Buenos Libros
por Ana María Larraín
Revista Carola, N˚107, 7 de julio de 1986
[En esta columna, Ana María Larraín
comentó, entre otros,
Los Sea Harrier de Diego Maquieira.]
Ya desde la misma tapa
se adelanta el tipo de humor
y de poesía que se ofrecerá,
en simpáticas o a veces cáusticas gotas,
a lo largo del ecológico texto
("polvo somos/ y en smog nos convertiremos"),
que se deja leer fácilmente
y con una sonrisa permanente
(¿de alarma tal vez?), en la boca.
La condición de un lenguaje epigramático
ayuda, por cierto, a tomarle buena voluntad a esta obra,
tras la cual se adivina un hablante dicharachero,
una mezcla local entre Parra y Catulo, el viejo poeta latino.
Bajo la estructura de una opúscula musical
y de todo el "ambiente" que rodea una sinfonía
(sillón de orquesta, ensayo general, etc.),
el autor despliega, sin alarde alguno,
una buena dosis de ingenio
que no logra disimular la crítica
tras el tono liviano de las máximas-mínimas:
"El ocio es mi hipótesis de trabajo".
"Una verdad del porte de un buque/
todavía no salimos a flote".
"El ruido nos tiene sonados".
"La mosca limpiaba sus patitas/
en un basural".
"El huevo de Colón se lo comió Américo Vespucio".
"La última palabra la tiene el silencio".
Recogiendo, entonces, los ecos
de la cultura del grafitti, del chiste político
y de los juegos de palabra de todo tipo,
Rosende puede conformarse,
aunque no le guste,
con su Bendición final del lector...
"¡aunque se venga todo abajo!"
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• El Rincón de los Libros
por Filebo (Luis Sánchez Latorre)
Diario Las Últimas Noticias, domingo 31 de agosto de 1986
¿Artefactos?, ¿misiles literarios?
¿Greguerías?, ¿Vuelta al runrunismo?, ¿Qué?
Rafael Rosende escapa a las definiciones comunes.
Un desprendimiento del árbol de Parra, sin duda.
Pero no, con precisión, una hoja de Parra.
Hay en Rafael Rosende
una inteligencia alaceadora
que se escuda en la poesía.
El volumen de "Cuatrimesario"
reúne frases, epigramas, epitafios,
cláusulas de variado jaez.
Dice por ejemplo (p. 26):
"La apatía se asomó a la ventana/
a ver pasar su cadáver".
Nada más. Nada menos.
Por lo tanto, la apatía ha muerto.
En consecuencia, ¡viva la apatía!.
Según el método
no del todo extinguido
del crítico logicista Raúl Silva Castro,
si la apatía se ve pasar muerta,
de hecho la apatía está delirando,
no precisamente muerta.
Ergo, la apatía delirante constituye
una especie de contradicción crasa de sí misma.
Si delira no es apatía. Es más bien simpatía.
En el amor, verbigracia,
las personas deliran por exceso de simpatía.
Observadas las cosas de este modo,
una apatía que se ve pasar muerta
traduce una verdadera falacia de la muerte, etc.
Más adelante, como para enfurruñar
a tenaces detractores de la política,
Rafael Rosende apunta (p. 33):
"El Estado subsidiario/ es una empresa multinacional".
¿Es en verdad el "estado subsidiario"
la capa de caballero de la noche
(véase el filme respectivo de José Mojica)
de la gran empresa multinacional?
En mi humilde opinión, sí.
Pero hay otros asuntos de que tomar nota.
En la página 41, Rafael Rosende
coloca la vieja cuestión de Pedro en su sitio:
"Andaba como Pedro por su iglesia".
Se comprueba así que la iglesia es la casa de Pedro.
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• Para una sociología del espanto:
Escritores Alegres y Tristes
por Enrique Lafourcade
Diario El Mercurio, domingo 29 de diciembre de 1986
[Enrique Lafourcade, alude, entre otros escritores,
en la primera parte de esta crónica, al poeta Raúl Zurita.
Libertad, locura, inocencia
La primera ley del poeta es maravillar.
Crear es maravillar, sorprender.
"Escribo con letra imprenta/
porque mi máquina de escribir
tiene muy mala letra".
Otra: "Una verdad del porte de un buque/
todavía no salimos a flote".
Una más: "Polvo somos y en smog nos convertiremos".
¿Vai a seguil?: "El ruido nos tiene sonados".
Creen ustedes que es Nicanor Parra,
el más hondo y solemne
de los risueños ruiseñores criollos? ¡Error!
Se trata de Rafael Rosende,
y de su libro CUATRIMESARIO
(Ediciones Kuktrún)
circulando silenciosamente
en la Feria del Libro.
"Si hay algo que cae de cajón
Es que nos vamos a morir
Así es que para qué
Echarle más tierra al asunto".
¡No está nada de mal, no es cierto!
Parra le pena, pero lo asume
como materia prima
y lo recreará.
"El cielo de Chile
es una larga y angosta
franja de estrellas solitarias".
¡Maravíllame, poeta!
"La última palabra la tiene el silencio".
Hagámosle caso.
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Poesía
por Jaime Quezada
Revista Paula, martes 4 de marzo de 1986
Rafael Rosende
CUATRIMESARIO
De las numerosas publicaciones
o mejor autoediciones,
de autores jóvenes durante 1985
cabe destacar 'Cuatrimesario' de Rafael Rosende,
un poemario-cuaderno que además de los textos,
destaca por lo artesanal y lo gráfico.
Identificado con un
'Centro autónomo de poesía concreta
y física altamente especulativa',
Rosende (de quien ignoramos otras referencias)
pone en circulación personalmente
este interesante, curioso, reflexivo
y llamativo libro o álbum de poemas.
Se trata más bien de,
versos aparentemente aislados,
sueltos, inmediatos, espontáneos.
No pasan de tres o cuatro líneas,
pero suficientes para testimoniar una idea,
una anécdota, una historia. Y vivificarla.
La presencia de un tema tácito,
ya conocido por el lector,
y que el poeta se encarga
de darle su proyección de realidad,
absurdidez, uso cotidiano.
Humor y verdad hay aquí,
situaciones irónicas, frase-verso
que está a punto de ser chiste,
sentido y gracia manifiestos.
No es tampoco el ánimo
ni el tema antipoético, ni alírico,
sino una manera e íntima de Rosende
de saber mirar un entorno humano
y saberlo decir con desfachatez
evocadora a los demás.
El acierto está en lo veloz de la frase:
directa e inmediata, disparada como dardo
a boca de jarro del interlocutor.
Textos breves para realidades profundas.
SEGUNDO PRINCIPIO
Abro el refrigerador
Como quien abre un libro *
Y leo únicamente
La línea blanca
Devoro lugeo
Conocimientos congelados
Que me dejan el estómago vacío
Cierro el libro
-se apaga la luz-
Y me alejo
Con mi movimiento
Perpetuo
De segunda especie.
VII
El patio es el cuarto de los juegos
Donde se cuelga el sol
Y se secan los recuerdos.
IX
Ese aroma
Que hace al recuerdo
Respirar profundo
DESVELADO DESPUÉS DE REVELADO
Abro los ojos
Y veo que estamos
Todos ciegos
Cierro los ojos
Y me doy cuenta
Que no estaba soñando.
BAJORRELIEVE
Así como están las cosas
El destino del peatón
Es morir en la rueda.
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Mellado, De Jolly, Rosende
por Ignacio Valente (José Miguel Ibáñez Langlois)
Diario El Mercurio, domingo 6 de enero de 1985
(También apareció, esta misma crítica literaria,
entiendo con posterioridad al artículo
publicado en el diario El Mercurio de Santiago,
creo que el domingo siguiente o subsiguiente
en el Diario El Mercurio de Valparaíso).
[Este comentario se refiere a unas hojas sueltas
cuando todavía no había intenciones
ni posibilidad alguna de editar el Cuatrimesario.
No se transcribe la crítica a los dos primeros poetas,
el segundo de los cuales, formó parte de la vanguardia
de la poesía en lengua castellana en los años 80,
y fue compañero de colegio en el Saint George's College.]
IGNACIO VALENTE COMENTÓ EN NUMEROSAS OPORTUNIDADES
LA OBRA DE PAULO JOLLY. HAY QUE RASTREAR ESTO
EN REFERENCIAS CRÍTICAS DE LA BIBLIOTECA NACIONAL,
ASÍ COMO EL COMENTARIO DE DIVERSOS CRÍTICOS
A LO LARGO DE LAS ÚLTIMAS TRES DÉCADAS.
...Tambien en hojas sueltas
-pero esta vez pequeñas, a modo de tarjetas-
vienen los poemas de Rafael Rosende,
otro desconocido para mí hasta ahora.
Se trata de brevísimos poemas
de dos o tres versos,
ni epigramas ni hai ku,
sino más bien hallazgos fragmentarios,
frases vagamente sentenciosas
o imágenes vagamente surrealistas,
que se balancean entre las greguerías
de don Ramón Gómez de la Serna
y los chistes de Nicanor Parra.
El humor es su intención más frecuente,
pero a veces aspira también
a metáforas paradójicas
o a enunciados de sabiduría popular.
Los hay de varios tipos.
Uno muy característico,
el simple juego verbal:
"Las huellas volvieron a las andadas".
Otros poemas hay que fluctúan
entre la imagen visual
y la absorción de la palabra
en la frase hecha:
"Las casas de Valparaíso no se paran/
se cuelgan de los cielos/
de sus propios techos/
y se afirman en la vista al mar".
O bien:
"Puso el grito en el cielo/
y éste se vino abajo.
El mayor peligro que debe superar
esta delgada poesía
es la obviedad del retruécano,
la excesiva visibilidad del recurso,
el mecanismo demasiado elemental
del juego de palabras:
"La última palabra/ la tiene el silencio".
El procedimiento de la frase hecha
es continuo en estos textos,
pero cuando la frase consigue mudar
bruscamente de contexto,
se convierte en una frase deshecha
y consigue un efecto válido:
"El huevo de Colón/ se lo comió Américo Vespucio".
También aunque con menos mutación:
"La tajada de torta/ se llevó la peor parte".
Como puede apreciarse,
se trata siempre
de reducir al absurdo
un giro idiomático establecido,
por mezcla, distorsión o mutación.
No obstante, la broma se vuelve
el elemento verbal a partir del cual
irrumpe el poder de lo extraño,
como en esta curiosa
animación de un artefacto:
"El teléfono esperaba ansioso/
la llamada de la cancelación de sus servicios".
O en una línea semejante:
"El libro no se dio cuenta/
de que la solución a sus problemas/
estaba en la última página".
En ocasiones aparece la nota política:
"El Estado subsidiario
es una empresa multinacional".
Y también la nota económica:
"Lo increíble de la falta de liquidez/
es que tenga a todo el mundo/
con el agua al cuello".
Citaré por último
un logrado hallazgo imaginativo,
a cargo de tres versos
cuya secuencia es imprevista:
"La tierra giró un poco/
para poder ver al sol/
salir por la cordillera".
Creo que Rosende
tiene destino en este género,
si bien debe superar
el simple juego verbal,
para obtener esa proyección
hacia otra realidad,
que logran a ratos
las mejores de sus greguerías.
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• El Correo de los Libros
Diario La Tercera, domingo 24 de agosto de 1986
Con generosidad de presentación
(grandes páginas para textos diminutos)
el autor ofrece al público
esta serie musicalmente catalogada
de greguerías, poemas mínimos,
homeopáticas reflexiones.
El humor le es fiel y no le abandona
a lo largo de estas páginas,
llevando la ironía casi hasta la crueldad:
"Polvo somos y en smog nos convertiremos".
Y otra sobre la contaminación:
"El ruido nos tiene sonados".
Y un pensamiento histórico:
"El huevo de Colón se lo comió Américo Vespucio".
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Libros y Autores
• El desafío de los poetas
por Jaime Quezada
Revista Ercilla, 2 de abril de 2007
Variadas obras de autores chilenos
destacan por sus temas, lenguajes y ediciones.
Cuando la cantidad está al nivel
de una vanguardia de calidad
[En este recuento, Jaime Quezada
comentó el libro de Erick Pohlhammer,
'Gracias por la atención dispensada'.]
Poemas breves que no pasan
de tres o cuatro versos
hacen de Cuatrimesario
(Kuktrún Producciones Gráficas),
de Rafael Rosende,
un curioso y llamativo libro.
El humor testimoniado aquí
en una anécdota
o en una irónica historia
que se cuenta.
Hay gracia y espontaneidad
en estas ideas poéticas
directas e inmediatas,
acusadoras y críticas.
"Polvo somos y en smog nos convertiremos".
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Para el corazón del verano - una ensalada de poetas
por Enrique Lafourcade
Diario El Mercurio, 6 de febrero de 2000
[Un segundo comentario de Lafourcade,
quince años después del primero.]
Un libro bastante misterioso
Se titula "Cuatrimesario".
Su autor es Rafael Rosende.
Fue editado en 1985 en Valdivia.
Lo tengo rayado
y capaz que ya haya escrito
sobre este poeta.
Hay humor medio Parriano
y versos flojos,
pero otros de primera agua
como "Polvo somos
y en smog nos convertiremos"
o "El ruido nos tiene sonados".
Tiende al aforismo.
De pronto un desarrollo:
"El hambre, ese fruto amargo/
que se niega a ser devorado".
Otra suerte de poema:
"Si hay algo que cae de cajón/
es que nos vamos a morir/
Así es que para qué/
Echarle más tierra al asunto".
Tiene en este libro
una espléndida descripción
de nuestro país.
Aquí va:
"El cielo de Chile/
Es una larga y angosta/
Franja de estrellas solitarias".
Valdivia produce poetas.
Los oí leer en Chaitén.
Están creciendo en el Calle Calle.
Silenciosas algarabías
ocurren en el Calle Calle.
¿Qué pasó con Rosende?
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OBRAS NOTABLES:
Una escrita a máquina, Rafael Rosende...
por Gregorio Goldenberg
Pluma y Pincel
N˚15 Junio-Septiembre de 1984
CUATRIMESARIO (Anteproyecto),
se titula un "libro"
-no encuentro otra forma de llamarlo-
escrito a máquina en pequeñas
hojas sueltas (medio oficio) y sin numerar,
lo que dificulta un tanto su lectura
y la búsqueda de un trozo en particular,
si uno lo desea al final de la lectura.
Tiene un "Preludio";
un "Primer Movimiento" (Agitato);
un "Segundo Movimiento" (Scherzo);
un "Intermezzo" (con ánima);
un "Tercer Movimiento" (Affetuoso);
y un "Epitafio" (en tono menor).
Luego de este ordenamiento
entrego algunas muestras
de lo que contiene este "Cuatrimesario",
que el autor intenta aclarar
de la siguiente forma:
EL 'CUATRIMESARIO' corresponde
a la fecha en que en forma sorpresiva
se dio comienzo a estos escritos,
con motivo de la conmemoración
de dos hechos de especial significación
para el que lo suscribe, y que con el tiempo
se han confundido en su naturaleza desbordante.
Rafael Rosende
Nota: todos los "ejemplos"
respetan la forma de la escritura de los mismos.
Del "Preludio" extraigo:
Escribo con letra imprenta
porque mi máquina de escribir
tiene muy mala letra.
Esta muestra ya predispone
a tomar al autor en serio-broma,
pero ¡qué fácil es equivocarse
con Rafael Rosende!
El plagio
es la copia
que tiene
más éxito
que el original.
Aquí, no hay broma,
sino una buena dosis de verdad.
Pero en seguida:
En la cancha se ven los gallos
o si no se muere pollo.
¿En qué quedamos?
¿Son aforismos, pensamientos,
versos serios
o un simple ejercicio lúdico
muchas veces cargado
con verdades que dejan
un sab(e)or a amargo.
Léase este ejemplo
del "Primer Movimiento":
El ruido nos tiene sonados.
o este otro:
la llama eterna
sacó sus cuentas
para ver qué posibilidades
tenía de llegar al siglo XXI.
o este:
LA BOMBA
DE NEUTRONES
ENTRA
SIN
GOLPEAR
...
STOP
Aunque en rigor
no existe una relación
con los "apellidos musicales"
que Rosende ha puesto
a cada "Movimiento",
tampoco se trata
de una Sinfonía...
el hambre
ese fruto amargo
que se niega a ser devorado
...o su autor ha compuesto
otra obra patética:
la apatía se asomó a la ventana
a ver pasar su cadáver.
¿En qué género inscribir estas líneas?
el huevo de Colón
se lo comió Américo Vespucio
Aquí, obviamente,
hay algo de scherzo;
hay un scherzando
no sólo con las palabras o las ideas:
hay una profundidad de contenido,
el concepto que está detrás
o dentro de las palabras.
Aunque no siempre
tiene Rosende tan buena fortuna:
los papeles se fueron unidos
con la bendición de la corchetera.
El autor tiene una formación idiomática
que evidencia largos ejercicios y aciertos
que no siempre son poéticos ni meditativos:
el parentesco de los números primos
consiste precisamente
en que no tienen ningún número en común.
y este:
Se creyó un nuevo Copérnico
desterrando el geocentrismo
para reemplazarlo por
un egocentrismo de viejo cuño.
Rafael Rosende no envió remitente
ni ninguna información sobre su persona.
Su única carta de presentación
fueron estas pequeñas hojas
de papel sin numerar
(si se desordenan, no aseguro
que podría volver a agruparlas
tal como estaban),
pero me gustaría saber más de él
y de su trabajo literario.
Como despedida,
les dejo este par de ¿versos?
No lo sé. Decidan ustedes:
el mejor nudo
lo forman
las manos entrelazadas
y el peor
es el nudo
en la garganta.
Y para terminar:
Los Derechos Reservados
corresponden a mis acreedores.
El Representante Legal
es mi subconsciente.
(o más bien es un inconsciente).
Nota: (Al término de estas líneas
encontré el sobre que contenía
las "hojas de Rafael Rosende.
Allí estaba su dirección.
Va carta, amigo Rosende).
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Para segunda lectura
Economía y Sociedad - agosto 1986
Revista dirigida por José Piñera Echeñique
"La inteligencia artificial
nos hace creer
que las máquinas
están pensando.
La inteligencia natural
nos hace ver
que los seres humanos
no están pensando".
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