Carla Cordua con cara de sorda...‏

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Descubierto por casualidad

Sentada en la silla del dentista,

con él inclinado sobre mí

trabajando en mi problema dental,

me encuentro sin querer

apoyando el oído derecho

sobre su vientre.

Él no se lo ha propuesto,

yo no lo he buscado:

ha resultado así.

Por casualidad también

le comienzan a sonar las tripas

con un gorgoteo muy expresivo.

Él lo siente, yo lo oigo:

estamos cogidos en una 

intimidad involuntaria, incómoda.

Pero una vez que comenzaron

los gorgoteos que él no puede evitar

aunque lo quisiera y yo no puedo

dejar de oír en esa posición,

carecemos de control

sobre la situación.

La impotencia nos hace hipócritas.

Para no darse por aludido,

él sigue trabajando

y, de repente,

echa a mano de una pastilla,

probablemente de un antiácido,

que, a corto plazo al menos,

no sirve como silenciador.

Yo me atengo a mis sensaciones

y cuido mi expresión,

buscando poner cara de sorda.

Carla Cordua

Cabos sueltos

Editorial Sudamericana

Colección Señales

Random House Mondadori

(Buenos Aires, 2003)