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Cambio sociales en el mundo

ENCUESTA A HISTORIADORES Cambio sociales en el mundo
¿Qué tienen en común los movimientos sociales que se expresan en distintas partes del mundo?

¿Existe algún ejemplo dentro de la historia universal que pueda ser recordado a propósito de dicha situación global? Hicimos estas dos preguntas a modo de encuesta a 6 historiadores chilenos. Estas fueron sus respuestas.  

D.S y J.I.R.M.  Ana María Stuven: "El crecimiento económico se convierte en bandera cultural"

1. Lo que es común es la existencia de movimientos sociales globales y su posibilidad de expresión, y que todos surgen de sensaciones de frustración. También que la multiplicación de redes sociales actúa como estímulo para canalizar y legitimar la decisión de manifestar las reivindicaciones, así como espejo de las diferencias. Por ejemplo, en el mundo árabe, de libertades básicas: la religiosa y democracia. No todos los movimientos tienen la misma inspiración ni origen. En Europa, con expectativas democráticas satisfechas, la ciudadanía reacciona a la pérdida de prerrogativas por la crisis y por sensación de desesperanza, también espiritual, ante las promesas incumplidas de la modernidad. También en Chile son movimientos posdemocratización; expresión de una ciudadanía crítica capaz de organizarse. El "cambio", compromiso del gobierno, y el crecimiento económico, convertido en bandera cultural, desataron expectativas de representación que resolvieran problemas atávicos, como la educación y la distribución desigual de la riqueza. La inequidad genera desconfianza en los partidos y la institucionalidad. Lo común a los movimientos sociales occidentales es su descontento con un modelo institucional y de desarrollo que elimina la confianza en el progreso indefinido, promesa del mundo moderno.
2. Históricamente, los movimientos sociales se han inspirado en luchas por igualdad, tolerancia religiosa y libertad política. Se transita de las "revueltas" localizadas del mundo antiguo hacia movimientos globales cuando se asigna a las ideas, expresadas en público, capacidad de cambiar la realidad. La historia se hace proceso consciente y reemplaza las inquietudes teleológicas de la sociedad. La Revolución Francesa impulsó el antiabsolutismo; las de l848 promovieron la democracia; la "cuestión social" reivindicó la igualdad y los derechos sociales. Se tornan posibles por la creación de una esfera y una opinión públicas que irrumpen consagrando al individuo, a la razón y la legitimidad del pueblo soberano como actor fundamental de la política moderna. En ese contexto "público", los movimientos sociales van recogiendo "espíritus de época" y visibilizándolos en distintos lugares simultáneamente, como sucedió por ejemplo con las transiciones democráticas en América Latina en las últimas décadas .
Directora del Programa de Historia de las Ideas Políticas, Universidad Diego Portales.
Alejandro San Francisco: "No conocemos el final de los procesos"
En la historia existen sucesos con "efecto dominó". Así se produjeron las independencias en Hispanoamérica a comienzos del siglo XIX, la consolidación del comunismo en Europa Oriental después de la Segunda Guerra Mundial o bien la tercera ola de democratización (Huntington) en las dos últimas décadas del siglo XX. Hoy podemos ver esa misma situación de protesta en distintos lugares del orbe.
La década de 1960 tiene algo del sentido rebelde y contestatario que vemos en el mundo este 2011. En parte fue el impacto de la Revolución Cubana, pero también las numerosas y transversales protestas contra la guerra de Vietnam, la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos, agosto de 1967 en la Universidad Católica de Chile o mayo francés un año después. Incluso al este de la Cortina de Hierro sucedió lo mismo, gráfica y dramáticamente demostrado en la Primavera de Praga y sus ilusiones, o las obras aparecidas y censuradas de Solzhenitsyn en la URSS. En definitiva, era un mundo de contrastes, de lucha generacional, de rebelión contra los mayores y la sociedad que se había heredado.
Los pueblos reclaman lo que no tienen: libertad ante las dictaduras, igualdad social ante las desigualdades, derechos para los postergados. En cada caso las demandas se reflejan de manera diferente, tanto en los objetivos (mejorar el sistema o destruirlo), en los medios (pacíficos o violentos), como en los actores (grupos, partidos, líderes, Fuerzas Armadas).
Finalmente, para la situación de hoy no debemos olvidar el problema de la perspectiva. Es posible hacer un análisis más o menos detallado de las distintas revoluciones del siglo XX.En el caso de los movimientos sociales del 2011 tenemos un problema que los historiadores del presente siempre recuerdan: no conocemos el final de los procesos, y si bien podemos comenzar a historiarlos, queda abierto el camino y del resultado.
Alejandro San Francisco, profesor de la P. Universidad Católica.
Enrique Brahm: "Nada nuevo en nuestra historia"
1 . La historia es una ciencia de lo singular, por lo que la tendencia a buscar explicaciones globales para entender procesos que presentan ciertas similitudes, sea ocurridos en una misma época o en períodos históricos distintos, puede llevar a forzar las cosas. Por simplificar en extremo se termina por no entender los sucesos particulares. A simple vista y sin ser un experto, los movimientos sociales que llenan en estos últimos meses los titulares de la prensa, parecen tener causas muy diversas. No son comparables los levantamientos del mundo árabe que buscan derribar regímenes dictatoriales de antigua data, con las protestas callejeras británicas originadas en la falta de integración al sistema de inmigrantes de distinta procedencia.
En el caso de Chile, la pretensión de asimilar lo que aquí ocurre a una corriente mundial choca con la evidencia de que las cabezas más visibles de las protestas -que no tienen nada de espontáneas- son reconocidos líderes comunistas. Nada nuevo en nuestra historia, quizá con la diferencia de que hoy la mayoría los siguen no movidos por la pasión ideológica, sino impulsados por un cierto vacío interior que alcanza sus formas extremas en corrientes anárquicas o disidentes del marxismo clásico. Por lo menos en este caso la enseñanza de la historia es trágicamente clara para mostrarnos en qué pueden terminar las protestas revolucionarias del comunismo.
2 . El ciclo revolucionario chileno que llevó a su crisis terminal al régimen democrático que tanto nos enorgullecía tenía sus raíces en buena medida en el distanciamiento que se había producido entre el -formalmente- buen funcionamiento de éste y el estancamiento del crecimiento económico consecuencia de la galopante socialización. Hoy la presión popular se explica porque el crecimiento económico sostenido hace ver que es posible salir del subdesarrollo y la miseria. Ya el ciclo revolucionario europeo de la primera mitad del siglo XIX dejó en evidencia que las protestas surgen no necesariamente de lo profundo de la miseria, sino cuando se descubren los medios -en esa época la revolución industrial- para superarla.
Enrique Brahm, Universidad de los Andes.
Nicolás Cruz: "Hay novedad en el uso medios de comunicación no controlados"
1. La búsqueda de un elemento común que permita explicar movimientos diferentes en lugares muy distantes entre sí puede resultar inútil. Si tal cosa existe, es probable que lo podamos observar más adelante cuando tengamos una perspectiva de lo sucedido. Por el momento, los conocedores de la situación en África, por ejemplo, alertan sobre los diferentes objetivos y características de lo que está teniendo lugar en las diversas sociedades y los inconvenientes de las generalizaciones. Esta impresión se confirma si nos preguntamos por ''lo común'' con los movimientos sociales de parte de Europa y en algunos países de América Latina.
No obstante, un elemento común puede encontrarse en la pregunta misma que busca una similitud a partir de la idea de que en un mundo globalizado e interconectado las cosas deben suceder por motivos semejantes o ser manifestaciones de un mismo proceso. La novedad de ciudadanías que se organizan a través de medios de comunicación no controlados y comparecen en espacios públicos de manera intempestiva es significativa y ha introducido una posibilidad de manifestación que no conocíamos en esta forma y velocidad, pero de la cual sí teníamos noticia puesto que los momentos de cambios en la historia se han caracterizado por la activa circulación de la información, la que en cada uno se ha hecho de acuerdo con las posibilidades y características del período.
2. Se nos pregunta por algún momento de la ''historia universal'' que pueda ser recordado a propósito de esta situación. El punto de inicio está en la claridad que podamos alcanzar sobre "esta situación" (la actual) y a partir de ésta es que sabremos qué buscar y comparar. Teniendo la impresión de que podemos sacar mejor provecho atendiendo a un proceso que se despliega en un cierto lapso de tiempo, el conocimiento y reflexión que hagamos del período posterior a la Segunda Guerra Mundial y la segunda mitad del siglo XX, nos entrega herramientas útiles que nos permitan mejorar la calidad de comprensión de lo que está sucediendo, o empezando a suceder, en esta década.
Profesor de la P. Universidad Católica.
Julio Pinto: "Se comienza a cuestionar lo que antes parecía parte del sentido común"
1. Lo que tienen en común es la decisión de enfrentar situaciones largamente establecidas, que hasta la víspera se veían inexpugnables. Ocurre a menudo que las instituciones o prácticas sociales (como el modelo neoliberal, o los regímenes políticos del Medio Oriente) se ven tan sólidas, que parecen convertirse en parte del paisaje físico, se "naturalizan". Pero de repente empiezan a aparecer grietas o inconsistencias (las recurrentes crisis financieras, el debilitamiento de Estados Unidos como potencia hegemónica) que llevan a las personas a recordar que se trata de situaciones socialmente construidas, y por tanto perfectamente susceptibles de cambio. En ese minuto se comienza a cuestionar lo que antes parecía parte del sentido común: ¿por qué se debe pagar por derechos sociales básicos, como la educación o la salud?, ¿por qué es válido lucrar con la provisión de esos derechos?, ¿es conveniente hacer del nexo monetario la principal forma de relación entre las personas? A partir de esa pregunta, la indignación y la insatisfacción derivan en activación social, y los descontentos salen a las calles para cambiar lo que antes se veía inconmovible.
2. Muchos, pero el más reciente es la década de los 60, cuando también las y los jóvenes fueron protagonistas. El período post-Primera Guerra Mundial, el período de la Revolución Francesa y las independencias americanas, en fin: todo período marcado por el debilitamiento del orden establecido y la perspectiva de cambios estructurales.
Director del Departamento de Historia de la Universidad de Santiago de Chile.
Patricio Bernedo: "Hay similitudes con los hechos de 1848 y de 1989"
1. Aun cuando las realidades políticas, económicas, sociales y culturales de los países -Chile incluido- que están viviendo crisis sociales son radicalmente distintas, existen algunos elementos básicos comunes. Uno de ellos, muy evidente por lo demás, es el deseo y la exigencia de cambios, que mirados en perspectiva pueden ser acotados al sistema educacional y a demandas por una mayor y más efectiva participación política en un contexto democrático, donde los que se rebelan son ciudadanos. En el otro extremo, pueden buscar el derrocamiento de regímenes dictatoriales por la vía pacífica o armada, según sea el caso, donde los que se rebelan son súbditos que luchan por libertades básicas. Sin embargo, en todos los casos, son personas que exigen sociedades más inclusivas, justas, igualitarias, protectoras, participativas, donde las instituciones y las autoridades velen también por sus derechos e intereses.
2. Se pueden mencionar varios casos: la rebelión estudiantil en torno a 1968 y la caída en serie de los regímenes comunistas tras el derrumbe del Muro de Berlín en 1989. Si miramos más atrás, aparece el ciclo revolucionario europeo de 1848, que demandó más participación política, mejores condiciones de trabajo y salariales, libertad de prensa, entre otros aspectos. Esta revolución, que finalmente resultó fallida, afectó a Francia, a los Estados alemanes, y en parte al imperio austrohúngaro, a Italia, Suiza, y sus ecos se hicieron sentir en Irlanda, España, Grecia, e incluso Chile.
Director Instituto de Historia de la P. Universidad Católica

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