por Joe Black
Diario El Mercurio, Cuerpo Reportajes,
Domingo 15 de mayo de 2011http://diario.elmercurio.com/2011/05/15/reportajes/cuentan_que/noticias/84286EEE-4D80-4A2B-8D96-024871C57A97.htm?id={84286EEE-4D80-4A2B-8D96-024871C57A97}
Hace muchos, muchos años, cuando yo estaba dando mis primeros pasos
como columnista (creo que fue a fines de 2002) escribí una columna
basada en la "parábola de las dos vacas" para explicar ya no recuerdo
qué conflicto político de un ministro que hizo una desafortunada
metáfora con las vacas.
Esta semana me acordé mucho de esa columna. Ya se darán cuenta por
qué. Me permito recordar una parte de ella:
"Cómo funcionan las ideologías. Doy ejemplos:
COMUNISMO: Usted tiene dos vacas.
El gobierno confisca las dos,
lo contrata a usted para que las cuide
y después usted le debe comprar la leche al Estado .
DEMOCRACIA IDEAL: Usted tiene dos vacas.
Usted y sus vecinos deciden quién debe recibir la leche .
DEMOCRACIA REAL: Usted tiene dos vacas.
Los políticos deciden quién debe recibir la leche.
DICTADURA: Usted tiene dos vacas.
El gobierno las confisca y a usted lo exilia o lo fusila.
CAPITALISMO: Usted tiene dos vacas.
Vende una y compra un toro.
Logra criar una manada y la economía crece.
Después vende todo y se dedica a vivir de las rentas.
APARTHEID: Usted tiene dos vacas.
La leche de la vaca negra
se las da a los blancos
y no ordeña la vaca blanca.
REGIMEN TALIBAN: Usted tiene dos vacas.
Osama las hace estrellarse contra un edificio y mueren.
Se les llama mártires, se asegura
que ahora están en el paraíso
y se culpa a Estados Unidos por su deceso.
¿Entendieron cómo funciona? Ok.
Aquí viene lo bueno. Apliquemos ahora a Chile el modelo (...) :
GIRARDISMO: Usted tiene dos vacas.
El gobierno prohíbe que se les ordeñe
o que se les mate para comer su carne.
De hecho, usted deberá disputarle a las vacas la comida".
Hasta ahí dejo el extracto.
¿Alguno de ustedes recordaba esta columna?
Lo más insólito es que ya en esos años
el ambientalismo de Girardi era tema.
Por eso a él yo lo respeto.
Porque siempre ha sido igual.
Para bien o para mal.
Pero nadie puede negar que ha sido coherente.
Siempre ha puesto por delante de todo
y por sobre todas las cosas a la flora y a la fauna.
Lo que, más bien,
me ha llamado la atención en estos días
es la gran cantidad de personas
que se ha plegado a la onda ambientalista.
He llegado a pensar que se ha vuelto aspiracional.
Un amigo mío soltero y bastante más joven que yo
me confesó que había ido a las protestas de esta semana
porque, comillas, "van puras pelolais estupendas
a las que cuesta mucho ver por aquí
cerca de la Plaza Italia, fuera de su hábitat natural".
Este amigo mío es un tipo híper conectado.
Se entera de toda la movida "verde" a través de Twitter,
porque nunca suelta su teléfono touch.
Tiene un jeep grandote y cool,
que gasta harto más que mi sedán "ñoño".
Le envidio su enorme televisor de plasma
y el notebook Apple de última generación,
y la guitarra eléctrica y el Xbox.
Ese sujeto, sin electricidad, simplemente se muere.
Pero igual está contra HidroAysén. Y contra Barrancones.
Y contra todo lo que haya que estar en contra.
Porque no vaya a ser cosa que una pelolais ecologista,
un poco "hippie chic" lo vaya a sorprender opinando distinto.
Es que hoy, las señoritas los prefieren verdes, dice él.
Estos "nuevos verdes" me parecen un poco fraudulentos.
Por eso creo que son más respetables los "viejos verdes".
Como Girardi.
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