por Richard García
Diario El Mercurio, martes 2 de agosto de 2011
Un preinforme de la Unión de Conservación de la Naturaleza (UICN)
califica a este grupo de animales como el más amenazado del planeta.
En Chile encabezan también las listas de especies en peligro.
Un desafío
Sobrepesca, contaminación de las aguas y construcción de grandes estructuras, como represas, aparecen como las tres causas principales de la disminución de los peces de agua dulce en el planeta.
Así lo señalan los resultados preliminares de la revisión que ha hecho la Unión de Conservación de la Naturaleza de la lista roja de estos animales acuáticos.
Los datos, presentados por científicos ingleses en conferencia de la Asociación de Pesquerías de las Islas Británicas, revelan que los peces de agua dulce son el grupo de animales más amenazado del planeta, ya que un tercio de ellos está en riesgo de extinción.
"Todavía tenemos algunas brechas en nuestra información, pero de las 5.685 especies registradas, 36% está en peligro", dijo durante la conferencia celebrada en la Universidad de Bournemouth el Dr. William Darwall, encargado de la unidad de agua dulce de la UICN en Cambridge. En cambio -dijo-, sólo están en idéntica condición el 21% de los mamíferos y el 12% de las aves.
Entre las especies más amenazadas destacan, por ejemplo, distintos tipos de esturión, fuente principal (a través de sus huevos) del costoso caviar. Entre los peces de aguas tropicales figuran el pez gato gigante y la raya látigo del Mekong. Del primero quedarían menos de 250 animales en su ambiente natural.
Los científicos están particularmente preocupados por el impacto en la biodiversidad acuática de los proyectos hidroeléctricos en el Mekong y otros ríos de Tailandia, Laos y Myanmar (la antigua Birmania).
Alto endemismo
En Chile, los peces de agua dulce también ocupan un lugar destacado en la lista de especies amenazadas, especialmente en las últimas actualizaciones.
"Chile debe ser uno de los casos más dramáticos del mundo. Todos los ríos son muy cortos, y en algunas partes presentan caudales muy reducidos. Además, especialmente en el norte, los relaves mineros contaminan la escasa agua disponible, afectando muchas veces las especies que viven en ella", reclama el ictiólogo de la U. Austral, Germán Pequeño.
Explica que, a diferencia de los peces marinos, los de agua dulce presentan un mayor endemismo; es decir, presencia de especies únicas de un lugar. Todos los océanos están comunicados entre sí, lo que permite una mayor interacción entre las especies. En cambio, los ríos y lagos de América, por ejemplo, son prácticamente entes aislados entre sí, y a nivel intercontinental los cuerpos de agua dulce de América se separaron de los de África hace más de 40 millones de años.
No le sorprenden los resultados del preinforme de la UICN a nivel mundial. Explica que de países como China, la información es muy escasa y en África también hay una gran pérdida de especies de la que se sabe muy poco.
En el caso latinoamericano, cita en forma particular la situación del Amazonas y el Paraná, donde ha habido mucha disputa sobre proyectos hidroeléctricos.
"La recuperación de la vida en los grandes ríos tomará decenios. Cuando unos cuantos salmones volvieron hace poco al Tamesis fue noticia mundial, porque hubo un momento en que sus aguas estaban tan contaminadas, que no había prácticamente vida allí".
La diversidad y conservación de los peces fue el tema central de la conferencia de la Sociedad de Pesquerías de las Islas Británicas, la FSBI 2011 Bournemouth Conference. El encuentro incluyó la participación de expertos de Gran Bretaña, EE.UU. y China, quienes entregaron información sobre el estado de las poblaciones, técnicas de manejo y políticas de apoyo.
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