En 2010, el argentino Ricardo Piglia (1940) publicaba Blanco nocturno. Habían pasado 13 años desde la aparición de su novela anterior y la expectativa era alta. Muchos celebraron el regreso. Incluso, obtuvo el Premio Rómulo Gallegos. Sin embargo, varios lectores no dejaron de recalcar que Blanco nocturno estaba lejos de sus mejores novelas: un policial correcto, en el que se encontraban ciertos destellos del talento de Piglia -su inteligencia, su prosa-. Por eso, quizás, no sería raro que algunos lectores se acercaran con cierta suspicacia a El camino de Ida, la nueva novela del reciente ganador del Premio Manuel Rojas de Narrativa 2013. Pero no. Esto es distinto. Y por eso hay que decirlo desde un comienzo: ahora sí volvió Ricardo Piglia. Y volvió también con Emilio Renzi, su álter ego y protagonista de esta nueva novela, en la que el argentino llega a hacer clases a una universidad norteamericana y se involucra en una historia policial, inspirada en el caso de Unabomber: un brillante profesor universitario que envió una serie de cartas-bomba, y que el FBI sólo logró capturar después de 20 años de búsqueda.
Piglia, entonces, arma una novela que se mueve entre el género de campus y el relato policial, alcanzando sus momentos más altos en la descripción de la vida cotidiana del terrorista, y en las distintas reflexiones literarias acerca de autores como W.H. Hudson, Tolstoi y Conrad. Es en ese cruce entre el ensayo y la narrativa donde El camino de Ida nos recuerda por qué Piglia es uno de los mejores narradores contemporáneos.
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