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Diario de Campo del viaje de Caleta Tumbao a la isla de Juan Fernández



¿A qué lugar?” (cita del libro “Expedición a Chile” 1976)

Viernes 22
Llegada en un avión. De pronto desde el mar, aparecen amplias quebradas con pequeños mantos verdes en sus cimas, los bordeamos y debemos aterrizar en una pequeña línea. Una vez realizado el aterrizaje estamos absolutamente sorprendidos con los minerales y la potencia de la naturaleza. Geografía impresionante, es una montaña en medio del pacifico, cortes rojos y amarillos hablan de un accidente geológico volcánico situado en medio del mar.
Al moverse la placa geológica, se va avanzando hacia la tierra, así el archipiélago es un conjunto de isla que va hacia el continente, siendo un accidente geográfico con una dirección.
Bajando hacia la playa, lobos marinos juegan con las olas con una espontaneidad acuática, absolutamente adaptados a lo acuoso. Al conversar con la gente se percibe un carácter fuerte, distante, con curiosidad por el otro y lo que viene a hacer.
Nuestro primeros y grandes amigos fueron el Jole o Jojanes, geógrafo sueco que hace 5 años vive en Chile y la Ale, la gestora cultural que nos trajo a la isla, ellos viven desde agosto en la isla. Arriendan una casita de pescadores en el palillo y la han ido convirtiendo en suya a través de arreglos con cosas que encuentra por allí, como muebles de maderas.
El Jole nos prestó un esnórquel para ir a bucear, así primero meto los pies a un mar un poco más cálido y salado (lo cual permite deslizarse mejor). Asomo la cabeza y me sumerjo en una geografía totalmente diferente, rica en especies y rincones, donde me quedo volando y experimentando un asombro total.

Salado estoy con mucha felicidad de tarde. Música y cerveza en un jardín del mar.
En esto la pregunta: ¿A qué lugar? Y ponerla en el terreno caminando, es ejecutada en un modo musical, trayendo instrumentos del continentes y participando del lugar al conversar con él, es decir tocar en él.
Hay un agradecimiento de la gente por el servicio poético-musical que estábamos estableciendo, fuimos a dar música y lo valoraron. Nos retribuyeron a través de una acogida como si fuéramos aventureros. Hay una posibilidad de sustentabilidad en todo proyecto musical itinerante, al establecer un momento de gratuidad, generando entonces una relación horizontal. Así la energía que se da en la música no se disgrega, sino que se reúne en un momento presente compartido.

Sabado 23
Piquero en el palillo: rocas- playa- mesas, lugar donde la gente se viene a pasar la tarde cuando el día es bonito y también a refrescarse. Las mañanas partían con ayuno hasta el almuerzo.
En este lugar es muy común la multiactividad en las labores de las personas.
En la isla existió una situación de crisis total: un maremoto, por ello todo se está reconstruyendo, lo cual a su vez es una oportunidad. Nunca había conocido un pueblo más ecológico, en el sentido de la importancia y la conciencia del medio, porque este se mostraba en una escala aplastante.
También aquí hay una escala pequeña, hay menos conexiones, esto se palpa en el carácter de la gente. Aquí no se ha dado- a gran escala- una industrialización del trabajo y quizás no la habrá debido a que es una reserva de la biosfera. Esto puede ser una oportunidad pero depende de la capacidad de involucrarse con la problemática local y no basarse en parámetros externos que se convierten en una mera prohibición.
La gente se dedica en un 60% a la pesca, 20% turismo, 20% servicios (cifras aproximadas, tomada de fuentes orales). Tal ausencia de industrialización explica una cierta abundancia de recursos, lo cual permite un estilo de vida donde no se ve situación de pobreza, ni prácticas hostiles aparentemente.
Vamos de pesca al muelle, dos catalinas, pan, y a enganchar peces pequeños para pescar grandes. Al tirar el pan aparece un cardumen, realizando una “pesca visual”.
Luego nos vamos a comer y compartir a la expo, un galpón realizado por la misma gente, “las tias de las áreas verdes” y la municipalidad, encargadas de reconstruir el espacio público.
Puestos de comida, escenario para artista, escenario para las plantas endémicas y detalles de la isla. Allí se ofrece: hamburguesa y hot-dog de vidriola, breca, jurel (productos de mar en general) carpaccio y ceviche de jurel y breca, empanada de pulpo, langosta, cangrejo dorado, jugo de maqui, pizza de langosta, quiche de cangrejo dorado y chivo.
Baño-buceo y luego paseo musical hacia las montañas. Atravesamos las distintas etapas de especies primero por las más exótica (introducidas), eucaliptus, pinos y cipreses que tienen el suelo mutuado y el maqui, mora y murtilla que asfixian el bosque endémico. Pasamos por un mirador con una perspectiva de la infinitud del mar. Después de pasar por la plazoleta del Yunque, entramos a un lugar escondido, pidiéndole permiso a la amiga bióloga que nos acompañaba. En su interior se encontraba el bosque endémico conservado: nalcas con base de tallo largo, suelos de helechos y lumas.
La ingeniera en recursos renovables era experta en claros, que luego de la caída de un árbol, se permite un amplio espacio de luz, donde vuelve aparecer la vida nueva a través de renovales e insectos, siendo un renacimiento de vida.
El carácter del naufrago Alexander Selkirk, está impregnado en el lugar y su habitar.
La lejanía, por otro lado, hace que exista presencia de la armada.
Aquí existe una fauna, flora y un mundo submarino de carácter endémico y la gente lo sabe.
Además existe el trabajo de la gente de “Rescatemos Juan Fernández”, que luchan en contra de las especies invasoras exóticas (el maqui y la mora). Una de sus integrantes es la Isabel. Ella nos acompaña en un paseo hacia la plazoleta del Yunque (El cerro más alto de la isla). Ella está en búsqueda de las variables contextuales del equilibrio ecosistémico de los helechos que se producen en los claros forestales.
Hicimos música arriba de una luma vieja que produjo un claro en medio del bosque.
Realizamos aprensiones del bosque endémico, más cantos afrocolombianos enseñados por “la Ciri”.
Me preguntaron qué quería decir el nombre del grupo “Caleta tumbao” y yo respondí espontáneamente: “proposición metafórica con referencia rítmica y geográfica”, después acordamos guardar la definición.
En la noche nos fuimos a la expo a tomar cerveza Crusoe y Archipielago (cervezas hechas en la isla) y a comer quiche de jaiba.

Domingo 24
Caminata hasta el mirador del Selkirk, llegamos al hogar del famoso naufrago, lugar estratégicamente situado entre las montañas y quebradas de vegetación protegidas del viento y con perspectiva hacia la bahía, donde él veía a las visitas  deseadas (salvadores) y no deseadas (piratas).
Hogar precario orientado hacia el norte, próxima a un arrojo de agua dulce.
Él estuvo en este lugar, durmió, observó que no hubiera amenaza.
Aquí seguramente estableció un fuerte lazo con la naturaleza.
Arriba en la cresta de los cerros veo las palmas nativas (la chonta).
Lo que ocurre en este pueblo, es que los dinamismo propio del habitar- debido a la desconexión- se conservan, esto mismo se replica para las especies naturales. Así dentro del hogar del naufrago pienso que la geografía es esencialmente vivida,  y está compuesta de una perspectiva viviente que camina por el lugar, que observa. La gente vive en torno a las abruptas laderas.

Observaciones en el camino: Lugar endémico que me arroja a conocer sus equilibrios ecosistémicos para desarrollar proyectos relacionados al habitar de la gente. El primer plan es observar y experienciar la isla

Mientras estoy en el mirador, con perspectiva hacia la parte de atrás de la isla, tengo un mucho recogimiento, el viento nos da con fuerza y podríamos quedarnos horas observando.
Luego bajamos a la expo y estaba todo el pueblo entorno a las hoyas comiendo perol, langosta con tallarines, papas, choclo en platos de greda y con un vaso de vino.
Después tocó el  grupo Dresden, presentando emotivas letras del lugar y solidos ritmos que afirman el sentimiento de terruño de los integrantes. El nombre de la banda se debe al barco alemán de la primera guerra mundial que fue hundido frente a la isla. Hoy en día los buzos encuentran objetos dentro de las ruinas submarinas del barco: ventanas circulares, muebles antiguos e incluso platillos de una batería. El conjunto musical de dicho nombre, se toma de la emoción y el misterio que la vida en la isla implica. Generalmente las letras hacen referencia a un viajero que se enamora de la isla.  
Conocimos a un amigo del pochi, que estudió antropología pero hoy es pescador de langostas. Su historia es realmente impresionante. Él nos hace entender como esta isla es un lugar de aventureros y gente que ha vivido, en el mayor sentido de la palabra, no cualquier razón te hace llegar a este lugar a éste lugar.

Lunes 25
Estoy frente al mar sentada en una piedra acompañando al Pochi y a Francisco que se van a meter a bucear-arponear, para después almorzar pescado a las brazas. El Pochi saca un jurel que alcanza para los cinco (es decir, es muy grande). También está el Jole que se metió sólo a esnorkeliar, éste amigo sueco tiene mucha calma y maravillamiento por el lugar, es un ejemplo a seguir su adaptación.
Ensayo de música sin polera.
Tocata en una isla en medio del pacifico con una vista imponente de la mar, con la luna llena, con un trasfondo de imágenes de la isla, helechos endémicos de decoro y el fuerte viento de Juan Fernández que nos dicta los movimientos.

Conocimos a un hombre de barba que le dicen “el Alemán”. El se dedica a la construcción. La historia de él, nos cuentan, es muy impresionante. Se trataba de un niño que estuvo en un orfanato, que fue adoptado por una familia que lo llevó a recorrer el mundo, y dentro del viaje pasaron por Juan Fernandez, teniendo el personaje en cuestión, una edad de 14 años. A los 18 años a penas pudo, volvió a la isla de la que se enamoró. Hace más de trece años vive allí.

Martes 26
El martes me desperté temprano y con Francisco partimos- con las ganas mañaneras- a aprovechar las primeras horas del día, pasando primero por la casa de la Ale a saludar y a conversar sobre la isla y los posibles proyectos a desarrollar.
En ese contexto nos contó sobre libros que llegan a la isla y hace falta catalogar y ordenar, además que existe un caballero que sabe mucho de la historia local de la isla que si no se registra se va a perder para siempre. Éste caballero a demás esta cazado con una señora Alemana que toca el acordéon, y que cuando vino el maremoto ella se tiro contra la ola con kayak y sobrevivió, su caso es contado con mucha admiración. Un compañero de la Ale de Trabajo también estaba en esa pieza con nosotros y nos contó que hoy en día se va a tener las guaguas al continente lo cual esta haciendo que no queden más isleños.
Luego partimos a bucear al otro extremo del pueblo, frente al cementerio, donde hay más olas y escombros del terremoto. Siempre  meter el agua dentro de este mar es una experiencia sobrecogedora, sobre todo por el contraste entre un mar de color azul que en apariencia no se muestra de tintes caribes, pero que sin embargo en su interior tiene una fauna llena de peces de colores, pampanito, bacalao, vidriola, jaiba corredora, algas fosforescentes.
Salido del mar, con sal en el cuerpo, mucha alegría y un cansancio reponedor, nos lanzamos a caminar por el pueblo, ejecutando una caminata fotografiada para tomar registro desde nuestros pies de la situación urbana del pueblo.
Existe un cierto carácter precario de las construcciones pero con adaptaciones locales (madera o botellas dentro del concreto). Hay nociones en las construcciones que apelan a una estética espontánea del lugar, que no la he visto antes, que es de índole particular. Las casas generalmente se encuentran en altura, el encuentro entre los habitantes se tanto en la salidas de las casa como en la parte baja, el cual es un lugar de servicios del Estado, comerciales, Correos de Chile. Esta además el muelle que es un eje importante para ir a buscar la descarga (Víveres y bienes que vienen del  “Iorana” barco carguero), y donde todo lo nuevo y relacionado al mar aparece (por ejemplo la gente de la regata), además es común ver a  señoras o niños yendo a pescar al muelle usando migas de pan para atrapar al primer pescado y con ese luego buscar uno más grande. Prácticas que nos hacen entender éste es un lugar donde se vive con recursos.
Otro elemento importante es la imponencia del paisaje desde cualquier punto, sea la infinitud del mar que despunta de cabo a cabo o la silueta de las montañas que se dibuja a un ángulo  de 65 grados (aproximados), lo cual está presente en una conciencia de que se vive en un lugar excepcional, de mucha fuerza y que genera apego en su totalidad. Esto se ve claramente en las letras del grupo Dresden, además de que es una posibilidad grande para generar “conciencia medio ambiental”.
La palabra sustentabilidad está presente en el pueblo. Este es un lugar que vivió una crisis potente en el contexto donde se emplaza, siendo la reconstrucción una posibilidad de hacer todo de nuevo de una mejor manera- entró la posibilidad de hacer prácticas sustentables, como por ejemplo el reciclaje-. Pero a su vez debido al contexto aislado, prácticas de reutilización han sido una forma de sobrevivir.
En esta isla la idea de gente de mar detenida en un lugar, es constante, la estética de Robinson se hace presente, en las barbas, en los tatuajes en ciertas formas de las casas, en la comida.
Al subir por el pueblo a Francisco le surge una primera idea, hacer jardines en el espacio de tierra que está al lado de las calles (las cuales no tienen mucho transito) y si es que hay flores pueden llegar los picaflores. Sería un espacio común, y lo interesante es que se genere de forma autogestionada, que no se algo exterior, hay que encontrar los medios para que sea la misma personas quienes realicen y se apropien de estos proyectos.
Luego tomamos una vía transversal, llegando hasta la “planta eléctrica” donde se unen diferentes funciones públicas en sencillas oficinas que esperan el edificio “Consistorial”.
Conversamos con un señor de apellido Solinosky encargado de los sistemas eléctricos de la isla, quien está ilusionado con que le hagamos propaganda a la isla y ayudemos desde donde sea- la música principalmente- a darle fuerza a Juan Fernandez.
Empaquetando los instrumentos se acercó de pronto Guido, el patriarca del conjunto “Dresden”, banda local con tematicas de la isla compuestas por él. Su mensaje fue de felicitaciones agradecimientos pero principalmente enmendarnos a hablar de la isla, a musicalizar y difundir sus maravillas, ya que la música tiene una potente llegada a la gente.
Una hora antes de zarpar de vuelta comienza a sonar las campanas de la iglesia, miramos y vemos un pequeño movimiento, -no será un sunamí- alguien bromea, hasta que de pronto vemos una llama, después de tres segundo de shock, reaccionamos corriendo junto a personas que llegan a lugar, subimos a todo lo que dan los pies y comenzamos a buscar baldes para llenar con agua, picotas, palas, tierra, y se arma un trabajo colectivo para detener el fuego con mucha desesperación, ya que de avanzar se puede quemar toda la isla, en medio de todo el trabajo aparecen los marinos con extintores y mangueras.
El carácter de la gente es ambiguo, la gente tiene formas duras, gente que no se entregan fácilmente a los externos, de hecho estos reciben el nombre de los “plásticos”, pero a su vez nunca me he sentido más cómodo en un fiesta como en la del pueblo, las miradas son amistosas ya que es un lugar de viajeros y aventureros, donde hay ciertos espíritus que son bien acogidos. Isla muy especial para establecer lazos fuertes. Se habla también que existen problemas entre las personas debido a la falta de espacio de circulación de personas, pero al llegar al aeropuerto me siento profundamente solo, al no conocer a nadie. Las ambigüedades inherentes al hombre y su habitar, pero sin dudar es mejor estar frente a esa naturaleza que recoge.

Juan Fernéndez, como dice la canción del grupo Dresden, te llevo en el corazón. Duele estar de vuelta en el continente

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