por Jorge Precht Pizarro
Diario El Mercurio, Martes 15 de Noviembre de 2011
Diario El Mercurio, Martes 15 de Noviembre de 2011
http://blogs.elmercurio.com/columnasycartas/2011/11/15/discriminacion-y-dignidad.asp
Señor Director:
Don Carlos Peña frecuentemente mezcla razones y humores. Casi cada semana, una de sus fijaciones somos los católicos y la Iglesia Católica. Es lamentable, porque ello dificulta el debate y no permite centrar las discrepancias allí donde verdaderamente están.
Su último artículo, que contiene muchas buenas ideas, comienza con la caricatura de identificar una postura ideológico-política (el conservadurismo) con una práctica religiosa (persignarse o golpearse en el pecho).
Los cristianos nos persignamos recordando la cruz de Cristo y el dogma de la Santísima Trinidad. No lo hacemos porque se haya aprobado o no aprobado un proyecto de ley. Al contrario, no invocamos el nombre de Dios en vano y sólo ante Dios nos golpeamos el pecho.
Entre nosotros existen conservadores, liberales, socialistas, comunistas, y dentro de cada categoría todo tipo de posturas. En parte ello deriva de la opción religiosa, en parte de la libertad cristiana.
Don Carlos Larraín es seguro que no se persignó al aprobarse en la Sala del Senado el proyecto de ley sobre medidas contra la discriminación. Planteó una opción válida y un temor fundado: su opción es de respeto por la igualdad (que no es lo mismo que igualitarismo) y su temor es que —como en muchos países— la no discriminación sea el Caballo de Troya para el matrimonio homosexual.
Seguramente se golpeó el pecho, pero no fue en el Senado sino en el comienzo de la misa dominical. Allí también se persignó.
Ojalá el señor rector no continúe mezclando sus humores anticatólicos con sus razones libertarias, siempre valiosas y a menudo discutibles.
Jorge Precht Pizarro
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