Cartas
Miércoles 16 de Mayo de 2012
El órgano de la Recoleta Dominica
Señor Director:
Miércoles 16 de Mayo de 2012
El órgano de la Recoleta Dominica
Señor Director:
En estos últimos días se ha hecho gran caudal con respecto a inauguraciones, refacciones, etcétera, de monumentos arquitectónicos o de centros artísticos en diferentes ámbitos culturales del país, siendo un común denominador la omisión absoluta siquiera a la mención de lo que es el órgano, como instrumento rey que debería ser un especial centro de intención.
La somera enumeración de las publicaciones de prensa denotan una desoladora realidad de la ignorancia, rayana en el desprecio, acerca de un medio musical que a través de la historia del arte y la música ha llenado enormes espacios dentro de la cultura occidental, a la cual Chile se supone que pertenece.
Así, la publicitada inauguración de un “mirador” en el Templo Votivo de Maipú constituye el final absoluto de esta construcción, y con ello se da por totalmente terminados dichos trabajos. ¿Y no se habrá proyectado un órgano digno del tamaño del templo y de su significación como centro de irradiación de la cultura? Rotundamente, no. Luego se refaccionará la Catedral de Santiago, donde se describen los detalles de tan loable iniciativa. Sin embargo, el principal templo del país al parecer da la espalda sin disimulo a la posibilidad de restaurar o instalar un instrumento acorde con la importancia y magnificencia del templo. Después, en Frutillar, se inaugura la llamada “Academia Bach”, autor cuya obra para órgano no conoce parangón, y donde no existe un instrumento apropiado para desarrollar los estudios ni la ejecución necesarios de su extensísima producción, pues el Teatro del Lago —una de las últimas oportunidades que se dieron en Chile para contar con un instrumento de concierto— inexplicablemente desechó esa idea.
Así, la publicitada inauguración de un “mirador” en el Templo Votivo de Maipú constituye el final absoluto de esta construcción, y con ello se da por totalmente terminados dichos trabajos. ¿Y no se habrá proyectado un órgano digno del tamaño del templo y de su significación como centro de irradiación de la cultura? Rotundamente, no. Luego se refaccionará la Catedral de Santiago, donde se describen los detalles de tan loable iniciativa. Sin embargo, el principal templo del país al parecer da la espalda sin disimulo a la posibilidad de restaurar o instalar un instrumento acorde con la importancia y magnificencia del templo. Después, en Frutillar, se inaugura la llamada “Academia Bach”, autor cuya obra para órgano no conoce parangón, y donde no existe un instrumento apropiado para desarrollar los estudios ni la ejecución necesarios de su extensísima producción, pues el Teatro del Lago —una de las últimas oportunidades que se dieron en Chile para contar con un instrumento de concierto— inexplicablemente desechó esa idea.
El triste lamento sobre la agonía del órgano de la Recoleta Dominica, del señor José Manuel Izquierdo, acentúa aún más el ocaso de estos instrumentos en Chile, símbolos de la cultura, la profundidad del arte y la nobleza de la música. Ni siquiera se salva la foto del interior del templo en este reportaje (13-05-12), la cual no muestra el órgano, sino enfoca el lado justamente contrario de su ubicación.
Miguel Letelier Valdés
Premio Nacional de Música 2008
Premio Nacional de Música 2008
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