Diario El Mercurio, Viernes 13 de Julio de 2012
Señor Director:
Señor Director:
El fin de semana largo recién pasado, unos amigos fueron a una concurrida discothèque de Vitacura llamada "Las Urracas". A la salida, como de costumbre, una fila de seis taxis que se encontraban estacionados a la espera de tomar pasajeros. Por la nueva ley de "tolerancia cero", prácticamente todos utilizan este medio de transporte para regresar a sus casas, ya que supuestamente es más seguro.
A eso de las cuatro de la madrugada, uno de mis amigos se subió a uno de ellos. No sabía que su destino iba a ser un infierno. En la mitad del recorrido, el chofer sacó un cuchillo y lo apuñaló en distintas partes del cuerpo para poder robarle. Mientras esto ocurría, otro amigo también tomaba un taxi en el mismo lugar. Le salió más barato el recorrido: el chofer "sólo" lo asaltó intimidándolo con un fierro para bajarlo del vehículo. Mis amigos, inhibidos como otros que han sufrido similares experiencias, han optado por el silencio.
Es por estas situaciones que yo pregunto: ¿al promulgar la ley de "tolerancia cero" se tomó en consideración la respectiva fiscalización de este medio de transporte en horarios nocturnos? Porque, al fin y al cabo ¿qué es más peligroso? ¿que el ciudadano que toma una copa conduzca su auto o que se suba a un taxi sin saber en manos de quién está poniendo su seguridad y quizás su vida?
MARÍA JOSÉ FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ
Egresada de Derecho
Egresada de Derecho
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