A través de las conquistas y ocupaciones,
intermitentemente, Jerusalén fue dominada
por cananitas, israelitas, filisteos,
sirios, egipcios, asirios, babilonios,
persas, macedonios, seléucidas,
romanos, bizantinos, omeyas,
abasidas, cruzados, sarracenos,
tártaros, mamelucos, otomanos,
ingleses, jordanos e israelíes...
Casi todos ellos mostraron
con sus respectivos antecesores
la brutalidad inhumana
que suelen tener los humanos.
Algunos lugares fueron destruidos
y unos nuevos se construyeron
sobre las ruinas, lo que la torna
un rompecabezas arqueológico:
"Los lugares significativos
como la Explanada de las Mezquitas,
la Ciudadela, la Ciudad de David,
el Monte Sión y la iglesia del Santo Sepulcro,
no presentan capas diferenciadas de la historia
sino que son más como palimpsestos,
trabajos de bordado en el que los hilos de seda
están tan entretejidos que ahora
resulta imposible separarlos".
La historia de luchas y crueldades,
ciertamente no ha sido motivada
sólo por el control físico de la ciudad.
Para las tres religiones abrahámicas,
Jerusalén es donde terminará el mundo
para ser reemplazado por el reino celestial.
Como dice el autor:
"Jerusalén
es la morada de un Dios,
la capital de dos pueblos,
el templo de tres religiones,
y es la única ciudad
que existe dos veces,
en el cielo y en la tierra".
Todo se resolverá
finalmente
en el Apocalipsis:
"la Nueva Jerusalén".
Por otra parte, cada año,
según cuenta Sebag Montefiore,
el manicomio de la ciudad
recibe cientos de pacientes
afectados por el "síndrome de Jerusalén"
que refiere como: "una demencia
de esperanzas, decepciones e ilusiones".
Extractado del artículo
que Patricio Tapia escribió
en Revista de Libros
del Cuerpo Cultural
'Artes y Letras'
de la edición del
domingo 12 de febrero de 2012
del Diario El Mercurio de Santiago
acerca del libro
'Jerusalén, La Biografía'
Simon Sebag Montefiore
Traducción de Rosa Salleras
Editorial Crítica
Barcelona, 2011; 845 páginas.
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