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Borghi, escucha por Antonio Martínez



Diario El Mercurio, Domingo 16 de Septiembre de 2012

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Claudio Borghi, después del partido con Colombia, desapareció del mapa y no dijo esta boca es mía, por el castigo que se lo prohibía, aunque eso habría que verlo. No existió la alternativa de una conferencia una hora más tarde por Quilín, quizás tampoco se podía. O temprano al día siguiente, con el propósito de hablar sobre caliente y en el filo de la navaja y entremedio de las portadas y titulares que dejaban a la selección y a su juego a la altura del unto, pero especialmente a él y al equipo que puso, los cambios que no se hicieron y la acefalía técnica.
Borghi y Jaime Vera, durante el encuentro, estaban incomunicados por el castigo, y no había manera de esquivar el asunto, y si la había, no se puede revelar.
En esas circunstancias, hay que saber cuál era el plan previo ante los supuestos del encuentro y cuál fue el proceso en la toma de decisiones: qué hacer y cómo hacerlo.
Después de los desastres, y el de Colombia fue el mayor en la era Borghi, lo mínimo necesario de parte de un entrenador es una explicación.
No una entrevista a un medio, con la cabeza fría y estudiada, sino la conferencia abierta y a cuero de diablo, para poner el pecho, recibir balas y analizar los hechos.
Altiro o al día siguiente, pero rápido y sin dudas, para demostrar que Borghi escucha y responde, porque no hay una verdad única. Entonces la tuya y la mía y vamos dándole, porque para eso están los técnicos, para demostrar que el fútbol tiene relato, circunstancias, filosofía redonda y densidad conceptual.
Marcelo Bielsa convertía las conferencias en un espectáculo, con una mezcla de análisis y cháchara agotadora, pero por conceptos y palabrería no le iban a ganar.
Claudio Borghi debió hablar por sus jugadores, para que sintieran la seguridad del pararrayos y la calidez del escudo protector. Gracias a Arturo Vidal y Mauricio Isla, que fueron al sacrificio, y con eso compartir culpas. Enfrentar el caso Gary Medel y salvarlo. Ofrecerle cariño al "Chupete" Suazo. En esto, un entrenador no tiene alternativas: ¿¿Por qué no afirmaste el mediocampo con un cambio, después del 1 a 0, guatón??
Incluso responder preguntas mal educadas, porque el gran objetivo es combatir la tesis negra y derrotista. Meter ideas, quitarles cancha a los críticos y darle dignidad y método a su proyecto, que es lo que tanto se le niega y discute.
Claudio Borghi no habla, y quizás no escucha.
Por si las moscas: este no es momento del desánimo y la renuncia.

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