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Innovaciones necesarias para romper la inercia institucional‏


Columna 'De Puño y Letra'
Avanzando con dos focos
por Jorge MarshallDoctor en Economía de Harvard yDecano de la Facultad de Economía y Negocios
de la Universidad Nacional Andrés Bello
Diario El Mercurio, martes 05 de Junio de 2012
http://blogs.elmercurio.com/economiaynegocios/2012/06/05/avanzando-con-dos-focos.asp
La economía chilena
debe ser conducida
con un doble foco:
uno para sortear las turbulencias
de la crisis financiera de la Eurozona
y, el otro, para cimentar las bases
de nuestro tránsito al desarrollo:
ambos son indispensables
en las actuales condiciones.
Respecto de lo primero contamos
con la buena experiencia de fines de 2008,
que nos permitió superar con éxito la crisis subprime .
En cambio, en el segundo ámbito
debemos definir una nueva agenda
que nos permita resolver los desafíos
de energía, mercado de trabajo y educación.
El avance hacia el desarrollo
requiere de condiciones institucionales
para enfrentar desafíos de mayor envergadura.
Durante décadas las recetas para crecer
estuvieron volcadas a las variables económicas,
con poca atención a las condiciones institucionales.
Sólo recientemente se ha reconocido
la relevancia de estos factores,
reubicando el funcionamiento
de los mercados en su contexto social y político.
Este hecho se expresa en la percepción
que el país no tiene un proyecto
que represente el interés común
y que esta carencia tiene gran importancia.
En la encuesta Latinobarómetro el 70% cree
que a través de su historia Chile
ha estado gobernado por una clase dirigente,
con intereses diferentes a los de la sociedad en su conjunto.
Por lo mismo no es extraño que Chile funcione
con bajos niveles de confianza interpersonal,
lo que afecta negativamente la convivencia.
De acuerdo a la misma encuesta,
sólo un 13% de las personas
considera que se puede confiar en la gente.
La institucionalidad de un país
se reproduce en el tiempo,
hasta que emerge una innovación
que altera esta inercia.
Estas innovaciones pueden provenir de cinco fuentes.
Primero, la acción de actores prominentes,
que son personas u organizaciones
que siguen un comportamiento
que se aparta de los patrones esperados.
En un ambiente de baja confianza
son generadores de confianza
o constructores de proyectos colectivos.
Ellos alcanzan mayor efectividad
cuando se concentran en acciones
con visibilidad y contagio
hacia el resto de la sociedad.
Segundo, la nueva institucionalidad
debe apoyarse más en la perspectiva local,
donde interactúa un número acotado y estable de actores,
que genera incentivos para desarrollar estrategias de colaboración,
que alimentarán la confianza y la búsqueda del interés común.
Esto requiere avanzar más decididamente
en fortalecer los gobiernos regionales,
el diálogo en los territorios
y la capacidad de los municipios
para responder a las expectativas de la población.
Tercero, la acción del Gobierno
debe crear valor público,
que incluye tres componentes:
los servicios que se ponen
a disposición de los ciudadanos;
el impacto que éstos tienen
en la calidad de vida de la sociedad;
y la legitimidad y la confianza
que produce la acción pública.
Esta dimensión requiere incrementar
los niveles de confianza
a través de transparencia,
información y participación.
La construcción de confianza
en torno a políticas públicas es asimétrica,
en el sentido que se pierde
a una velocidad mayor a la que se construye.
Desde este punto de vista la confianza
es un activo que cada gobierno debe cuidar
para que esté disponible para los siguientes.
Cuarto, el camino al desarrollo
requiere adaptar el funcionamiento
de la economía a los nuevos escenarios
de los mercados internacionales.
Esta flexibilidad requiere
de reformas estructurales
capaces de acelerar el progreso del país.
El funcionamiento del mercado del trabajo,
la calidad de la educación, el sistema de innovación
y la descentralización son algunas de las materias
que han sido identificadas como deficitarias
en los estudios comparados de Chile
con el resto de los países de la OCDE.
Para avanzar en ellas se necesitan
acuerdos sociales y políticos amplios.
Quinto, la permeabilidad de la política
ayuda a asegurar la legitimidad democrática.
The Economist califica a la democracia chilena
como imperfecta, por lo que resulta clave
realizar los ajustes para que el sistema político
acompañe a los cambios que ocurren en la sociedad.
Esto significa, introducir mayor competencia
en el sistema electoral y en los partidos políticos.
Estas innovaciones serán capaces de romper
la inercia institucional que existe en Chile
y serán la base para cerrar la brecha
que nos separa del desarrollo.

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