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¿Boom crediticio o Estado Benefactor? CECILIA CIFUENTES



Libertad y Desarrollo
Diario El Mercurio, Viernes 13 de Julio de 2012 


Señor Director:
En una interesante entrevista publicada en su medio, el economista Ricardo Caballero plantea que los estados benefactores eu- ropeos no son la causa principal de la crisis actual, aunque sí reconoce que "son un lujo que estas economías no podrán seguir sosteniendo al mismo nivel que lo hacían antes".
Al respecto es importante reconocer que los países del sur de Europa se ven enfrentados actualmente a dos tipos de crisis simultáneamente. La primera tiene efectivamente su origen en un importante boom crediticio, incentivado por un costo de crédito que no se correlacionaba con el riesgo de esos países.
Esta crisis es básicamente un movimiento cíclico negativo, y afectó a gran parte de los países europeos. Sin embargo, países como Irlanda, Estonia, Lituania y Letonia, el primero de éstos con una crisis financiera de una magnitud superior a la de España, Italia y Portugal, están logrando salir de la grave situación que los aquejó, y de hecho están creciendo por sobre el promedio de la Unión Europea, a pesar de formar parte del euro.
¿Qué los diferencia de Grecia, Portugal, España e Italia? La diferencia está en que estos últimos, además del ciclo financiero negativo, se ven enfrentados a una crisis estructural, cuyo origen tiene mucho que ver con el Estado Benefactor. Esta crisis estructural es en definitiva un problema serio de productividad, que es difícil de resolver sin una modificación de los incentivos al trabajo.
El gran problema de los estados de bienestar es que entregan importantes subsidios que compiten en un grado importante con la productividad por dos vías, la primera es que con generosas vacaciones, jornadas reducidas, subsidios de desempleo y jubilación temprana llevan a trabajar menos. La segunda es que para financiar esos subsidios se deben cobrar impuestos, que en el caso europeo descansan en un porcentaje significativo en tributación del trabajo, afectando también por esta vía en forma negativa la productividad laboral de los países.
Ricardo Caballero se manifiesta pesimista, planteando que "queda mucha crisis por ver". Concuerdo en este punto, ya que mientras no se resuelva el problema estructural de estos países, lo cual tiene importantes costos políticos, es difícil proyectar tasas de crecimiento de tendencia que permitan llevar el desempleo a niveles razonables. Resolver este problema estructural pasa inevitablemente por alterar los incentivos que generan estos Estados Benefactores. Esta es una lección muy importante para Chile, ya que en base a una bonanza del cobre que no sabemos cuánto puede durar, ha aumentado significativamente la magnitud de las políticas asistencialistas del Estado.

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