Hoy iniciamos la Cuaresma
con los ritos simbólicos propios
y exclusivos del Miércoles de Ceniza:
1. La procesión penitencial,
que simboliza la peregrinación
personal y comunitaria de conversión
y renovación espiritual;
2. La imposición de la ceniza,
que quiere significar
la llamada a corresponder
con sinceridad de alma,
y la coherencia de obras.
La Cuaresma
es un tiempo de purificación
—tal como lo manifiesta su color litúrgico—
y toda ella está orientada
al misterio de la Redención.
Como camino
Como camino
de auténtica conversión
y de preparación espiritual
más intensa para celebrar la Pascua,
la liturgia nos vuelve a proponer
tres prácticas penitenciales
a las que la tradición bíblica cristiana
confiere un gran valor:
la oración, el ayuno y la limosna.
En realidad, toda la vida cristiana
es un combate sin pausa,
en el que debemos usar
esas tres "armas".
—Morir a sí mismo
—Morir a sí mismo
para vivir en Dios
es el itinerario ascético
que todos los discípulos de Jesús
están llamados a recorrer
con humildad y paciencia,
con generosidad y perseverancia.
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