Envejecer...

Hay millones maneras de envejecer

y la mayoría no parecen deseables.

Envejecer con sabiduría

no te evita dolores y penas.

Envejecer así es conservar la alegría

cuando hay tantas razones para llorar.

Envejecer así, es intentar ser buena compañía

cuando todos tus amigos ya se han ido.

Envejecer así, es aprender a escuchar

cuando los oídos captan poco.

Envejecer así,  es ejercitar el arte de contemplar

cuando los detalles se pierden en la bruma.

Envejecer así, es aprender a sonreír

cuando todo el cuerpo alega con razón.

Envejecer así, es aprender a ser paciente

cuando ya no queda tiempo para nada.

Envejecer así, es aprender a desprenderse

antes de que las cosas olvidadas y acumuladas

te dejen atrapado en un callejón sin salida.

Envejecer así es crecer en la ternura por los niños

y en la compasión por todos.

Envejecer así, es volver al punto de partida

para mirarlo todo como si fuera la primera vez.

Envejecer así, es olvidarse de todo, menos de Dios,

y poder descubrir lo que hay de divino 

en cada una de los que te rodean

y en la belleza desplegada en lo más sencillo.

Envejecer con sabiduría

es ser muy agradecido

buscando no molestar,

y siendo humilde

para dejarse ayudar

si la ocasión lo amerita.

Envejecer así es ofrecer

lo poco que queda de uno,

para entregarlo generosamente

a un mundo que se está por abandonar,

no con la intención de que lo recuerden a uno, 

sino que para que en ese pequeño gesto

el mundo, por un instante, sea, 

aunque sea una pizca,

infinitesimalmente mejor...