Diario El Mercurio, Sábado 19 de Mayo de 2012
Señor Director:
Señor Director:
Vengo regresando de Quito, Ecuador, y he sido testigo de cómo funciona en ese país el sistema “Pico y Placa”, el cual estimo ha sido un gran aporte a la solución de los problemas de congestión en esa ciudad. El sistema funciona así: con anticipación se informa a la población de los dos dígitos que diariamente estarán con restricción horaria, la que rige sólo entre las 7 a.m. y las 10 a.m., y luego en la tarde entre las 5 p.m. y las 8 p.m. (horas pico), de lunes a viernes y entre los meses de marzo y diciembre. La multa al infractor es de aproximadamente US $150 (dependiendo de la cantidad de multas acumuladas) y con la retención del vehículo por un día.
Este sistema funciona sólo para la ciudad de Quito y no para sus alrededores o comunas aledañas, ya que es en la ciudad donde se producen los tacos a las horas peak. En Santiago se podría aplicar, por ejemplo, dentro del anillo de la Circunvalación Américo Vespucio o donde la autoridad estime. Estoy segura de que un sistema de esta naturaleza, informado con anticipación, lograría descongestionar las horas y lugares críticos, como también contribuiría a mejorar la calidad del aire, sin perturbar a un gran número de compatriotas que necesitan desplazarse libremente.
La gran diferencia con nuestro sistema de restricción es que “Pico y Placa” sólo restringe en ciertas horas del día durante la semana y sólo dentro de ciertos límites de la ciudad. Me parece que nuestras autoridades deben considerar esta experiencia, muy efectiva y menos coercitiva que la nuestra.
Patricia Huidobro Dittborn
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