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Hace exactamente once años, apareció
una entrevista a Nacho Mena.
Una transcripción de dicho reportaje
lo acabo de rescatar
de entre un montón de papeles.

En ella no se incluye todo lo 
mucho que ha realizado en el intertanto
(fundar una familia, por lo pronto)
el inquieto y talentoso músico,
académico y entrañable amigo.

BAQUETAS CON HISTORIA
por Luis Felipe González
Diario El Mercurio, viernes 5 de enero de 2011

Nacho Mena no anda por la calle firmando autógrafos
ni tampoco participa de estelares de televisión,
pero sus andanzas musicales son tan impresionantes
que resulta extraña su inadversión en el medio local.

Mena ha integrado agrupaciones musicales notables
y se ha codeado con buena parte
de la farándula neoyorkina y brasileña.

Ya como estudiante de composición
en la Universidad de Villa-Lobos, en Río de Janeiro,
participó junto a Rita Lee y Nana Vasconcelos
de la movida rockera carioca de principios de los setenta.

Más tarde, en Estados Unidos,  acompañó,
como alumno del Berklee College of Music,
a figuras del calibre de Marvin Gaye.

Titulado en el instituto de Boston,
se trasladó a Nueva York para iniciar
definitivamente su carrera profesional.

Recién arribado, en 1975, se transformó
en el baterista del saxofonista Ornette Coleman,
quien por esos años formaba nada menos
que con Don Cherry, Charlie Haden y Dewey Redman.

«Parece increíble, pero fue mi primer trabajo
como jazzista», recuerda.  Esta experiencia,
le permitió además viajar por toda Europa,
presentarse en importantes festivales
como el de Montreaux y grabar un disco
con el ícono del free jazz.

Pero, como la mayoría de los bateristas,
Mena disfruta de la promiscuidad musical.
Por eso abandonó a Mr. Coleman
para embarcarse en otros proyectos:
"Volví a Manhattan sin un peso y sin trabajo".

Por casualidad, en 1976,
conocí a Vicky Sue Robinson,
una cantante que estaba probando suerte
en la onda disco y que tenía un pequeño contrato
para editar un single con la RCA.

A horas de entrar al estudio le faltaba un baterista.

Acepté su invitación sin pensar que a las pocas semanas
la canción que grabamos, "Turn the Beat Around",
llegaría al tope de las listas en Estados Unidos y Gran Bretaña.

Ese éxito se tradujo en presentaciones a tablero vuelto
en el Madison Square Garden, en el Carnegie Hall
y en shows junto a los grandes de la época:
Earth, Wind & Fire y Kool & the Gang.

«Fue un período de limusinas
y de todo lo que implica la fama,
pero pronto se acabó», aclara el músico.

De vuelta al anonimato focalizó su actividad
en el proyecto Astracarnaval,
colectivo de percusionistas
que animó varias jornadas del "Factory",
el local de Andy Warhol en el Soho.

«Todo estaba muy bien,
pero yo quería volver a Río», comenta.

«Es que tenía la obsesión de tocar con Egberto Gismonti.
Además, ya no quería más, fueron seis años», explica.

«Me había hecho conocido en Brasil,
así que cuando regresé toqué
con los nombres más reconocidos
en el medio, como Hermeto Pascoal,
Moraes Moreira y Gal Costa- 
en el primer Rock in Rio».

«Tuve mucho trabajo,
incluso durante un tiempo
compuse las bandas de sonido
de las teleseries de O Globo
como "Vida vida" y "Vereda tropical".
Fueron como ocho en total».

- ¿Cuándo optaste finalmente por regresar a Chile?

A principios de los '90, yo era socio de "Ritmo"
uno de los clubes más entretenidos de Río,
donde en la misma noche te podías encontrar
con Caetano Veloso, Branford Marsalis o Stevie Wonder.
Pero el local tuvo que cerrar.
Eso me bajoneó mucho y decidí volver.

- Y volviste el 99. Después de casi dos años,
echas de menos toda esa actividad?

Tal vez la alegría de los brasileños.
Pero Santiago es una ciudad muy agradable.
Además, me he encontrado 
con muy buenos músicos jóvenes.

__________

Actualmente, Nacho es el Director de la Escuela de Música
y Tecnología en Sonido de la Universidad de Pacífico,
ha impreso su liderazgo, intensidad, talento y conocimiento
formando a un centenar de alumnos de dicha Escuela.
Ha vuelto a tocar en centros académicos de Estados Unidos
(invitado entre otros al Berklee College of Music donde estudió
por allá por los años setenta).  La banda de Nacho Mena,
con Andrés Sylleros en teclados y otros músicos de gran nivel,
la mayoría de ellos, profesores de la Escuela de Música
de la Universidad del Pacífico y cuyo talento se puede apreciar
en videos en YouTube o Googleando a Nacho.

Finalmente, algo más acerca de Nacho, 
como baterista y percusionista,.
Llama la atención lo serio y profesional que es
y cómo la batería está siempre marcando
o subrayando los cortes, cambios y detenciones,
imprimiéndole fuerza a los temas
y al mismo tiempo al servicio 
de sus inflexiones, modos y cadencias.

Muy concentrado, with great command,
un drummer impecable,
con una gran variedad de recursos,
siempre dosificados para potenciar los temas
y conferirles el sello de calidad
de un músico de impresionante trayectoria,
no obstante lo cálido y sencillo que es.

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