Pablo Walker Cruchaga, nuevo capellán general del Hogar de Cristo:
"Una educación gratuita para todos me parece imposible"
Juan José Lyon Nuño
Diario El Mercurio, domingo 24 de agosto de 2011
El nuevo capellán que asumió este viernes opina sobre el conflicto
estudiantil, la huelga de hambre, las "nuevas pobrezas en Chile" y los
desafíos que vienen para el Hogar de Cristo.
Pablo Walker (45), el sacerdote jesuita y artista visual, que se hizo
conocido públicamente el año pasado con su exposición "Entrever" en el
edificio de la Telefónica, comenzó a escribir una nueva etapa en el
Hogar de Cristo cuando asumió este viernes como el nuevo capellán al
mando de la institución que fundara San Alberto Hurtado, en reemplazo
de Agustín Moreira quien estuvo en el cargo los últimos 12 años.
En el momento de realizar la entrevista insiste en que no sea en su
oficina, ni en el santuario, sino que vayamos a una población en
Pudahuel. Allí quiere mostrar la pobreza, el drama de un lugar tomado
por "narco cultura", y donde se palpan las formas de exclusión de las
cuales Chile no se ha hecho cargo. Para él, esa pobreza es una huella,
el reflejo del tipo de sociedad que como país hemos construido.
-¿Cómo ve el movimiento estudiantil?
-Me parece que los jóvenes nos han recordado cosas que se nos habían
olvidado a los chilenos, que hay ciertos modos de relación que son
injustos y que hay ciertas injusticias que no las podemos naturalizar,
que no podemos decir, "mira si siempre ha sido así". Y yo quisiera
ayudar al movimiento estudiantil, a que las demandas que ellos hagan
estén a la altura de las posibilidades reales de nuestros cauces
institucionales, para que entonces no sean estériles, porque lo que
uno quiere es consolidar las conquistas, no perderlas.
-¿Qué opina de la huelga de hambre de los estudiantes?
-La huelga de hambre en ciertos casos sí es legítima moralmente
hablando, por ejemplo, cuando hay una vulneración grave de derechos y
no hay otra manera de asegurar la restauración de esos derechos. En
este caso de los estudiantes considero que no estaban dadas las
condiciones para que esa huelga de hambre fuera éticamente razonable,
legítima, porque sí había otros modos de garantizar la restauración de
los derechos.
-Por ejemplo, yo sí estuve de acuerdo en la huelga de hambre de los
mapuches, porque no había otra manera de movilizarnos como país para
darnos cuenta de la gravedad de la situación. Pero este caso es
distinto.
-¿A qué atribuye este clima de estallido social?
-Yo creo que hay un hastío, una especie de cansancio, todavía poco
lúcido, de modos instrumentales de relacionarnos unos con otros, y con
prácticas abusivas de distinto orden, económico, político, social y
cultural. Entonces hay un tema que no solo tiene que ver con una deuda
pendiente en la calidad de la educación, pero junto con la reparación
a esa deuda hay una punta de iceberg de una desafección de modelo de
desarrollo que nos hemos querido dar como país. En el sentido que
necesitamos decirnos a nosotros mismos que el mercado no es capaz de
garantizar los estándares de humanidad y de dignidad con los cuales
queremos relacionarnos los chilenos.
-¿De qué manera lo hace pensar la situación que está viviendo el país?
-Yo creo que lo que está sucediendo es un toque de alerta para que
nosotros que hemos recibido todas las oportunidades y que ya somos
socios del hogar o ayudamos a distintas instituciones, demos un paso
más. Y nos preguntemos si estamos dispuestos a modificar nuestra
manera de vivir para dedicarle más tiempo y más recursos a saldar esta
deuda histórica que tenemos con los pobres de Chile.
-¿Qué opina del lucro?
-Con la palabra no al lucro se dice un sueño de país donde no nos
tratemos unos a otros en términos de puro interés económico y
conveniencia de rentabilidad. Pero el que sea posible el asegurar
educación de calidad para todos con una educación pública
completamente gratuita para todos, a mí en lo personal, sin ser un
experto en la materia me parece imposible, porque no creo que sería
justo que el que sí puede pagar y que tiene todas las oportunidades,
reciba una educación gratuita.
-¿Cómo evalúa a este Gobierno en el tema de lucha contra la pobreza?
-Me parece que hay una situación de hecho como fue el terremoto que
postergó la agenda social. También tenemos la situación real que ha
habido una explosión de fenómenos sociales como de expectativas no
cumplidas, no cumplidas por este Gobierno, no cumplidas por los
anteriores. A mí lo que me preocupa es cómo ayudar a que este Gobierno
pueda ejercer el liderazgo que le corresponde para poder avanzar en su
agenda social
-Cualquiera que haya intentado manipular o aprovecharse de la audacia
de los más jóvenes para posicionarse en algún escenario, eso es
injusto en sí. Porque de nuevo, es establecer relaciones
instrumentales unos con otros, y de eso estamos hastiados los
chilenos.
-Chile es un país desigual, ¿Qué pasa con los empresarios, la gente
con poder?. ¿Sigue siendo la caridad un tema vigente?
-Chile es un país inequitativo y han ido apareciendo nuevas pobrezas.
Esas pobrezas cambian de sentido, cambian de profundidad cuando se dan
en un país emergente. Qué significa que en Chile por ejemplo, hay
personas que viven como en Puerto Príncipe a pocas cuadras de personas
que viven como en Manhattan. O qué significa que en Chile coexistamos
personas que amanecen cada día preguntándose qué voy a comer hoy, cómo
voy a conseguir el dinero para comer hoy día y otras personas que
amanecen el mismo día preguntándose dónde voy a ir a vacacionar este
verano, qué países me faltan por conocer.
-Entonces, yo creo que como país necesitamos una conversión del
corazón, yo creo que la pobreza y la exclusión social es resultado de
una superficialidad en el modo de relacionarnos unos con otros, que
hemos puesto el bienestar personal individual y el crecimiento
económico por encima de la preocupación por el bien común.
-¿Cree posible que se acabe la indigencia el 2014 y la pobreza el 2018
como lo prometen el Presidente y sus ministros?
-Yo creo que si hubiera efectivamente un compromiso de todos y cada
uno de los chilenos yo creo que sería posible. Pero el Gobierno es uno
de los sectores del país, no me cabe a mí la expectativa de
adjudicarle a él sino el liderazgo que en políticas públicas le cabe.
-Este Gobierno quiere ser el de las oportunidades. ¿Tienen hoy más
oportunidades los pobres?
-Lo que yo creo es que el tener oportunidades es imprescindible para
la superación de la pobreza, pero las oportunidades no consisten en
solo la transferencia de bienes, ya que no repara lo que está en la
base de la pobreza que es la exclusión. La exclusión del trabajo, la
exclusión del sistema de salud, la exclusión de la vivienda, la
exclusión de la educación de calidad.
-¿Hay una crisis de credibilidad en la iglesia después de casos como
el de Karadima?
-Sí, yo creo que tenemos que tener la humildad para reconocer que
hemos perdido credibilidad, y no es una sentencia de muerte respecto
del rol evangelizador de la iglesia, por varias razones.
-Nunca más podemos supeditar el prestigio de una institución al
ocultamiento de un daño, nunca más.
"El Hogar de Cristo es como un centinela"
El cambio de mando en la institución comenzó en enero de este año,
cuando Pablo Walker asumió como vicecapellán. Se eligió una inducción
paulatina, porque se han iniciado una serie de complejos procesos
dentro de la obra que requieren un tiempo para asimilarse a ellos.
-¿Cómo ha sido su inducción a este cargo en estos últimos seis meses?
-El primero de marzo, a primera hora de la mañana, llegué al hogar, al
principio con sorpresa, con susto, confiado en Dios. Y lo que ha sido
muy bonito fue trabajar seis meses con Agustín. Hicimos una inducción
muy prolija, me sumé a los equipos de trabajo, a todos los equipos
encargados de los distintos programas y de áreas de soporte del hogar,
y visité las unidades o los programas del Hogar de Cristo en regiones,
y pude también trabajar haciendo turnos en la atención directa a
personas, en hospederías, en la residencia de adultos mayores, en el
programa de calles. Y eso fue súper bonito.
-¿Cuáles son los desafíos que vienen para el Hogar de Cristo?
-El Hogar de Cristo es como un centinela, trata de estar alerta a las
nuevas formas de pobreza que hay en el país, según la misión del Padre
Hurtado de atender con dignidad a los más pobres de los más pobres, y
somos muy celosos con nuestro foco.
-¿Cómo ve la situación de la pobreza en Chile?
-Para mí, la pobreza es una huella, es el reflejo del tipo de sociedad
que hemos construido y del tipo de modelo de desarrollo en el cual
invertimos nuestro esfuerzo. Y en estos días de movilizaciones
sociales y de paros, aparece y se visibiliza en todas las formas de
exclusión social en las que no nos hemos hecho cargo.
-Entonces, apostar todo a un crecimiento económico del cual
esperaríamos que se diera, como de forma automática, la igualdad de
oportunidades para todos, es equivocado, porque está claro que el
mercado lo que puede hacer es articular ofertas con demandas, pero no
crear condiciones de vida humana necesariamente entre todos. Podemos
apostar a tratar de ser un país rico en estándares de consumo, pero un
país enormemente inequitativo, segregado.
CLASE DEL 70 SGC
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