En noviembre de 2011,
el astrofísico chileno Mario Hamuy,
uno de los líderes del proyecto Calán-Tololo,
que posibilitó la determinación confiable
de distancias a gran escala del universo,
estudiando un tipo de supernovas,
y que fue la técnica astronómica
que permitió a fines de los noventa
alcanzar el espectacular descubrimiento
de la aceleración de la expansión del universo,
logro por los que les fue concedido
el premio Nobel a dos científicos norteamericanos
y a uno australiano el año pasado, dio una charla
en Valdivia, en el Centro de Estudios Científicos.
La conferencia se dio
en una sala del primer piso
de lo que fue el Hotel Schuster,
edificio, hoy es más que centenario,
y al comienzo de ella contó
como anécdota el origen
del verdadero Pisco Sour
como lo conocemos hoy.
Una amiga muy cercana
de la madre de Mario Hamuy
es la viuda de Alfredo Schuster,
dueño del hotel a donde se trasladó el CECs,
desde Santiago en el 2000,
después de refaccionarlo
[posteriormente se han restaurado otras edificaciones
como la Casa Schuler, y levantado otras edificaciones
que albergan otros laboratorios, hasta completar
la Manzana y la Costanera de la Ciencia a orillas del río Valdivia].
El pisco sour existía, por supuesto,
antes de que se fundara el Hotel Schuster,
pero lo que hizo la diferencia, sucedió en 1929,
poco tiempo después de la crisis económica
que llevó a la depresión del año 30.
En aquel tiempo, marinos que llegaron
hasta Valdivia desde Gran Bretaña, parece,
echaban de menos el Whisky Escocés
(El famoso Scotch).
El problema es que en Valdivia
en aquella época no había whisky.
Como un gesto nostálgico,
a fin de hacer que el pisco sour
que tenían a mano se pareciera en algo,
en colorido al menos, al whisky,
agregaron un toque de color,
dotándole de un tinte café.
El elemento marrón que utilizaron
fue el Amargo de Angostura.
De allí salió el sour del Pisco,
porque el limón puede proveerle
acidez; otros elementos tal vez
otros sabores…pero el amargo
que le confiere propiamente
a la adjetivación del pisco,
provino de ese gesto
de agregarle un toque de
Amargo de Angostura
en el Hotel Schuster de Valdivia
con un salud en cierto sentido inaugural
para pasar el gran trago amargo
que se desplegaría en la
tremenda Depresión del Año 30…
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