WELCOME TO YOUR BLOG...!!!.YOU ARE N°

Las cosas por su nombre

CLAUDIO ARQUEROS, embarazo adolescente colegiala aborto



Recién presentado el nuevo proyecto de ley sobre aborto conviene sincerar el debate, haciendo algunas reflexiones sobre lo que está en juego con este tipo de legislación.
Pese a que la ciencia ya ha demostrado, desde hace mucho tiempo, que los seres humanos se constituyen como tales –con información genética completa– desde el primer instante de la concepción y a través de un proceso continuo, el debate sobre el inicio de la vida es inoficioso. Dado los antecedentes de que disponemos, establecer plazos del inicio de la vida humana parece una decisión arbitraria. Tanto así, que ¡varía en muchas legislaciones del mundo! Sin embargo, ¿será razonable pensar en que existe un momento exacto y preciso (¿semana, día, hora, segundo?) en que un montón de células se “transformen” en un ser humano? ¿Se atreverá alguien a determinarlo con absoluta precisión? Hasta ahora, no obstante, no conozco médico que declare “medio” vivo a un ser humano. En ese sentido, sólo podría existir vida humana desde que se inicia el desarrollo, es decir, desde la concepción. Del mismo modo, el embrión no podría llegar a desarrollarse como humano si ya no lo es, pues sólo tiene futuro quien tiene un presente. Por eso, lo que realmente se busca con el aborto es que un ser humano no nazca, por ende, existe.
En rigor, más allá de si el embrión o feto es o no persona, lo cierto es que estamos ante un individuo de la especie humana a quien algunos pretenden negarle el derecho de nacer. La pregunta que surge entonces es: ¿resulta justo negar ese derecho? Una vez que sepamos en qué termina este proyecto sabremos si vamos a retroceder o a seguir avanzando como sociedad en el respeto por el valor de la vida humana.
En consecuencia, quien quiera justificar que la eliminación de un cigoto humano en sus primeras etapas de gestación no es matar a un ser humano, debe probarlo. Mientras aquello no se determine científica ni filosóficamente, el imperativo ético exige abstenerse de todo acto que pudiere poner en peligro la vida y dignidad de ese nuevo ser humano desde el primer instante de su posible existencia. Si usted fuera el encargado de la demolición de un edificio, ¿daría la orden de echarlo abajo en medio de un altercado de dos trabajadores que discuten sobre la posibilidad de que haya alguien dentro? Es lo que ocurre en este debate.
Cuando la lógica se pasa a llevar de esta forma, la única explicación posible es que la ideología ha tomado su lugar. ¿Usted cree, verdaderamente, que a futuro el aborto se aplicará sólo en los casos excepcionales para los que se invoca? ¿No será, acaso, que lo que se pretende en verdad es legitimar el aborto como método anticonceptivo, pero nadie tiene el valor de decirlo? Varios de los que promueven el aborto mal llamado “terapéutico” (desde la ex ministra de salud hasta el senador Girardi) están de acuerdo con el aborto a todo evento. Por eso, lo menos que podemos exigir en un debate tan delicado y trascendente es que quienes tienen en sus manos la vida de muchos niños inocentes tengan el coraje de decir las cosas por su nombre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

COMENTE SIN RESTRICCIONES PERO ATÉNGASE A SUS CONSECUENCIAS