Agrupación argentina La Sachetera:
Su material permite mantener el calor y aislar de la humedad a las personas que viven en la calle. El proyecto lleva un año funcionando.
Diario El Mercurio, sábado 24 de agosto de 2013
lasachetera@gmail.com
Su material permite mantener el calor y aislar de la humedad a las personas que viven en la calle. El proyecto lleva un año funcionando.
Diario El Mercurio, sábado 24 de agosto de 2013
http://diario.elmercurio.com/2013/08/23/ciencia_y_tecnologia/mas/noticias/5739EA9E-6329-49E6-BB3D-3E5643F511A8.htm?id={5739EA9E-6329-49E6-BB3D-3E5643F511A8}
La
historia comenzó así: Gabriela Dodero, diseñadora argentina, no quería
botar las bolsas que sirven de envase para la leche y el yogur. Le
habían regalado un bolso hecho con este material y ella le daba vueltas a
la idea de cómo darle nueva vida a las que acumulaba en su casa.
Continuó con Gabriela yendo de camping con su
familia durante un fin de semana lluvioso, pensando durante toda la
jornada que debería haber usado esos sachets impermeables para crear un
toldo para su carpa. Así habría evitado sentirse tan vulnerable bajo el
agua.
Y termina con Gabriela y decenas de voluntarios
cosiendo bolsas de leche hasta formar sacos de dormir que luego entregan
a diversas ONG que trabajan con personas que viven en la calle.
Pero antes de lograr reunir a los voluntarios en
su casa, de calcular que se necesitan 76 sachets por cada saco, de
subir a YouTube un tutorial para que la idea se replique en todo el
mundo y de que La Sachetera -nombre de la agrupación-, contara con siete
sedes en Argentina, y que de Colombia, México, Perú y España le
pidieran información para copiar la idea, antes de todo eso, Gabriela
averiguó que este material era muy común en Latinoamérica. "Es muy
tercermundista, India también lo produce, y la verdad es que no debería
producirse más porque es muy difícil de reciclar. Son siete capas de
filmes, con una capa negra al interior", dice a "El Mercurio".
Sin embargo, mientras sigue en el mercado, Gabriela está convencida de que le está dando una vida útil.
"Muchos
de quienes han recibido estas bolsas de dormir nos dicen que antes
amanecían 'ensopados' por la humedad, y que ahora amanecen secos, más
protegidos y que se sienten más resguardados. La gente de la calle las
ha recibido muy bien. Este año las han vuelto a pedir; dicen que en esas
noches de lluvia tremenda les salvan la vida, o que llegan justo a
tiempo en esos días que hay heladas en la capital".
Ahora, un año después de que La Sachetera comenzara a funcionar en la casa de Gabriela, ya busca nuevos horizontes.
Por
eso también trabajan en crear aislantes para casas de escasos recursos
en Bariloche, y ayudan a poblaciones vulnerables a formar cooperativas
para que fabriquen sus propias bolsas de supermercado y así generen
recursos.
Para recolectar los materiales de trabajo, hacen
campañas en colegios y universidades. Con ellos, los cerca de 80
voluntarios siguen cosiendo los sachets para darles una nueva vida a las
bolsas de leche.
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