Llega a librerías la versión definitiva de "La Tirana" y "Los Sea Harrier", publicados por Tajamar Editores y con correcciones del propio autor. Ambos libros inscribieron a Maquieira dentro de lo más granado de su generación.
Francisco Véjar
Diario El Mercurio, martes 11 de diciembre de 2012
Después de dos décadas sin publicar, Diego Maquieira (Santiago, 1951) expuso este año, en la Bienal de Sao Paulo, un nuevo libro, en el que explora el fotomontaje y, por supuesto, lo poético. Su título: "El Annapurna". Siguiendo esa línea de trabajo creativo, Tajamar Editores da a conocer ahora la versión definitiva de "La Tirana" (1983) y "Los Sea Harrier" (1993) en un solo volumen, y con acertadas correcciones del autor.
"Con esta versión de 'La Tirana' y 'Los Sea Harrier' me quedo tranquilo -dice Maquieira-, pues siempre que se reeditan estos libros los voy corrigiendo, pero esta vez la corrección es definitiva. Me gustó mucho más que la edición que se acaba de hacer en México".
Si bien estos dos libros le bastaron a Maquieira para darle gran vitalidad a su generación a nivel de lenguaje y propuesta, hoy siente que ha concluido una etapa, y busca nuevas formas de poetizar. "Cuando releo estos textos vuelvo a sentir su vigencia, aunque lo que estoy haciendo ahora va en otra dirección", revela.
Sobre "Los Sea Harrier", el narrador Gonzalo Contreras escribió en 1994: "Está construido como un largo poema, de gran unidad temática y atmosférica, por donde circulan a lo largo de su delirante periplo de personajes y temperamentos (Marlon Brando y Rembrandt, un tal Ratz, Phillip Rastelli), fuerzas en conflicto (dionisíacos portaaviones a vela, histéricas cruzadas milenaristas) y un paisaje que pareciera surgido de la más iluminada hipótesis acerca del porvenir y la más jubilosa transformación de la humanidad. No por nada Roberto Matta, refiriéndose a su lectura de 'Los Sea Harrier', señaló al mismo Maquieira: 'has inventado otra risa...'".
Cinéfilo, melómano y lector de libros de diversas disciplinas, Maquieira acierta cuando habla de la génesis de "La Tirana" como hablante lírica: "Yo quería hacer un personaje que tuviera alguna raíz en Chile. La Quintrala no me servía por sonido, nunca la investigué. La Tirana sí, porque además tiene una historia de amor, en el bosque del Tamarugal, ahí se esconde y se enamora de un minero portugués, Vasco de Almeyda (...) Ése es el drama, la tragedia Eros-Tánatos, Amor-Muerte, de ahí viene el asunto".
Y el texto adquiere fuerza y a ratos crudeza. En Tirana I, escribe: "Y si bien vengo de una familia bien conocida/ Y si es cierto que me sacaron por la cara/ y que los que están afuera me destrozarán/ Aún soy la vieja que se los tiró a todos/ Aún soy de una ordinariez feroz". Y advierte el autor que nos paseará libremente por el museo de la historia del arte. Aquí se dan cita la intertextualidad, el collage , el metalenguaje y el diálogo permanente con la historia, el cine y el cómic, entre otros referentes culturales.
Enrique Lihn también dio ciertas claves para la comprensión de "La Tirana". En 1984 (revista Apsi N° 137) escribe: "Lenguaje hablado, lenguaje directo de una poesía en segunda persona en la que hablan varios personajes -a veces simultáneamente-, teatralidad, son factores que hacen sistema con un concepto antiguo y moderno del autor como comentarista, parafraseador, traductor y lo que se dio luego en llamar 'plagiario'. Un renegado de la propia 'personalidad literaria', un usurpador de la del otro".
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