Los guardaespaldas por Joe Black

Diariio El Mercurio, Domingo 04 de Noviembre de 2012
http://blogs.elmercurio.com/reportajes/2012/11/04/los-guardaespaldas.asp

La Concertación celebró el domingo pasado como no lo hacía hace años. Mis vecinos, que son ultraconcertacionistas, estaban tan sorprendidos, ansiosos y excitados que armaron asado, pidieron sushi a domicilio y, como a las 12, llegó un repartidor de pizzas. Como a las tres de la mañana me venció el sueño y me dormí escuchando a Silvio Rodríguez o a Pablo Milanés.

Para qué describir lo que fue la algarabía entre los dirigentes de la Concerta. Llevan meses soportando las críticas y el maltrato de las encuestas. Se les ha hecho parecer inútiles, incapaces, torpes, lerdos, anticuados, rancios y flaites. Pero ahora, después de los resultados del domingo, se sintieron más astutos que nunca, rejuvenecidos, vigorosos y hasta sexies . Como si en la noche de las elecciones municipales les hubiesen dado a beber una especie de chupilca del diablo, pero preparada en base a red bull, multivitamínicos, jalea real, uña de gato y viagra.

-"¡Estamos listos, compañeros, con este triunfo aseguramos la victoria de Michelle para el 2013!", fue la frase que quedó retumbando en la sede del PS aquella velada, mientras se cerraban las puertas y se apagaban las luces en el lugar que había servido de cuartel general de la oposición.

Pero uno nunca debe cantar victoria antes de tiempo.

El lunes, aún con la resaca de la fiesta de la noche anterior, los concertacionistas despertaron alarmados con la noticia de un huracán que se dirigía con devastadora fuerza hacia Manhattan. Y, por Dios, ¡MICHELLE ESTABA AHÍ!

Ahí comenzó el pánico y las recriminaciones: "Te dije que le dijeras que viniera a votar, si hubiese venido estaría sana y salva en Chile y no expuesta a que se la lleve un huracán", decía uno. "Da lo mismo eso ahora, lo importante es saber qué hacemos ahora", reflexionaba otro. "Llamemos a Camilo, a Lagos Weber, a Vidal, a Peñailillo, a Andrade, sus más cercanos", planteó el más lúcido.

Pero fue en vano; ninguno de los cinco estaba ya en Santiago. Cada uno había partido, a su modo, a Nueva York para rescatar a Michelle de "Sandy". Uno partió en línea aérea nacional, otro en una norteamericana, otro en una francesa con escala en Buenos Aires y Miami, el otro vía marítima y el último por tierra.

Lo crucial era llegar cuanto antes. Por un lado, quizás podrían realizar un acto heroico con la Jefa y con Chile y, además, se ganarían ante ella la gran imagen de haber sido el primero en socorrerla.

No puedo dar fe de lo que exactamente ocurrió, pero el rumor es que los cinco llegaron a Manhattan y se encontraron con que el edificio de la ex Presidenta estaba en perfectas condiciones. Ella había salido a comer y había dejado dicho que si alguien la visitaba que dejara su nombre en recepción.

Al día siguiente los guardaespaldas estaban de vuelta en Chile sin haber podido hablar con ella, pero con la enorme tranquilidad de saber que Michelle estaba bien, en perfectas condiciones... silenciosa y esquiva como siempre. Lo que es un gran alivio para todos.