Música: Esas mujeres

Convertidas en símbolo de la libertad de expresión y de las denuncias contra el abuso de poder en rusia, el colectivo punk pussy riot llevaron a un nuevo nivel un movimiento cultural nacido al otro lado del mundo: las riot grrrls.

Por Macarena Lavín23/08/2012

La consigna “free Pussy Riot” (liberen a Pussy Riot) está dando vueltas por todo el mundo. Tres de las integrantes de este grupo punk ruso -Nadezhda Tolokonnikova (22), Maria Alekhina (24) y Yekaterina Samutsevich, (30)- fueron encarceladas en marzo, luego de haber filmado un video clip tildado de “odioso”.  El 21 de febrero, en el altar de la catedral ortodoxa moscovita de Cristo Redentor, grabaron  “Virgen María, expulsa a Putin”,  vestidas con colores llamativos y pasamontañas. Durante esta última semana la sentencia se ha convertido en una polémica mayor, ya que el viernes pasado se extendió a tres años. Las acusaron de violar el orden público e incitar el odio religioso.

Más que una banda, Pussy Riot es en realidad un colectivo artista-punk de 12 integrantes que se van rotando y detrás de ellas hay un equipo de trabajo que las ayuda a organizar sus actuaciones, como asesores legales y editores.  Estas mujeres -cuya identidad permanecía incógnita hasta comienzos de año- partieron en septiembre de 2011, y en octubre realizaron su primera manifestación musical en  la Plaza Roja, lo que fue editado en un video que se hizo viral.

Pussy Riot hizo renacer, esta vez de manera global y virtual, el movimiento Riot Grrrl que nació en Washington D.C.  a comienzos de los 90. Dentro de un contexto en que emergían diversas subculturas, y bajo la ideología punk Do it Yourself (Hazlo tú mismo) llamaban a las mujeres a empoderarse dentro de una industria musical dominada por hombres. Instaron a las roqueras a producir su propia música y generar fanzines para difundir sus ideas. La más importante de ellas: confrontar la conformidad femenina ante el prototipo impuesto por una sociedad machista, en que las mujeres debían ser dóciles, calmadas, no llamar la atención en público y vestirse como una señorita. Las riot grrrls hicieron todo lo contrario: salieron a los escenarios chasconas, con ropa desastrada, usaron palabrotas y gritaron más fuerte que nunca para denunciar los abusos a las mujeres, ya fueran violaciones o actitudes sexistas.  Bikini Kill y L7 fueron algunas de sus exponentes más famosas, y la ola de bandas riot grrrl llegó a Europa, Inglaterra y Australia.

Veinte años después, las Pussy Riot convirtieron la protesta feminista propia de las riot grrrl en una causa nacional. Antes de ellas ya hubo mujeres encarceladas por denunciar violaciones a los derechos humanos en Rusia. Pussy Riot, como aquellas bandas de los 90, apoya causas de grupos marginados, como los homosexuales. Pero lo más importante dentro de su discurso es el rechazo a Putin y su abuso de poder.

Las Pussy Riot comentaron que había que desarrollar más las protestas, y que las mujeres en su país eran las mejores para hacerlo. Ellas son hasta el momento el ejemplo más efectivo. La justicia busca a más integrantes del colectivo, mientras que la misma Iglesia ortodoxa está en desacuerdo con la encarcelación de las activistas. No importa si la prensa rusa ha estigmatizado;  ellas se han convertido en ídolas. Rezaron a la virgen para que se hiciera feminista y liberara a los rusos de Putin; en estos días la prensa mundial y  diversos admiradores del colectivo piden su libertad. Lograron que el tema de la sentencia sea de carácter global. El verdadero punk ahora se canta en ruso.