¿Qué podrían tener en común esta muestra variopinta de próceres y personajes?‏

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Qué tienen en común (aparte de la política)
José Miguel Insulza, Andrés Allamand, Ignacio Walker,
Álvaro García, Carlos Montes, Patricio Melero y Marcelo Trivelli?

¿O qué podrían tener en común personajes tan disímiles
como Andrés Pascal Allende con Michael Townley;
el inolvidable Adolfo Couve con el actor Nissim Sharim;
o personajes conocidos de la farándula
como el abogado Hernán Calderón
y el empresario de la noche
y hermano del presidente, Miguel Piñera?

¿Qué vínculo podría establecerse
entre el artista visual Juan Downey,
los artistas plásticos Ricardo Yrarrázaval,
Benjamín Lira, Hernán Valdovinos y Ricardo Maffei;
el escultor Mario Yrarrázaval;  el director Juan Pablo Izquierdo;
los poetas Armando Uribe, Diego Maquieira y Paulo de Jolly;
los escritores Carlos Ruiz-Tagle, Antonio Avaria y José Luis Rosasco
y el crítico literario y sacerdote José Miguel Ibáñez Langlois;
el fotógrafo de la naturaleza Nicolás Piwonka, el sociólogo
y dramaturgo David Benavente, el documentalista Ignacio Agüero
el director de televisión Vicente Sabatini y el cineasta Andrés Wood?

Por último, ¿qué comparten los médicos Pablo Casanegra,
Manuel José Irarrázabal aparte de la cardiología
que ejercen en el Hospital de la UC,
o los médicos e investigadores
Fernando Orrego y Fernando Zegers
que tienen puntos de vista divergentes
respecto de, por ejemplo,
los efectos del levonorgestrel?

Aparte de la fe y de haber sido
ambos vicarios del arzobispado de Santiago,
qué otra cosa compartieron
los sacerdotes Sergio Valech y Cristián Precht;
los físicos teóricos Francisco Claro y Máximo Bañados
los empresarios Eleodoro Matte, José Luis Del Río,
Juan Hurtado y Carlos Alberto Délano?

Y podríamos seguir ad infinitum nombrando personajes:
Manuel Pellegrini, León Vial, Patricio Bañados, Agustín Huneeus,
Hermógenes Pérez de Arce, Gonzalo Rojas Sánchez,
los economistas Manuel Marfán, Ricardo French-Davis y Cristián Larroulet?

Empresarios, destacados ejecutivos, dirigentes gremiales:
Rafael y Eduardo Guilisasti, Juan Claro,  Máximo Pacheco;
los arquitectos Luis Izquierdo (Premio Nacional de Arquitectura)
Jorge Swinburn, Hernán Montealegre, Gonzalo Mardones y Gustavo Munizaga.

¿Raúl Torrealba, Miguel Laborde, Hernán Precht, Jorge Carey,
Nicolás Luco, Vanessa Miller, Manuela Martelli y Claudio Orrego, padre e hijo?

Y la lista está recién empezando...
todos ellos estuvieron matriculados
en algún momento en el Saint George's College.

Y eso que casi ninguno de ellos
(exceptuando a Manuela Martelli, Vanessa Miller,
Andrés Wood,  Claudio Orrego hijo y Max Bañados)
pertenecen a generaciones más bien recientes,
de las últimas décadas.

La mayoría egresaron hace más de 35 años,
hace más de cuatro, cinco y hasta seis décadas
es por ello que a excepción de
Vanessa Miller y Manuela Martelli, no aparecen mujeres.
El colegio paulatinamente
se convirtió en mixto a partir de los años setenta.

Algunos cuestionarán algunos de los próceres mencionados,
apelando a Wikipedia u otra fuente en internet.

Incluso si consultan a algunos de ellos,
tal vez tengan medio olvidado
su fugaz paso por el Saint George
como Nissim Sharim.

El dato me lo dio hace como veinte años,
alguien que sabe más que nadie:
Joe Dorsey, C.S.C., que formó
y desarrolló por más de dos décadas
el archivo del colegio.

Este listado es muy incompleto;
fue hecho muy a la rápida y
no contempla los valiosos profesionales
y personas que han desarrollado
magníficas e incluso heroicas obras,
conocidas en su ámbito de acción
sin haber trascendido mayormente
al gran público.

La revisión, por lo demás
fue tan vertiginosa
que pasé por encima
de muchos nombres conocidos
-y otros que lo son para mí-
incluyendo algunos famosos de ayer y de hoy,
actores como Rafael Benavente y Juan Pablo Donoso
que las nuevas generaciones tal vez no han escuchado.

Falta que los que han pasado en décadas
más recientes por el Saint George's
nos cuenten en los campos en que han
incursionado sus pares más destacados.

Seguro que la impronta georgeana
sigue tan viva como el fuego del dragón...

Los georgians, ¿seremos plaga?