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¿Lotería?


por Alejandro Schmauk

Diario El Mercurio, lunes 21 de mayo de 2012

En los últimos días se han escuchado voces reclamando porque las carreras de F-1 se han transformado en una lotería. Entre otros, Michael Schumacher, por el lado de los pilotos, y Dietrich Mateschitz, el dueño de Red Bull, han manifestado su inquietud porque el resultado de un Gran Premio esté pasando en gran medida por un tema casi de azar, como es quien acierta en anticipar el comportamiento de los neumáticos según la temperatura ambiente y las características propias de cada circuito.

Pueden tener algo de razón, ya que efectivamente nadie ha logrado entender con certeza el comportamiento de los compuestos, los que se mueven en una banda tan estrecha en función de su temperatura, que desembocan en resultados inesperados y dominios por un día.

Pero el tema no pasa por un asunto de azar, sino que fundamentalmente a que la realidad no ha podido ser modelada computacionalmente ni responde a análisis conocidos, algo a lo que están muy acostumbrados los ingenieros de la F-1, y de allí su desconcierto. Es probable que quienes sean los primeros en encontrarle la vuelta, y ese momento llegará más temprano que tarde, dispongan de una ventaja importante. Pero de lotería poco, es tecnología simple y pura.

Y ni hablar de lo bueno que este escenario ha sido para disfrutar de un campeonato abierto como pocos, en el que nadie puede anticipar un ganador y con carreras que mantienen su interés hasta el final. Cuando se solicitó a Pirelli, el proveedor exclusivo de los neumáticos, el que produjera compuestos más complejos y con más diferencias entre ellos, ¿no era eso lo que se pretendía?
Para agregarle pimienta, este fin de semana en Mónaco todo vuelve a cambiar, las exigencias para los neumáticos en un circuito callejero con poco grip y bajas velocidades son nuevas, y por lo mismo nadie tiene idea de hacia dónde apuntar. ¿Y si gana De la Rosa con el HRT? Este año todo es posible y bien que así sea.

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