Hace 30 Años
Madre de Teresa de Calcuta en Chile
Diario El Mercurio, domingo 16 de septiembre de 2012
Un pequeño maletín con sólo dos saris hindúes
y un libro para anotaciones fue el equipaje
con el que llegó al aeropuerto de Santiago
la madre Teresa de Calcuta,
el 12 de septiembre de 1982.
Con una apariencia frágil, encorvada,
con su rostro y mano surcado por las arrugas,
pero llena de vitalidad para sus 72 años,
declaró al "El Mercurio":
«Mi vocación es seguir los pasos de Cristo
y hacer acción de su Evangelio
a través de los pobres,
sin hacer diferenciación
de razas, ideologías y fronteras».
Se informaba que su nombre de nacimiento
era Inés Gonxa Bojaxhiu y que había nacido
en Skopje (Macedonia) en 1910.
A los 18 años ingresó a la orden
de las Hermanas de Loreto, en Dublín,
donde pasó a llamarse María Teresa
(por Santa Teresa de Lisieux).
En 1929 fue enviada a la India
para iniciar su noviciado.
Allí se dedicó a la enseñanza hasta 1948,
cuando fundó la congregación
Hermanas Misioneras de la Caridad.
«Descubrí el rostro de Dios
entre los miles de pobres de Calcuta»,
reconoció a este diario.
Homenajeada con el Premio Nobel de la Paz
en 1979, «se la considera una gran figura
espiritual en el mundo gracias
a su entrega y espíritu de servicio», se leía.
«Hasta la fecha ha acogido a unos
doce mil desposeídos y moribundos
de India, Sri Lanka, Tanzania, Venezuela,
Italia, Yemen, Rusia, Albania, Australia y Chile».
El propósito de su venida era visitar
los dos hogares que sus seguidoras
mantenían en nuestro país, uno en Batuco
y otro en el sector poniente de Santiago,
donde alojó en una humilde casa prefabricada.
La religiosa acostumbraba a iniciar sus jornadas
a las cinco de la mañana,
«orando por los más necesitados del mundo,
aquellos que nadie toma en cuenta
por ser los más marginados de la sociedad»,
decía en una conferencia de prensa.
Y agregaba: «Si los recursos no alcanzan,
sólo el amor puede obrar el milagro
de una lucha eficaz en contra de la pobreza».
Asimismo, reafirmó
su condena al materialismo,
«que esto no empobrezca las almas.
Los seres humanos seremos más felices
si pensamos en servir y en dar lo mejor
para el bien de nuestros semejantes.».
Sobre el aborto expresó a «El Mercurio»
que «es una de las formas
más crueles de violencia,
y detestable, porque
se está asesinando a inocentes».
También relató los pormenores
de su reciente experiencia
en la guerra del Líbano,
donde rescató a 42 menores
huérfanos e inválidos.
Consultada sobre cuál era
su mayor aspiración,
Teresa de Calcuta confesó
que «anhelaba crecer en santidad,
amándonos los unos a los otros.
Debemos ser capaces de construir
un mundo de libertad y justicia donde
cada hombre pueda vivir con dignidad».
Con su tradicional sari blanco orlado de azul,
partió de Chile el 16 de septiembre de 1982,
rumbo a Argentina y Brasil.
Tras su muerte en Calcuta,
el 5 de septiembre de 1997,
fue beatificada en 2003.
Su canonización aún espera.
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