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¿Y quién fue el descubridor de Chile?



El diputado independiente por Magallanes Miodrag Marinovic ha presentado un proyecto de ley que, de ser aprobado, fijará oficialmente la fecha del descubrimiento de Chile el 21 de octubre de 1520, día en que Hernando de Magallanes ingresó al estrecho que hoy lleva su nombre y es parte de nuestro país.
Esta moción sustituiría la fecha que hasta ahora se ha considerado como la del descubrimiento de Chile, para España y para Occidente: 1535, cuando la expedición de Diego de Almagro llegó por estos lados.
Pero Almagro no fue el primer español que pisó suelo chileno. Cuando llegó al valle de Aconcagua fue recibido por el cacique Michimalonco, a quien lo acompañaba el soldado sevillano Gonzalo Barrientos, que había sido condenado en el Cusco por el gobernador Francisco Pizarro a perder las orejas, en castigo por sus reiteradas trampas en el juego y por haber intentado robar el oro de Atahualpa. Para no ser visto allí tan vergonzosamente mutilado, logró venirse a Chile. Aquí consiguió que Michimalonco acogiera bien a Almagro, sabiendo que éste era rival de Pizarro.
Por lo tanto, antes que Almagro, el adelantado tuerto, había llegado a Chile Barrientos, el fugitivo desorejado. Pero antes había arribado a las costas chilenas el navegante español Juan Fernández, que desde acá se dirigió a Nueva Zelandia y Australia.
SAGITARIO

2 comentarios:

  1. Cartas
    Diario El Mercurio, Miércoles 07 de Noviembre de 2012
    El descubrimiento de Chile

    Señor Director:

    El debate no da para más. Así lo ha reconocido implícitamente el señorLuis Gastón Soublette al insistir en mi idea de que los primeros en llegar a Chile fueron los descendientes de protomongoles que cruzaron desde Asia por el Estrecho de Bering. Sólo que sus palabras son altisonantes y glorifican a aquellos habitantes primigenios.

    Llevado de un extraño entusiasmo, el señor Soublette proclama la excelencia de la ruca, lo que nos lleva a suponer que vive en una de ellas, sin agua ni electricidad, refrigerador, ni los fastidiosos aparatos electrónicos.

    La historia de Chile comenzó con Almagro; lo anterior fue prehistoria. Fue la cultura occidental cristiana la que nos dio vida hasta el presente, porque querámoslo o no, han sido las naciones de esa área las que han movido el mundo, mientras el resto se ha incorporado con dificultad, y muchos sectores han permanecido en la miseria, la queja y la gritería.

    Nuestro amigo Julio Retamal también ha abundado en los hechos que siguieron al paso de Magallanes, que señalamos de manera reducida para evitar prolijidad.

    Pero definitivamente, Retamal no es un buen conocedor de nuestra historia. Insiste en el fracaso de Almagro, en circunstancias que recibió un rico cargamento de oro destinado al Inca (Sergio Villalobos, "Diego de Almagro y el descubrimiento de Chile", Universidad de Chile, 1954). Tampoco se ha hecho cargo de los verdaderos motivos de su alejamiento: satisfacer a su gente y acudir al Perú a defender sus derechos en la posesión del territorio norte de Chile, la llamada Nueva Toledo. Recién había llegado el obispo de Panamá, Tomás de Berlanga, para dirimir la disputa territorial con Pizarro.

    Agreguemos un dato curioso: Almagro había recibido, mucho antes de partir hacia Chile, el título militar y político de adelantado que, conforme la tradición española, estaba encargado de avanzar en los dominios del rey, quedando a su voluntad la empresa respectiva y su extensión territorial. Fue por esa razón que nuestro descubridor encargó al capitán Gómez de Alvarado avanzar hacia el sur de Chile, en un ilusorio intento de llegar hasta el estrecho.

    No hay duda de que con el adelantado Almagro comenzó el encadenamiento real de nuestra historia.

    Es curioso, por otro lado, que Retamal, analista habilidoso de la historia mundial y conocedor de la teoría de la historia, caiga en una contradicción al indicar los verdaderos motivos y la proyección asiática de la empresa de Magallanes, y que la conecte a futuro con nuestra historia.

    En el estudio del pasado, lo importante es comprender la sustancia de lo ocurrido y no sólo recordar hechos aislados, como el paso de Magallanes, que resultan anecdóticos en nuestra historia.

    No hay duda de que la tarea del famoso portugués es parte del tema de la expansión europea, pero no de la historia de Chile. Para nuestro país, el absoluto abandono del estrecho durante tres siglos fue impresionante, ni siquiera se le utilizaba en la navegación defensiva ni en la comercial, siendo el Cabo de Hornos la ruta empleada por todos.

    Recién comenzó a ser parte de la conciencia nacional en los años de la Independencia, y no sería hasta 1843, con la fundación del Fuerte Bulnes, que se tomaría posesión de él. El gobierno de Pinto, en las disputas con Argentina, estuvo dispuesto en 1878 a someter al arbitraje el estrecho.

    Queda claro que el país debe un monumento a Almagro, cuyo lugar debería ser Copiapó.

    Sergio Villalobos R.

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  2. Chile todavía no ha sido descubierto,
    es un misterio aún por descubrir.

    Chile es una mirada, un estado de ánimo.
    Chile está todavía por inventarse, por hacerse.

    Chile son lejanías. Chile son perspectivas.
    Chile es isla e inmensidad.
    A Chile hay que mirarlo de lejitos.

    Nunca se sale del horroroso de Chile.
    Algo que nos hermana a todos,
    que nos chileniza: la contradicción
    entre lo que queremos ser
    y lo que en realidad somos.

    El chileno es el hombre equivocado
    en el lugar equivocado.
    Siempre está preocupado
    de cómo nos ven desde el extranjero.
    «No nos ven». Chile es un punto
    perdido en la distancia.
    Un hilo que se corta por lo más delgado.

    Este es un país como el «Ángel Azul»
    es mujer mentirosa, huidiza,
    desleal, cruel, impenetrable,
    de la cual uno está inexorablemente enamorado.

    Chile es un país incapaz de amar
    y eso es un gran desafío de conquista.
    No es broma: este país debería llamarse Chila.


    Chile es un espinazo arqueado.
    Chile es larguirucho y flacuchento.
    El cielo de Chile es una larga
    y angosta franja de estrellas solitarias.

    Chile país provisorio por excelencia.
    Creemos ser país, pero somos
    más bien un paisaje
    y lo estamos perdiendo
    a pasos agigantados.

    A Chile se le mueve permanentemente el piso.
    El aguijón de la discordia ha sido clavado
    entre los pies de estos cerros y el mar.
    Chile es un país al que se viene a naufragar.

    Chile sólo existe para quien lo ha perdido.
    Mucho antes de ser país, Chile ya era una melancolía.
    La melancolía es algo propio de este lado de la cordillera,
    y qué le vamos a hacer. La cordillera de los Andes
    es una tragedia espiritual sin comparación posible;
    tiene una grandeza que escapa a todas las disciplinas.

    Hernando de Magallanes se encontró
    con un extremo de Chile y pasó de largo.
    Diego de Almagro vino, vio y se devolvió.
    Pedro de Valdivia traía a Chile al anca de su caballo.
    Ahí viene Chile. Ahí viene alargando la tierra
    en un tallo de canelo. A Caupolicán
    lo vieron pasar con Chile al hombro.
    Don Ambrosio, viejo abuelo de Chile...

    Desde altamar no es más que una línea
    de cumbres nevadas emergiendo de las aguas.
    Lo que se ubica bajo las cumbres,
    esa franja invisible al pie de las montañas
    Es este país que tanto dio y dará que hablar.
    Si alguna vez naufraga
    verán elevarse esas cumbres (todavía) nevadas
    y después irse a pique con la bandera al tope.
    En el momento de hundirse bajo el agua,
    seguro que escucharán a algún gracioso
    haciendo chistes de doble sentido
    aferrado a la cordillera de los Andes.

    Mesa Seco, Lihn, Edwards Bello, Miranda, Jocelyn-Holt, Galemiri, Parra, Gepe, Gumucio, el inconsciente del suscrito,...

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