¿Sabrá Leonidas? por Aldo Schiappacasse

Diario El Mercurio, Lunes 09 de Julio de 2012  

http://blogs.elmercurio.com/deportes/2012/07/09/sabra-leonidas.asp

Parte importante de la crisis de Colo Colo en el último lustro es culpa del Gobierno, que "se llevó" a dos accionistas claves en la consolidación de Blanco y Negro, Gabriel Ruiz-Tagle y Sebastián Piñera. Algo parecido hizo La Moneda con la naciente Cruzados S.A., donde los principales interesados en transformar a la Católica en sociedad anónima ocupan hoy diversos ministerios.

En los años de bonanza, los albos dominaron ampliamente el torneo local, tuvieron destacada participación en Sudamérica, consolidaron el proceso de Borghi, exportaron con éxito, compraron en verde y consolidaron a varios jugadores surgidos de la cantera. Modernizaron el Monumental, construyeron la Casa Alba y subieron el valor del club. El problema es que cuando ya fue evidente el conflicto de intereses de Ruiz-Tagle y Piñera, vendieron su participación de manera acelerada y poco transparente.

Después de la transición, en Colo Colo hay otra vez dos controladores principales. De Aníbal Mosa sabemos todo lo que hay que saber: desde que le gusta Carlos Bianchi hasta que estableció una alianza dudosa -a decir lo menos- con la Garra Blanca durante el proceso electoral. Hizo campaña, nunca ocultó sus conflictos ni sus alianzas, y finalmente quedó solo en su intención de ser presidente del club. Ahora intenta, a punta de millones, tener las sillas suficientes en el directorio para llegar a donde quiere.

Del otro sabemos poco. Leonidas Vial es un gurú en el mundo de las finanzas, un zorro astuto en la gestión empresarial, un potenciador de marcas y un tipo hermético en su exposición pública. Sabemos que no pasó por la universidad, que juega golf todos los viernes y que tiene línea directa con casi todos los actores del mundo económico y político. No sabemos dónde tiene puestos sus afectos en el fútbol, no lo vemos en los estadios, los jugadores y funcionarios de Colo Colo no lo conocen y ni siquiera podemos asegurar que comparte la filosofía futbolística de Omar Labruna, el hombre al que le entregó la responsabilidad de levantar su millonaria y mediática inversión.

Me encantaría saber si alguna vez gritó un gol de Caszely o Marcelo Salas, si es bielsista o borghista, qué opina de Enrique Osses como juez profesional. Si le gustaría ponerle bandeja superior al Monumental y que definiera si el gol de Carlitos Muñoz ayer en la victoria ante Iquique fue en posición de adelanto o no. ¿Prefiere los torneos con playoffs , le sorprendió la oferta del Zaragoza por Lucas Wilchez, está abonado al CDF?

Lo que Leonidas Vial ya sabe es que Colo Colo es distinto a todas sus otras inversiones, que su público ya está harto de errores, que quiere liderazgos y que lo urge -a él y a todos los responsables- para reencontrarse con los valores que hicieron grande su historia. Hacerse cargo de un club es una manera extraña y riesgosa de hacer dinero. Sirve para mostrarse, para lavar imagen, para trazar un destino político o, asumámoslo, para incorporarse al apasionante y divertido mundo de las pasiones colectivas con el poder que da la plata. Pero para eso hay que bajar al llano, pararse al borde de la cancha, abrazarse con desconocidos en el festejo de un gol o enfrentar las luces cuando la derrota es dolorosa. Se lo habrán explicado sus socios y amigos que ya entraron a este mundo.

Al iniciar ayer -con polémica y fortuna- su cuarto proceso en doce meses, Colo Colo lo apuesta todo. ¿Sabrá Leonidas cuáles son las llaves para el éxito?