ERRAR ES HUMANO

Una gran expectación periodística y toda una revolución en las redes sociales se produjeron la tarde-noche del martes pasado cuando se supo de la detención de Juan Andrés Salfate, luego de ser sorprendido, supuestamente, comprando drogas en las afueras de La Red.

Las declaraciones que dio a su salida del cuartel policial fueron bastante escuetas y poco claras, pero su testimonio completo lo reservó para anoche en “Mentiras verdaderas”, que conduce Eduardo Fuentes, quien al inicio explicó que, pese a que le era complicado hablar de Salfate por su relación de amistad, el canal se caracterizaba por dar la cara cuando se veía involucrado en algo y por decir siempre la verdad.

Para Fuentes era esencial aclarar ciertas especulaciones y “conventilleos”, según él mismo dijo, que se produjeron con esta situación. Creo que por eso su majadera insistencia en mencionar los nombres de los imputados en este caso, probablemente con el fin de dejar en claro que el “Salfa” no había sido condenado.

Antes de contar su verdad, en el programa estiraron el chicle lo más que pudieron. Revisaron imágenes, declaraciones e incluso mostraron una reseña de su trabajo en televisión, destacando la cantidad de seguidores en las redes sociales hasta su valentía al informar temas que otros buscan ocultar.

Cuando, finalmente, Juan Andrés comenzó con su declaración —con ese tono serio que sólo se le escucha cuando anuncia alguna conspiración o los tan comentados temblores— entregó agradecimientos varios y aclaró que él no tiene una doble cara, que no es adicto, pero que conoce bien sus límites, dando, de este modo, luces de lo que escucharíamos más adelante.

En una confusa explicación dio a conocer que el principal implicado, Carlos Garfias, era su amigo personal, que lo conoció a través de un blog que el narcotraficante escribía y que le entregaba datos importantes. Aclaró que nunca le compró drogas, sino que Garfias se la regalaba y que a veces “le tiraba un billete” porque le daba lata que le regalara aquel polvo blanco.

Emocionado hasta las lágrimas, Salfate se encargó de humanizar al traficante contando que ayudaba a mucha gente, que era una gran persona, un “dealer ético”, y que le preocupaba su declaración de no querer vivir más…

Finalmente, Fuentes tiró la pregunta al hueso y Juan Andrés confesó consumir cocaína, pero no regularmente. Sobre esto pidió que no lo juzgaran, porque no le había hecho mal a nadie.

También dijo que no quería hacer un show de la situación, pero pienso que fue todo lo contrario. Los juicios en este caso no me corresponden ni a mí ni a nadie.

Tengo claro que no soy perfecto, al igual que miles de lectores que leen esta columna. Pero creo que cuando uno se equivoca lo más sensato es admitir el error y pedir perdón. Porque ya lo dice el viejo refrán, “errar es humano, perdonar es divino”. Juzgue usted.

Juan Andrés Salfate, La Red, televisión, Vasco Moulian