Nunca alcanzamos a medir la magnitud de nuestra ignorancia.
Nunca alcanzamos a comprender el tamaño de nuestros errores.
Nunca alcanzamos a percibir la profundidad del insondable misterio.
Nunca alcanzamos a dimensionar la amplitud de nuestro desvarío.
Nunca terminamos de aprender que hay que volver a empezar...
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