más libros. 

Pero no mudaron ni la morfología del codex 
ni los gestos fundamentales de la lectura. 

Y si aconteció en el siglo XVIII 
una revolución de la lectura 
no fue consecuencia de una innovación técnica; 
la novedad de la revolución digital 
radica en la simultaneidad de una revolución técnica 
(la comunicación electrónica), una transformación 
del soporte y de la inscripción de lo escrito 
(la pantalla que no es una página) 
y un cambio de los hábitos de lectura. 

De ahí, lo más importante para mí: 
por primera vez en la historia de la humanidad 
estamos frente a la separación entre el texto y su soporte. 

La pantalla de un computador no es un libro o un rollo: 
recibe todos los textos, cualesquiera que sean, 
tanto leídos como compuestos. 

En el mundo del codex un 'libro' es 
indisociablemente un objeto y un texto. 

El mismo texto está presente en varios libros 
(por ejemplo, todos los ejemplares de una misma edición), 
pero cada libro es solamente el vehículo del texto que transmite. 

En el mundo digital desaparece esta relación 
que unía el alma y el cuerpo del libro, 
según la metáfora del Siglo de Oro, 
o el ' opus mechanicum 
y el discurso según las palabras de Kant".

-¿Influyó la noción de propiedad literaria 
en las formas de creación y la figura del autor?

"Por cierto, pero solamente a partir del siglo XVIII 
cuando las obras literarias fueron compuestas 
en una economía de la escritura en la cual 
no se basaban más en historias reutilizadas, 
lugares comunes compartidos, 
fuentes orales disponibles y manipulables, 
o colaboraciones exigidas 
por patrocinadores o empresarios teatrales, 
sino que eran consideradas 
como creaciones originales 
que expresan los sentimientos más íntimos 
y las experiencias más singulares del escritor. 

La consecuencia en toda Europa 
fue el reconocimiento 
de la propiedad intelectual del autor 
cuyo editor es solamente 
el mandatario o representante. 

Se estableció así el ' copyright ' moderno 
que protege el derecho imprescriptible 
pero transmisible del autor 
y que define la obra protegida 
como un discurso que es siempre el mismo, 
cualquiera sea su forma de publicación".

-Las lecturas, ¿pueden provocar revoluciones políticas?

"Es una pregunta clásica para todos los historiadores 
que buscan los orígenes intelectuales de las revoluciones. 

En cuanto a la Revolución Francesa, 
no me parece que se deba exagerar 
la importancia de la circulación 
de las obras 'filosóficas' 
(en el sentido clásico de la palabra 
o en el sentido de la literatura clandestina 
pornográfica y política que estudia mi amigo Robert Darnton). 

Debemos hacer hincapié 
en las transformaciones de las representaciones colectivas, 
que establecieron (por lo menos en las ciudades) 
una percepción secularizada del poder político 
y del orden de la sociedad. 

Constituyeron así un horizonte de expectativas 
favorable para las lecturas de los libros subversivos, 
pero no fueron impuestas por éstos".

-Borges decía que un escritor 
podía crear a sus precursores; 
usted planteaba que la Revolución Francesa 
elegía a sus precursores de la Ilustración...

"No quería decir que no existió la Ilustración 
y que fue una invención de la Revolución, 
sino solamente subrayar una contradicción 
de los revolucionarios que, por un lado, 
proclamaron una ruptura radical con el pasado 
(lo que llamaron el 'Ancien Régime') 
y la fundación de una nueva era 
con un nuevo calendario, y, por otro lado, 
y contradictoriamente, eligieron y alabaron a precursores: 
Voltaire, Rousseau, Mably, Franklin, Molière, entre otros. 

Lo interesante consta en las diferencias 
de estos 'panteones' que se encuentran 
en el Panthéon, en los discursos, 
en los almanaques y calendarios 
o en los juegos de naipes, 
según los momentos de la Revolución 
(1794 no es 1791) y según las opciones políticas 
(Robespierre celebraba a Rousseau 
y odiaba a los ' encyclopédistes ').

-¿Las formas de leer afectan el sentido de lo leído?

"Es una de las ideas fundadoras de todo mi trabajo... 

Leer en el siglo XIX la 'misma' novela 
en la forma del 'feuilleton' en un periódico, 
en una publicación por entregas, 
en una edición destinada a los gabinetes de lectura 
que divide la obra en varios tomos, 
en una antología de varios autores, 
en un libro que la publica sola, 
o en las obras completas del escritor, 
no es leer la 'misma' obra. 

El tiempo y el ritmo de lectura, 
la percepción de la obra, 
el reconocimiento del autor 
y, finalmente, el sentido dado al texto: 
todo cambia cuando cambian las formas de lo leído. 

Es una lección importante 
frente a la digitalización 
del patrimonio escrito e impreso".

-¿Y pueden generar cambios intelectuales?

"Posiblemente si se piensa 
en los efectos cognitivos de la lectura. 

A partir del siglo XVI 
la división de la Biblia en versículos 
transformó la relación con el texto sagrado. 

En los siglos XVI y XVII 
la introducción de los párrafos 
y de los blancos en los textos 
expresaron y plasmaron 
una organización 
más lógica de los discursos, 
haciendo coincidir 
la distribución del texto sobre la página 
con la estructura lógica del argumento. 

Hoy en día la hipertextualidad 
ofrece también nuevas posibilidades 
para la organización de una demostración 
o las técnicas de la prueba, 
ya que el lector puede leer 
los documentos analizados 
por el investigador 
y no solamente su discurso".

-Usted se ha mostrado más bien optimista 
frente a las nuevas tecnologías digitales...

"Nunca fui 'optimista' o 'pesimista' 
frente a la revolución digital. 

Siempre me pareció 
que ubicarla en la historia 
de larga duración de la cultura escrita 
permitía excusar tanto las visiones apocalípticas 
como los entusiasmos utópicos. 

Lo esencial es, tal como lo hicimos en este diálogo, 
identificar las tensiones entre, por un lado, 
el orden de los discursos, textos y obras 
que hemos heredado del pasado 
(el codex con sus páginas, 
la imprenta como técnica dominante 
para la reproducción de los textos, 
la propiedad literaria que define 
categorías jurídicas e intelectuales) 
y, por otro lado, una nueva posibilidad técnica 
que borra la diferencia entre leer y escribir, 
que ofrece textos abiertos, móviles, maleables, 
que permite una creación continua 
en la cual desaparece la soberanía del autor 
y que descontextualiza el fragmento de la obra 
de la cual es un fragmento. 

Son estos temas los que debemos estudiar, 
porque son los temas que se encuentran 
en los conflictos cotidianos 
en cuanto a la legitimidad 
o necesaria desaparición del 'copyright', 
en los interrogantes en cuanto 
a las nuevas prácticas de lectura, 
al futuro de la edición, 
de las bibliotecas y de las librerías, 
a la muerte o sobrevivencia del libro 
cuando se separa su doble naturaleza, 
como cuerpo y como obra".

-La proliferación de textos en internet, ¿es buena o mala señal?

"Siempre se opusieron y ligaron dos temores: 
el temor de la pérdida, de la ausencia, 
de lo que falta, es el que fundamentó 
el sueño de la biblioteca universal, 
y el temor del exceso, del desorden de los discursos, 
de la acumulación textual inútil y peligrosa. 

La proliferación textual de internet 
da una forma paroxística a este segundo temor. 

Lo importante, entonces, 
es enseñar a los lectores 
cómo navegar en los mares sin cuestas 
de los textos digitales; quiero decir, 
cómo jerarquizar las informaciones, 
reconocer las varias clases de discursos, 
identificar lo que se puede esperar de cada una, 
y tener una relación crítica con lo que se encuentra en la red. 

En el mundo de la imprenta 
las diferencias inmediatas, 
materiales, entre las publicaciones 
(el libro, la revista, el periódico, etc.) 
establecen tales jerarquías. 

No es ya el caso en el mundo digital, 
cuyos peligros y posibilidades se deben enseñar. 

Es un papel fundamental, intelectual y cívico, 
lo pienso, de las escuelas, de las bibliotecas y de los medios".

Debemos pensar el impacto 
de las transformaciones técnicas 
o de las mutaciones de las formas del libro 
sobre las prácticas de lectura.

 ¿Qué leer? ¿Cómo leer?: seminario

Los días 6 y 7 de diciembre 
tendrá lugar el seminario internacional 
"¿Qué leer? ¿Cómo leer? 
Perspectivas sobre la lectura en la infancia" , 
organizado por el Ministerio de Educación 
y la Universidad Diego Portales, 
en que participa Chartier. 

Impartirá la conferencia 
"Leer la lectura", 
el día 6 a las 19:00 horas. 

El texto será publicado 
junto con las demás ponencias 
de los 40 expositores 
en un libro que el Ministerio de Educación 
editará el primer trimestre del 2013.

Los otros invitados internacionales 
que participarán en el seminario son: 
el editor mexicano Daniel Goldin, 
responsable de la creación del catálogo infantil 
"A la orilla del viento" del Fondo de Cultura Económica, 
del catálogo de Serres y hoy a cargo de Océano Travesía; 
Gemma Lluch, investigadora valenciana 
experta en temas de lectura y lectores juveniles; 
Francisco Hinojosa, escritor mexicano; 
Juan Carlos Tedesco, ex ministro de Educación argentino; 
Sylvia Romero, investigadora mexicana.

Y entre los expositores nacionales se cuentan: 
José Joaquín Brunner, Rafael Gumucio, 
Esteban Cabezas, Alejandra del Río y Constanza Mekis.

Libros y actividades de Chartier

Roger Chartier (Lyon, 1945) fue director de estudios 
de la École des Hautes Études en Sciences Sociales hasta 2006. 

Desde 2007 es profesor en el Collège de France. 

Ha participado en obras colectivas 
sobre la historia de la edición francesa y sobre la vida privada. 

En castellano Gedisa / Océano 
ha traducido buena parte de su obra, 
entre otros: "El orden de los libros" (1994) 
y el último, "Cardenio entre Cervantes y Shakespeare" (2012), 
además de "Espacio público, crítica y desacralización 
en el siglo XVIII" (1995) sobre la Revolución Francesa. 

Fondo de Cultura Económica ha publicado 
"Cultura escrita, literatura e historia" (1999) 
y "El juego de las reglas: lecturas" (2000).

Chartier participará en una conversación 
con María Eugenia Góngora, Leonidas Morales y Manuel Gárate, 
en la librería Lea+ del GAM (coordinan el Ministerio de Educación 
y la librería "Prosa y Política"). Lunes 3 de diciembre ,
 a las 19:00 horas. Con cupos y corfirmación.

También participará en actividades con la Universidad de Chile: 
miércoles 5 , a las 12 horas en el Instituto de la Comunicación 
e Imagen (Campus Juan Gómez Millas), 
conferencia sobre educación y cultura; el mismo día, a las 18:30 horas, 
en el Salón de Honor de la Casa Central de la Universidad de Chile, 
la conferencia "¿Qué es un libro?, ¿qué es leer?", 
en el marco de su incorporación al Observatorio del Libro y la Lectura.

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