Tal como describe el historiador Alan Knight, el populismo es una forma de liderazgo político que se resiste a desaparecer en América Latina y mantiene una creciente presencia, tanto en los países vecinos como en nuestra propia nación.
Lo que hemos podido observar en la arena política nacional en el último tiempo es la aparición de una nueva forma de populismo, pero con algunos rasgos distintivos, lo que se ha definido por académicos como el neo-populismo.
El neopopulismo mantiene la figura de un líder carismático, que habla a las masas y se apropia de una reivindicación popular, sin una dirección ideológica definida, pero quiebra con la concepción tradicional populista de la necesidad de un gran Estado. A su vez, este neopopulismo posee un marcado discurso anti élites y busca ocupar todos los medios y estrategias posibles para generar un vínculo del “líder” o “mesías” con el elector, que ya no pasa por el control de organizaciones intermedias, sino por el uso de medios de comunicación, con fuerte énfasis en la televisión.
Este neopopulismo ha sido rechazado por diferentes intelectuales, debido a su excesivo personalismo, desperfilamiento de las instituciones, además del intento de reivindicación usando figuras dicotómicas, basando todo el discurso y la responsabilidad en los polos amigos/enemigos, muchas veces ocupando “pueblo” versus elite o políticos.
Es por ello que cuando aparecen candidatos que se definen a sí mismos como no políticos, pero ofrecen una batería de propuestas -energía gratis para todos, solucionar la pobreza y campamentos de forma instantánea, y otras tantas recetas mágicas sin una evaluación de factibilidad y costo real que significa a la sociedad y el Estado-, tienden a poner en riesgo la credibilidad y estabilidad del país.
Para la próxima elección es fundamental que tratemos de incentivar el voto informado, el análisis de los candidatos por sus propuestas y soluciones en temas clave, más allá de consignas baratas, promesas sobre personajes misteriosos, innombrables por posibles repercusiones de grupos oscuros existentes en teorías conspirativas del iluminado de turno, que sólo buscan crear un enemigo común para apoyar un discurso sin sustento.
Es por ello, que se debe promover la información, transparencia y el desarrollo del capital social en Chile, para que todos, libres e informados, podamos tomar la decisión basada en el candidato que más representa nuestra visión e ideas, y que sea lo mejor para el país que todos queremos, basado en la realidad y no en constantes apariciones faranduleras en la televisión.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario
COMENTE SIN RESTRICCIONES PERO ATÉNGASE A SUS CONSECUENCIAS