Poetas sufrientes

Diario El Mercurio, Domingo 22 de Julio de 2012

Por estos días han vuelto a pasar en el cable la película "Sylvia", de Christine Jeffs (2003). Trata de la muy triste historia de los poetas Sylvia Plath y Ted Hughes, unidos en matrimonio. ¿Por qué no habría de bastar el amor marital, conyugal, para que todas -o casi todas- las cosas funcionaran de una determinada manera? ¿Acaso los niños (los hijos) no son razón suficiente para que dos padres se amen y estén juntos? ¿Qué más?

Parece que no. El egoísmo, la miseria personal, la tontería, el orgullo, son capaces de echarlo todo a perder.

¿Cuál es el mayor poema? La vida; la vida simplemente. Aquello que muchos poetas han olvidado por desconcentración, o han relegado por desafección.

No parecen necesarios los "Paraísos artificiales" de Baudelaire, ni tampoco "Una temporada en el infierno", de Rimbaud, para ver a las claras dónde está el meollo de la vida. Pero para algunos poetas ha sido necesario tomar ese camino. ¿Necesario? ¿Ineludible? Algún día lo sabremos...

De momento, digamos que la vida se nos aparece como un siempre presente (un ahora y un ya), y debemos avanzar si acaso las esperanzas no se han desvanecido. Fue tanto lo que Ted Hughes hizo sufrir a Sylvia Plath (tal vez sin quererlo), que ella se arrancó de la vida como se arrancan los conejos al primer disparo de la escopeta.

Y, así, Hugues violó el primer mandamiento de la estética, la máxima ley del artista: compadecer todo sufrimiento humano.

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Eduardo Llanos Melussa 22/07/2012 11:18 [ N° 1 ]

No me atrevería a juzgar a Ted Hughes (obviamente un poeta notable). Sin embargo, resulta sugestivo el suicidio de su esposa Sylvia Plath (poetisa muy relevante, que en vida sólo alcanzó a publicar un libro y que hoy es autora de culto), al que debe sumarse el suicidio del hijo de ambos, Nicholas Hughes Plath, ocurrido hace tres años (2009).  Es más, aunque nadie la recuerde, cabría añadir la muerte de la poetisa alemana Assia Wevill, Assia (1927-1969), de padre judío ruso y madre alemana. ¿Por qué agregarla a esta lista? Ocurre que esta poetisa fue amante Ted Hughes mientras éste estaba casado con Sylvia Plath. Curiosamente, Assia se suicidó seis años después de Sylvia y también inhalando gas...