"Conversaciones con Monseñor Escrivá de Balaguer"

ANIVERSARIO Editado por primera vez en 1968
Reeditan libro del fundador del Opus Dei

Editorial Zig-Zag publica "Conversaciones con Monseñor Escrivá de Balaguer". Este año se cumplen veinte años de su beatificación y diez de su canonización.  

Braulio Fernández Biggs 

Diario El Mercurio, domingo 4 de marzo de 2012

http://diario.elmercurio.com/2012/03/04/artes_y_letras/artes_y_letras/noticias/BA68619A-FD04-4D29-A364-3E384A122785.htm?id={BA68619A-FD04-4D29-A364-3E384A122785}

Se reedita en Chile "Conversaciones con Monseñor Escrivá de Balaguer" (Zig-Zag, 2011), volumen que ha alcanzado innumerables ediciones desde 1968, año de su publicación original, y en decenas de idiomas, con más de 350.000 ejemplares. Se trata de una recopilación de algunas entrevistas que el fundador del Opus Dei -y, desde el 6 de octubre de 2002, santo de la Iglesia Católica- concediera a diversas revistas y diarios entre los años 1966 y 1968: "Time", "Palabra", "Le Figaro", "L'Osservatore della Domenica", "Gaceta Universitaria", "Telva" y "The New York Times". El volumen se cierra con la homilía pronunciada en el campus de la Universidad de Navarra el 8 de octubre de 1967 y que lleva por título "Amar al mundo apasionadamente". Este último texto es clave porque sintetiza el espíritu que transmite el santo en sus respuestas a las entrevistas.

Con una amenidad y cercanía notables, aparte un don de gentes que revela cada página, el fundador del Opus Dei va explicando y aclarando a cada periodista las preguntas más oportunas y agudas.

En su conjunto, se trata de una semblanza vívida y de primera fuente acerca de un fenómeno pastoral y realidad eclesial -la Prelatura del Opus Dei- de importancia indudable y señera, particularmente tras las conclusiones del Concilio Ecuménico Vaticano II: que todos los bautizados, en virtud de su misma condición, están llamados a la plenitud de la vida cristiana, es decir, a la santidad. Esto, que es hoy doctrina común en la Iglesia, pareció sin embargo revolucionario y aún heterodoxo hacia los años 30 del siglo pasado, precisamente cuando San Josemaría comenzó su predicación y la Obra a difundir la llamada universal a la santidad.

Pero, además, el libro aborda otros temas de especial trascendencia. Así, por ejemplo, la importancia de la mujer en la sociedad y su insustituible papel en la vida de la Iglesia, y la siempre actual cuestión de la legítima autonomía de los cristianos en asuntos temporales, y por lo tanto opinables, frente a la lealtad y obediencia debidas al depósito común de la Fe y el Magisterio. Por su parte, la misión de los laicos en el mundo y la de la jerarquía de la Iglesia, se exponen con énfasis claros e iluminadores. En fin, el lugar que le cabe a la Universidad en el devenir contemporáneo y al servicio de la sociedad, es objeto de todo un capítulo especialmente iluminador también hoy para nosotros.

"Conversaciones con Monseñor Escrivá de Balaguer" incluye una breve pero precisa presentación y aporta un nutrido índice de materias que será de gran utilidad a los lectores.

Podría decir que este volumen inició un rasgo o característica que es hoy de la naturaleza de esta Prelatura de la Iglesia Católica, contra lo que comúnmente se supone o cree: su apertura, su franca vinculación con los medios, su transparencia. Varias páginas web, diversos canales de la Oficina de información del Opus Dei en internet (You Tube, Facebook, Twitter), publicaciones impresas de todo tipo, abundantes explicaciones de aspectos de su espiritualidad disponibles en medios diversos, en fin, hasta las cartas de familia que dirige el Prelado a sus hijos espirituales -siguiendo una tradición que el propio San Josemaría inaugurara también hacia 1930-, todo está disponible pública y abiertamente. Y es que, como dice el santo en una de las entrevistas que se incluyen en esta publicación, de 1967, "informarse sobre el Opus Dei es bien sencillo. En todos los países trabaja a la luz del día, con el reconocimiento jurídico de las autoridades civiles y eclesiásticas. Son perfectamente conocidos los nombres de sus directores y sus obras apostólicas. Cualquiera que desee información sobre nuestra Obra, puede obtenerla sin dificultad, poniéndose en contacto con sus directores o acudiendo a algunas de nuestras obras corporativas" (pág.73).

Y no podría ser de otra manera. El mensaje que el Opus Dei difunde -en palabras de su fundador, "viejo como el Evangelio y como el Evangelio nuevo"- viene a recordar a todos los hombres que son hijos de Dios, y que como tales han de aspirar, esforzadamente por cierto, a lo más alto de las exigencias de su Fe.

"En el Opus Dei procuramos siempre y en todas las cosas sentir con la Iglesia de Cristo: no tenemos otra doctrina que la que enseña la Iglesia para todos los fieles. Lo único peculiar que tenemos es un espíritu propio, característico del Opus Dei, es decir, un modo concreto de vivir el Evangelio, santificándonos en el mundo y haciendo apostolado con la profesión. De ahí se sigue inmediatamente que todos los miembros del Opus Dei tienen la misma libertad que los demás católicos para formar libremente sus opiniones, y para actuar en consecuencia. Por eso el Opus Dei como tal ni debe ni puede expresar una opinión propia, ni la puede tener. Si se trata de una cuestión sobre la cual hay una doctrina definida por la Iglesia, la opinión de cada uno de los socios de la Obra será esa. Si, en cambio, se trata de una cuestión sobre la que el Magisterio -el Papa y los obispos- no se han pronunciado, cada uno de los socios del Opus Dei tendrá y defenderá libremente la opinión que le parezca mejor y actuará en consecuencia" (págs. 68 y 69).

Por eso es que nada distingue a los miembros del Opus Dei de los demás ciudadanos corrientes. Y, por su parte y fuera de la fe, nada tienen en común con los religiosos o los cristianos llamados por especial voluntad divina a una vida consagrada alejada del mundo. Esto, que ha solido malentenderse, se encuentra magníficamente referido y explicado en el presente volumen. Vivir santamente la vida ordinaria, como hijos de Dios en el mundo, es, en suma, el núcleo de estas conversaciones con Mons. Escrivá de Balaguer.

En 2012 se cumplen veinte años de la beatificación y diez de la canonización de San Josemaría. Debe celebrarse la iniciativa de Zig-Zag; que, junto con contribuir a la difusión del mensaje cristiano para los nuevos tiempos -en un país mayoritariamente católico-, entrega a los lectores un documento que ayuda a comprender uno de los fenómenos pastorales más relevantes del último siglo.