Torres del Paine
Se requiere prevención, educación, vigilancia...
y de ocurrir un incendio, mandar al tiro
toda la "artillería" disponible para combatir el incendio.
No sirve llegar con todo tres o cuatro días después.
A estas alturas estamos hablando de una cifra
cercana a los 130 kilómetros cuadrados, equivalente
en superficie a 14 comunas de Santiago:
Santiago, Providencia, Vitacura, La Reina, Ñuñoa,
Recoleta, Independencia, Quinta Normal, Estación Central,
San Miguel, San Joaquín,, San Ramón,
Pedro Aguirre Cerda y Lo Prado.
Esto va a tomar medio siglo o más en recuperarse
y habrá unos veinte veranos en que los efectos
de la devastación serán evidentes para los
visitantes del Parque, que había sido catalogado
como el mejor trekking del mundo y
que, nada más este verano, se esperaban
unos 150 mil turistas.
Turismo en Torres del Paine
Diario El Mercurio, Lunes 02 de Enero de 2012
http://blogs.elmercurio.com/columnasycartas/2012/01/02/turismo-en-torres-del-paine-i.asp
Señor Director:
Señor Director:
Con profunda tristeza he seguido las noticias sobre el devastador incendio que azota el Parque Nacional Torres del Paine.
Salí del parque el martes en la mañana, mismo día en que se desató el incendio, sin imaginarme jamás que en pocas horas el paisaje cambiaría radicalmente.
Confieso que Torres del Paine es el paraje más hermoso que he visto en mi vida. Con cinco días esplendorosos, tuve el privilegio de visitar majestuosas cascadas, glaciares milenarios e imponentes saltos de agua. También vimos representantes de la fauna patagónica, como cóndores, zorros, pumas, guanacos y liebres.
Sin embargo, el día que hicimos el largo recorrido hacia Bases de Torre, algo me dejó preocupada: no vi ningún instructivo al inicio de la caminata, que es la más concurrida de todo el parque.
Nada que advirtiera la dificultad del recorrido y sus potenciales riesgos, ni tampoco un manual de comportamiento para el turista en relación con la preservación de esta “Reserva de la Biósfera”, según la calificó la Unesco.
Tampoco vi advertencias (que nunca están de más), sobre la correcta protección del parque, como de los potenciales riesgos de incendio. Tampoco se advierte que el sendero (en zonas muy estrecho y bordeando acantilados), es compartido con cabalgatas.
Tuve la sensación que todas las normas y reglas de conductas se dan por “conocidas”, quizás debido al público que llega que son mayoritariamente excursionistas extranjeros. Ya quedó demostrado hace cinco años que un extranjero imprudente provocó un daño inmenso al parque y que, hasta la fecha, todavía mostraba secuelas de la enorme devastación.
La prevención de riesgos nunca está de más en zonas como ésta.
Ojalá esto no se vuelva a repetir.
Torres del Paine es la embajadora de nuestra belleza natural.
Tania Berdichevsky
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