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SIGLO XX



por Gonzalo Rojas
Diario El Mercurio, Miércoles 28 de Marzo de 2012 
http://blogs.elmercurio.com/columnasycartas/2012/03/28/siglo-xx-te-necesitamos.asp


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Aunque la totalidad de los electores potenciales hemos nacido en el siglo XX, es fácil comprobar que los chilenos nos llevamos mal con esa centuria. Ignoramos sus datos más básicos o desfiguramos su sentido. Hay quienes incluso sostienen que no debemos ni interesarnos en esos 100 años, porque sólo el futuro es importante. Pobres seres instantáneos.
Pero llevamos el siglo XX en el ADN personal, así como se es portador de tal o cual característica de estatura o de color del pelo, del modo de pronunciar o de la manera de tomar el tenedor y el cuchillo.
Siglo XX, necesario para saber quiénes somos los chilenos, dónde está cada uno hoy, a qué aspira. Siglo XX, tamiz de fracasadas ideologías y de muchos errores.
Error importante el del Presidente Piñera cuando afirmó en Vietnam que los jóvenes chilenos cantaban "Ho, Ho, Ho Chi Minh, lucharemos hasta el fin". Error de cantidad, error de valoración; doble error.
De cantidad, porque quienes gritaban esa consigna al son de Quilapayún y su famoso long play sobre Vietnam, no eran más que los pocos militantes de la Jota y sus corifeos, todos ellos vestiditos color burdeos y convencidos de que podían concretar en Chile la guerrilla asiática, en perfecta consonancia con la consigna del Che: "Haremos en América, uno, diez, cien Vietnams". Eran siete gatos los que cantaban esa tontería, pero el Presidente se hace el original recordándolos. Y, por eso mismo, yerra al destacarlos.
Pero también se equivoca en la valoración. ¿Quién fue Ho? ¿Un viejito encantador que liberó a su pueblo? ¿Una luz en el sendero hacia el bien? Ni de lejos. Ho Chi Minh dirigió a un Estado en armas que invadió a su vecino soberano, organizó una guerrilla para desestabilizarlo y, aunque ya había muerto, por la fuerza de su impulso estableció mediante la violencia una dictadura comunista que permanece hasta hoy, aunque los ojitos rasgados de Hanoi le hagan guiños al capitalismo depredador.
Error paralelo es el de aquellos adultos nunca suficientemente maduros que han vuelto a alabar las supuestas bondades de la reforma universitaria del 67 al 73 en nuestra Patria. Que haya jóvenes que promuevan ese proceso con voces latigudas destinadas a evocar un paraíso perdido, nada tiene de extraño: antes de los 30 es alta la influencia del sentimiento por sobre la razón, de la ideología por encima de la historia. Pero, que uno que otro profesor, que una que otra doctora -muy pocos, pero encandilados con una supuesta segunda juventud 45 años después- vayan de foro en foro, de campus en campus, hablando de rosas y claveles donde casi sólo hubo espinas y abrojos, resulta penoso.
Pena, sí, al ver que enmascaran como democratización y participación lo que nació y se desarrolló como toma, exclusión e ideologización. Qué universidad ni qué nada: lo que les interesaba era instrumentalizarla con vistas al hombre nuevo aquél, el engendro imposible de todos los marxismos. Qué cogobierno ni qué ocho cuartos: lo que querían era controlar las pocas universidades existentes en el país, transformarlas en centros de poder al servicio de una determinada revolución y excluir de ellas toda visión ajena al marxismo. Los más sinceros nos dejaron claro testimonio. Militaban en la Izquierda Cristiana y afirmaban que querían convertir "a las universidades en fábricas y a las fábricas en universidades". O sea, matarlas.
Cada vez que alguien tomase la palabra para referirse a nuestro siglo XX, habría que extenderle un formulario: diga lo que quiera, pero asegúrenos que hablará sólo de lo que sabe. En caso de cometer errores, comprométase al mutismo proporcional. Chile se entendería mejor en esos silencios.

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