WELCOME TO YOUR BLOG...!!!.YOU ARE N°

Aún padecemos el trauma


"Consciente o inconscientemente, hemos reconstruido el pasado reciente desde visiones parciales, sin todo el espíritu crítico o autocrítico necesario, esforzándonos por comprender los paradigmas que inspiraron las actuaciones de los otros..."

Estamos prontos a cumplir 40 años de la crisis política más grande de nuestra historia. Sus antecedentes son diversos, pero el momento más decisivo suele circunscribirse al gobierno de la Unidad Popular. Sabemos que el proceso concluyó en un golpe de Estado, seguido por un gobierno militar que se extendió por 17 años. Fue un tiempo, además, ideologizado en extremo y mundialmente polarizado, del cual Chile no pudo sustraerse.

En el primer gobierno hubo sectores menoscabados por las estatizaciones mediante resquicios, por el progresivo caos social y económico, por el resentimiento, la soberbia ideológica y enfrentamientos sufridos en todos los ámbitos cotidianos. En la segunda administración, otro grupo de chilenos vio conculcada su libertad, fueron severamente reprimidos de diversas formas, y asesinados más de tres mil, sin defensa posible.

Fue un período traumático que generó profundas odiosidades. Con el retorno a la democracia los esfuerzos iniciales por desagraviar y pacificar a compatriotas fueron insuficientes, porque los conflictos pretéritos continúan estando presentes. Se constata con frecuencia que aún subyace animosidad y polarización en el tejido político y social. Se entiende y respeta el dolor de familiares de víctimas y casos de afectados directamente por algún concepto, a falta de otro consuelo que aportar. Mas la sociedad, en conjunto, no ha logrado un entendimiento mínimo basado en toda la verdad sucedida. Todavía nos pena el trauma.

Existe en la población -máxime en generaciones mayores, influyentes en las siguientes- una visión reduccionista. Estos asocian el gobierno de Salvador Allende únicamente con la inflación desatada, la toma de predios e industrias, la violencia promovida para destruir el orden burgués; aquellos, al gobierno de Augusto Pinochet con dictadura fascista, tortura, exilio y asesinatos. Uno y otro son demonizados por quienes fueron o son sus detractores. La realidad cabal de ellos fue distinta. Nunca es solamente negra.

Alguna responsabilidad recae en la historiografía contemporánea y la politología, aunque ellas ilustran a estrechos círculos de élite. Consciente o inconscientemente, hemos reconstruido el pasado reciente desde visiones parciales, sin todo el espíritu crítico o autocrítico necesario, esforzándonos por comprender los paradigmas que inspiraron las actuaciones de los otros. Pero más determinante para superar el trauma ha sido la falta de voluntad colectiva, la cual es alimentada por algunos dirigentes políticos que utilizan lo más terrible de aquella época para conquistar respaldo.

El pasado continuará imponiéndose tiránicamente mientras lo desconozcamos o creamos conocerlo en forma arbitraria. Nos liberaremos, asumiéndolo e incorporándolo al presente, reconociendo aquello que realmente hemos sido y somos, con nuestras miserias y grandezas. La auténtica comprensión histórica, comprobadamente, remedia las heridas de los pueblos y facilita la reconciliación.

El gobierno de Felipe González, cuando se cumplieron 50 años del estallido de la Guerra Civil española, honró la memoria de todos quienes contribuyeron hasta con sus vidas a la defensa de la libertad y la democracia, agregando, a renglón seguido, "respetar a todos quienes desde posiciones distintas a la España democrática lucharon por una sociedad diferente, sacrificando también su existencia". Y Angela Merkel fue el primer jefe político alemán en visitar Israel al cumplirse 60 años del exterminio judío. Depositó una corona de flores en el Memorial del Holocausto y manifestó ante el Parlamento israelí "que su pueblo asumía la vergüenza". ¿Será necesario citar a Mandela?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

COMENTE SIN RESTRICCIONES PERO ATÉNGASE A SUS CONSECUENCIAS