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Capellán del Hogar de Cristo, Pablo Walker:


"El déficit económico nos ha llevado a ser realistas en el tamaño que podemos sustentar"

A 70 años de su fundación, el Hogar de Cristo busca enfocar su trabajo en sumar nuevos actores que puedan hacer más que solo financiar los programas que impulsan. Además pretenden reencantar a los empresarios con la obra que realizan, pues observan que varios de ellos se han "replegado" en el último tiempo.  

Jaimer Sánchez Campos
Diario El Mercurio, domingo 8 de febrero de 2015

"Tiene 'luquita' padre" es lo primero que le dicen a Pablo Walker, capellán del Hogar de Cristo, al entrar a uno de los centros históricos del Hogar y que él mismo llama la "sala de urgencia". En el ambiente se siente un olor punzante, pero él no para de dar abrazos y saludar. "A las cifras les falta olor, les falta oreja, les falta piel", dice. Es por eso que no le gusta dar entrevistas en su oficina, pues cree que más que lo que él pueda decir, lo importante es que la gente vea la pobreza de frente.
Es ese el enfoque que la fundación se ha propuesto para los próximos años. Y llegaron a esa conclusión "después de un diagnóstico, mirando el nivel de desarrollo y las fracturas graves que aún persisten", dice Walker. Además, asegura que "queremos convocar al país y visibilizar a ese 20% más pobre, para los cuales no hay ayuda promocional ni del Estado ni de la red de fundaciones".
Sin embargo, la fundación también deberá enfrentar desafíos en las finanzas internas, donde han observado un repliegue en el aporte de las empresas. Si bien Walker asegura que no son un "saco roto", llevan varios años de déficit económico que los ha obligado, incluso, a cerrar programas. Por eso para Walker "la estrategia social del Hogar implica también una estrategia de captación de recursos, que nos permita de aquí a unos años iguarlar el nivel de inversión social, con la capacidad de generar recursos".
-¿A qué cree que se debe este déficit?
-Es tanto el nivel de deuda que tenemos con los más pobres y la complejidad técnica que requiere prestar un servicio que no sea solo simbólico, que necesitamos recursos mucho mayores de los que recibimos. Estamos haciendo todo el esfuerzo para que los actores que pueden concurrir con recursos lo vean, porque así como no vemos a los pobres, no vemos que esto sí vale la pena, mucho más quizás que un nuevo viaje o un nuevo lujo.
-Debido a este déficit, ¿se han visto afectados programas?
-Sí. Tenemos el sufrimiento de en ciertos momentos tener que cerrar programas que eran parte del pulmón solidario de un territorio. Hay muchos casos. Gracias a Dios por un pensamiento estratégico, esos cierres han ido de la mano de un empoderamiento de otros actores. Hay un ejercicio de humildad que dice ahora háganlo ustedes y nosotros los seguimos apoyando.
"Es parte del ADN del Hogar de Cristo el no hacerse imprescindible"
-¿Han tenido que reenfocar el trabajo?
-No. El tener déficit, más que desviarnos, nos ha llevado a ser realistas en el tamaño que podemos sustentar para dar una atención de calidad. Al mismo tiempo nos ha hecho adelantarnos y decir: "Ya, ahora comprométase usted como colegio, como empresa, como barrio, como iglesia, a no solo ser un financista, sino que a ser el operador, el gestor, el emprendedor social que usted puede ser".
-¿Encuentran estos actores? ¿Van apareciendo?
-Crecientemente. Nosotros somos parte de muchas redes. Somos "partner" de un montón de otras fundaciones que visualizan esta deuda con los más pobres. Vamos, entonces, empezando a multiplicar la cantidad de actores. Es parte del ADN del Hogar de Cristo el no hacerse imprescindible, el no ser clientelista, sino ser generoso e ir traspasando toda la información que tenemos.
-El Hogar de Cristo tuvo un avance en materia financiera con el padre Renato Poblete. Se dice que lo transformó en una empresa en términos de recaudación y que introdujo el márketing posicionando el nombre de la fundación. ¿Han perdido eso?
-Siempre es mejorable la capacidad de contagio que tengamos, para que un empresario o un académico vea en el Hogar de Cristo valor agregado. Siempre es mejorable y una vez más estamos en eso. Porque efectivamente observamos que ha habido un repliegue en el compromiso, sobre todo de las empresas en su aportes.
-En 2014, ¿cómo quedaron las finanzas?
-Efectivamente quedamos en un déficit sobrellevable, responsable, pero la estrategia social, la mirada social del Hogar de Cristo, implica también una estrategia de captación de recursos, de involucramiento que nos permita de aquí a unos años más nivelar la inversión social, con la capacidad de generar recursos, de manera de no permanecer en una lógica de déficit permanente que en definitiva termina un poco socavando las confianzas.
-¿Se va a retomar una estrategia de márketing para lograr estos objetivos?
-Estamos trabajando en una estrategia, pero no es el momento para hacer su presentación pública. Pero tiene que ver con ayudar a la mayor diversidad posible de actores a sentirse corresponsables en el trabajo inclusivo con los más pobres y que no pase solamente por la entrega de recursos económicos. Tiene que ver con una actitud comunicacional de hacer sentir parte al país entero de esta misión.
-¿Y cuál sería la línea de esa estrategia?
-Las fundaciones del Hogar han hecho el último tiempo un trabajo precioso, pero necesitamos innovar. Innovar para que efectivamente haya una política de salud mental instalada en el aparato de salud, o para que haya una auténtica política pública para las personas en situación de calle, que no apunte solamente a que las personas no se mueran en el invierno.
"Chile todavía no es solidario"
-¿Que rol juega hoy día la desigualdad en la pobreza del país?
-Nosotros vemos que esta brecha social donde ricos y pobres no nos encontramos está causando grandes niveles de frustración y desentendimiento. Es necesario estar ahí donde hay marginados y escuchar lo que sienten, lo que piensan, lo que han sufrido y cómo quieren regresar a ser parte del país. A las cifras les falta olor, les falta piel, les falta oreja.

-¿No se ven? ¿No están siendo escuchados los pobres hoy?

-Los pobres en este momento no marchan en la calle, no constituyen un grupo de presión, ni tampoco una prioridad, porque escapan del diagnóstico de que un país vale por su capacidad productiva. Falta que los que trabajamos en pobreza, los gobiernos de turno, y sobre todo de la iniciativa privada, pongan un foco en el abrir las puertas que les están cerradas. Eso es salir realmente de la situación de pobreza.

-¿Cuál es su visión de las reformas estructurales que impulsa el Gobierno, como en educación, por ejemplo?

-Chile tiene que preguntarse qué es una educación de calidad. Ahí está todo. Yo la puedo entender en términos de mi ascenso individual, de productividad, o ir más allá y verla como parte del esfuerzo de reparación del país, de inclusión social y de resguardo democrático. Eso es educación de calidad, y eso no se aprende con una pizarra.

-¿Cree que hay una cultura de filantropía en Chile?

-Me parece que comparado con otros países tenemos muchísimo que avanzar. Hay un nivel de compromiso muy menor. Chile todavía no es solidario. Lo es en términos de la catástrofe puntual, pero no en la catástrofe diaria.

 "Los resultados son una muy buena noticia"

-¿Qué nos muestran los resultados de la última encuesta Casen ?

-Son una muy buena noticia. Basta con que una persona haya dejado de vivir en la pobreza para que sea una buena noticia. Aquí estamos hablando de cientos de miles. Pero también hay lucidez, de que no es cierto que con $2.500 una persona deja de ser pobre.

-¿A qué cree que se debe este avance?

-Creo que es el resultado de una sinergia de actores del aparato público y del sector privado. Pero también hay deudas en la creación de políticas públicas que atinen tanto a la generación de ingresos, como en el acceso a las redes de salud, de educación y vivienda de muchos chilenos.
-¿Cuánto aporta esta medición multidimensional de la pobreza?

- La mirada multidimensional le hace justicia al sufrimiento cotidiano que viven los más pobres. Nos hace, además, ver la deuda que tenemos como país en la reparación de sus derechos. Nos muestra esa crueldad de un país con un nivel de oportunidades y despliegue impresionantes, que les son negados a los más pobres.

-La encuesta no estuvo exenta de polémica: algunos sectores acusaron al gobierno pasado de exitismo y otros aseguran que la actual administración le bajó el perfil a los buenos resultados...
-No es un tema interesante. Estos instrumentos están ahí no para deslegitimar o legitimar una u otra administración, sino para avanzar. Para avanzar en cómo entendemos el desarrollo y la sociedad en términos de inclusión y reparación de derechos.

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