A los medios, al público, al gobierno,
a la clase política, a los empresarios, al hincha,
al poblador, al hombre de a pie pareciera
que no le interesa tanto encontrar
la solución al problema, como hallar al culpable.
Da lo mismo que las cosas no tengan remedio
con tal de encontrar a quién echarle la culpa
y poder justificar fracasos que son más bien
consecuencia de nuestra negligencia y mediocridad.
No aprendemos, ni extraemos lecciones
de nuestros fracasos. Preferimos insultar,
alzar la voz, tomarnos el micrófono
para denostar a diestra y siniestra,
pero mover un dedo para cooperar
con el mejoramiento de la situación, nones.
Así, ¿cuándo vamos levantar cabeza?,
la respuesta la dio el gran Nicanor Parra
en uno de sus célebres antipoemas
perpetrados en pleno siglo XX:
en mil novecientos nunca,
o sea en el dos mil never..
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