Hojeando un diccionario‏

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Cuando vuelvo al agudo
diccionario de Ambrose Bierce,
a veces surgen también imágenes
que nos llevan a otros tiempos,
como cuando releo la definición
de recluta y aparece la imagen
de Miguel Hirmas en San Manuel
de Melipilla, Enero de 1970
con el Mauser a la rastra
como si estuviera paseando al perro:
veamos cómo define al recluta
(que para estos efectos es el equivalente
al conscripto, incluyendo al soldado-estudiante):
persona que se distingue de un civil por su uniforme, 
y de un soldado, por su modo de caminar.

Otro ejercicio con este diccionario
es buscar asociaciones, como:

Se considera aburrido al que habla 
cuando uno quiere que escuche
y egoísta a la persona de mal gusto 
que se interesa más en sí mismo que en mí.

Litigante es la persona 
que está por entregar la piel 
con la esperanza de conservar los huesos
y pleito es aquella máquina 
en la que se entra en forma de cerdo 
y se sale en forma de salchicha.

Desprecio es el sentimiento que experimenta 
un hombre prudente ante un enemigo 
demasiado temible para hacerle frente sin peligro
y cobarde es aquel individuo que en una 
emergencia peligrosa, piensa con las piernas.

La lira es un antiguo instrumento de tortura
y el acordeón es un instrumento
en armonía con los sentimientos de un asesino. 

El voto es aquel instrumento y símbolo 
de la facultad del hombre libre 
de hacer de si mismo un tonto y de su país una ruina
y un referéndum, en particular 
es una ley que se somete a voto popular 
para establecer el consenso de la insensatez pública.

Mausoleo: La última y más divertida locura de los ricos.

Mono: Animal arbóreo que se instala en los árboles genealógicos.

Misericordia: Virtud que aman los delincuentes sorprendidos.

Murmurar: Decir cómo encuentra uno a otro 
cuando el otro no puede encontrarlo a uno.

Perorata es la explosión de un cohete oratorio. 

Perogrullada: Sabiduría de un millón de necios en boca de un tonto. 
Un pensamiento que ronca en palabras que humean. 
Cacareo que sobrevive al huevo. Epigrama desecado.

Oratoria: Conspiración entre el lenguaje y la acción 
para defraudar al entendimiento.

Ópera: Espectáculo que representa la vida en otro mundo 
cuyos habitantes no tienen más idioma que el canto, 
más movimiento que el ademán y más postura que la actitud.  

Panegírico: Elogio de una persona que tiene 
las ventajas del dinero o del poder; 
o que ha tenido la deferencia de morirse.

La riqueza son los ahorros de muchos en manos de uno
y la respetabilidad es el fruto amoroso 
de una calva reluciente y una espléndida cuenta bancaria.

Pero no es necesario asociar,
cada uno se basta por sí mismo:

Recordar es traer nuevamente a la memoria, 
con algunos agregados, 
algo que previamente se ignoraba.

Plagiar es asumir el pensamiento 
o el estilo de otro escritor, 
a quien uno jamás ha leído.

Reportero es el periodista 
que a fuerza de suposiciones 
se abre un camino hasta la verdad, 
y la dispersa en una tempestad de palabras.

La República es aquella entidad administrativa 
manejada por  una incalculable multitud 
de parásitos políticos, lógicamente activos 
pero fortuitamente eficaces.

La religión, según Bierce,
es Hija del Temor y de la Esperanza, 
que vive explicando a la Ignorancia 
la naturaleza de lo Incognoscible.

Plomo es un metal pesado, 
de color gris azulado, 
que se utiliza frecuentemente 
para dar estabilidad a los amantes livianos, 
particularmente a los que aman mujeres ajenas. 

Arancel es la scala de impuestos a las importaciones 
destinada a proteger al productor local 
contra la avidez de sus consumidores.

La sabiduría es el tipo de ignorancia que distingue al estudioso.

El ruido es un olor nauseabundo en el oído.

La política vista por Bierce,
es un conflicto de intereses 
disfrazados de lucha de principios
o el manejo de los intereses públicos 
en provecho privado.
Para Marx (Groucho)
la política es el arte de
buscar problemas, encontrarlos,
emitir un diagnóstico falso
y aplicar el remedio equivocado.

A propósito de políticos

dos integrantes rivales

pertenecientes a la 
Cámara de Representantes

se encuentran en un estrecho
pasillo del Congreso.

Uno de ellos clavándole

una mirada de odio y desprecio

le espeta: ¡Jamás dejo pasar a un imbécil.

A lo que el otro le responde: ¡Yo sí!

y con un gesto elegante,
hace un ademán para que pase su adversario.

Brindémosle un aplauso a Bierce
utilizando una definición
que no aparece en su diccionario:

El aplauso es un chubasco sobre el tejado...