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VÍRGENES DE CHILE ERICK POHLHAMMER

Pohlhammer como antipoeta
por Ignacio Valente
Revista de Libros de El Mercurio. Domingo 20 de mayo de 2007
http://letras.s5.com/ep180409.html


Hace unos veinte años, Erick Pohlhammer alegró el panorama de la
poesía chilena con sus aires coloquiales que se movían entre lo
juguetón y lo naif. Hoy retorna con unos versos que no desdicen de su
desempeño inicial.

Las "Vírgenes" del título (advocaciones varias de la Virgen María) son
más bien un pretexto literario: son los nombres de un interlocutor
vagamente sagrado que preside cada poema, y con quien el hablante
puede dialogar en forma de petición, puesto que estos poemas no
podrían escribirse en tercera persona ni ser monólogos en primera. Así
desde el primer texto, dirigido a la Virgen de Lo Vásquez, donde el
poeta se deja caer sin retórica alguna, con más simpatía que
profundidad, y con un buen humor a costa de sí mismo: "Seré franco
contigo / Para llegar hasta aquí / Hasta tu luminiscente presencia /
Me arrastré arrodillado por la quemante carretera / Aunque sólo a lo
largo de cincuenta metros / A lo más sesenta / Y con las rodilleras de
arquero que uso para jugar a la pelota los domingos".

En seguida Pohlhammer agarra el hilo de su recurso principal: la
enumeración caótica, o sucesión de elementos heterogéneos que en su
misma discontinuidad intentan asir un sentido poético: "Haz que nos
salvemos todos sin excepciones / Los médicos alópatas y los médicos
naturópatas / El rey de Rusia y la reina de Inglaterra / Los
profesores de ciencias naturales / Los jurisconsultos argentinos / Los
pescadores de merluza y de jurel / Los redactores de anuarios
farmacéuticos"...

El procedimiento recuerda obviamente a Eduardo Anguita: "Nuestro Señor
Jesucristo subió al Calvario por el Chico Molina / Murió
exclusivamente por la señora Hortensia / Por los caldeos por los
intermediarios los soberbios los jordanos los Meneses los
ejecutivos...". Y cuando se enumeran nombres propios o títulos, el
precedente inmediato es Parra: "Acepto cualquier cargo / Conservador
de Bienes Raíces / Director General de Bibliotecas / Director de
Correos y Telégrafos... Así Pohlhammer: "Murió Doménico Modugno Murió
Pedro Aguirre Cerda / Murió Isabel la Católica / Murieron Parménides
Heráclito Sócrates", y más nombres hasta donde se quiera. Incluso las
enumeraciones autobiográficas de nuestro autor siguen el mismo modelo
parriano: "Tengo treinta años mi signo es Sagitario por desidia no me
he inscrito en el Registro Electoral / Conozco bien la diferencia
entre estambres y pistilos / Nunca me he casado"...

Usar la enumeración caótica como recurso dominante es un visible
exceso; pero no por eso resulta menos hábil ni expresivo ni
refrescante, y sus modulaciones sintácticas y conceptuales son
variadas. Espero, sí, que el poeta sea capaz de superar este parámetro
casi único en favor de la diversidad.

Pero, más allá de ese recurso, es toda la escritura de Pohlhammer la
que se remonta a Parra: "Tú que caminas acariciando precipicios /
Arrastrando tu eterno vestido de novia / Por los despeñaderos y
abismos más temidos / Enséñanos a andar por el borde de las tumbas /
Que parecen camas que parecen calles / Que parecen muelles mirando el
horizonte". O bien: "Ella fingía inocencia ante mí / Yo ignoraba de
dónde sacaba la plata / Ella decía que eran ahorros de infancia /
Tenía unos muslos color miel de palma"...

Se diría que un influjo tan integral de Parra quita identidad propia a
Pohlhammer, y en buena medida ocurre así. Pero debemos reconocerle, no
obstante, diversos méritos: su elemento lúdico, su soltura, su
espontaneidad, la flexible multiplicación de sus hablantes dramáticos:
un padre de familia, un borracho, una monja, una prostituta, un
escritor frustrado, un delincuente... También, aquí y allá, escribe
versos memorables, como "Recuérdanos que la muerte jamás fracasa". En
suma, y a pesar de las serias limitaciones ya mencionadas, hay algo
que nos gana en esta poesía: tal vez la gracia ligera y empática de un
poeta que no se toma en serio a sí mismo ni a la poesía, ni pretende
ser nadie en especial: esa humildad poética, esa leve ironía a
expensas de sí mismo, que es hoy un bien escaso dentro del género.

...


Dios te salve, Pohlhammer

Por Juan Manuel Vial
La Tercera Cultura, sábado 2 de junio 2007
http://letras.s5.com/ep200809.html

El singular conjunto de plegarias reunido en Vírgenes de Chile -título
del cuarto libro de poesía publicado por Erick Pohlhammer- amplía el
alcance de la invocación religiosa hasta límites desconocidos,
liberándolo de cualquier atisbo de mojigatería y enalteciéndolo a
través de giros llenos de sinceridad y humor. Esto sólo es posible
gracias a que los múltiples hablantes que dan voz a este volumen
-pecadores chilenos, como casi todos nosotros- están convencidos de
que la Virgen María, bajo cualquiera de las 35 identidades propuestas
por el autor (Virgen de Linares, Virgen de Melinka, Virgen de Quebrada
de Alvarado, etc.), es, de verdad, Nuestra Mamacita Linda, o sea, es
un ente tibio y accesible, muy diferente en ello al Padre
Todopoderoso: "Para Marx al menos soy un factor de producción/ Para
Dios en cambio sólo soy un trompo/ En manos de un niño pérfido".

En el primer verso del poema Virgen de Concepción, el hablante le pide
a la "Luminosa Señora Amorosa" del título "que nos salvemos todos sin
excepciones". Una estrofa más adelante, el generoso petitorio sigue
así: "Tú que todo lo puedes grita a todo pulmón/ Sálvese el aguatero
del Arrieta Guindos/ Sálvense el pintor de brocha gorda y el pintor de
domingo/ Sálvese el cura de aldea por más pedófilo que sea/ Sálvense
los deudores y los acreedores/ El agente encubierto sálvese/ La cajera
del supermercado Las Brisas sálvese/ Las vecinas del quinto piso
sálvense/ Los maestros chasquillas y los maestros serios sálvense".

Otras veces, el pedigüeñeo se hace más franco, detallado y preciso, y
es en esos momentos de confianza -o de franca patudez- que las
plegarias alcanzan niveles máximos de simpatía, como en Virgen de Viña
del Mar: "Santísima Cancerbera de las Puertas Perladas del Edén/
Acéptame como jardinero del Paraíso"; o en Virgen del Parque Forestal:
"Revierte mi convicción de que valgo callampa/ Estoy desesperado por
ser alguien en el mundo de las letras/ Por ganarme un concurso
literario/ Me muero por firmar libros en la feria de Guadalajara// Si
ello no es posible/ Si no está en tus manos cursar mis deseos/
Transfórmame en vocero de las metáforas celestiales/ O hazme un
instrumento de tu pus".

En un par de ocasiones, la piedad del hablante da pie a la confesión
lúbrica. Es el caso del poema Santa Magdalena, Virgen de las Oficinas
de Santiago Centro, alocución en que la funcionaría que invoca a la
Magdalena bíblica admite, muy suelta de cuerpo, haberse revolcado con
medio mundo -"Me acosté con el jefe de recursos humanos/ Me acosté con
mi jefe directo/ Me acosté con el encargado de despachos/ Me acosté
con el encargado de mantenimiento/ En la mesa de la sala de reuniones/
Me acosté con el encargado del aseo"-, aunque no por ello queda
liberada de rogar por discreción: "Misericordiosa y cerúlea Santa
Magdalena/ Tú que entiendes de estas cosas/ Probablemente con lujo de
detalles/ Sólo te pido que te muerdas la lengua/ Y no le cuentes nada
al júnior".

Los poemas de Pohlhammer están construidos con la argamasa de la
antipoesía -el autor no le teme a la rima consonante, se engolosina
con suculentas enumeraciones, utiliza expresiones llanas-, pero, al
mismo tiempo, hay en ellos ciertos giros culteranos que contribuyen a
descoyuntar con frecuencia el ánimo antipoético imperante, lo cual, a
su vez, permite que este libro, de por sí unitario, deleite al lector
con una exquisita cantidad de variaciones sutiles. Por otro lado, el
peso lírico de algunos versos es innegable; prueba de ello es que
pueden citarse fuera de contexto sin perder profundidad ni resonancia:
"Líbrame de mi buitre subjetivo"; "Esfúmame entre tus faldas";
"Recuérdanos que la muerte jamás fracasa"; "Desnudos somos todos
crespos".

En resumidas cuentas, sólo queda rogarle a la Altísima que Erick
Pohlhammer no tarde otros 20 años en publicar su próximo poemario.
Lamentablemente, el último verso del libro no nos asegura nada al
respecto: Virgen del Humo: "Ya somos uno".

Ediciones Bordura
A Pamela Presser
Virgen de San FernandoBaila conmigo por última vez Santísima Virgen
Ya sólo soy un vaso de agua sin vaso y sin agua
Déjame asirte de la cintura de tu silueta inasible
Hasta que la muerte me dé otra clase de baile

Virgen de Caldera
Vaporosa y abstracta Virgen de Caldera
Líbranos del gallinero emocional en que vivimos
Líbranos de la tendencia a la molicie
Del apego al pasado doloroso
Del apego al dinero puro y duro
Del apego a los baños de sol
Líbranos del alarido seductor de la concupiscencia
Líbranos de la maldad de los generosos
Líbranos de las deudas de mediana intensidad
Líbranos de este horrible gusto a sal amarga
Con tu luz indolora
Líbranos del fango de la depresión
A pobres y ricos y sabios  y lerdos
Ante todo por supuesto líbrame a mí
Del infierno que me quema desde que era una muchacha
De lo de más no te preocupes
Con mi casita de adobe ya estoy bien

Virgen de Quintay
Virgen del Gen de la Genuina Gentileza
Líbrame de mi buitre subjetivo
Impide que me amarre una roca al cuello
Y me lance al mar con los ojos abiertos

Virgen de Lebu
Al final
Todo termina en funeral

Menos mal

Santa Magdalena, Virgen de las Oficinas
De Santiago Centro
Me acosté con el jefe de recursos humanos
Me acosté con mi jefe directo
Me acosté con el encargado de despachos
Me acosté con el encargado de mantenimiento
En la mesa de la sala de reuniones
Me acosté con el encargado de aseo
Me acosté con el director de exportaciones
Me acosté con el director de importaciones una vez
Me acosté con mi compañero de escritorio
Me acosté con el subdirector de importaciones
Con el señor que arregla los teléfonos
Con el señor que tapiza las sillas
Con el caballero que trae la correspondencia
Fue rápido pero fue
En eso debo ser sincera
Me acosté con mi subjefe directo
Me acosté con el jefe de contabilidad
Me acosté con el jefe de planificación
Me acosté con el gerente general
Me acosté con mi compañera de escritorio
Un día que se me venía el mundo abajo
Me acosté con el reponedor de cocacolas
Me acosté con el asistente de finanzas
Que en paz descanse
Me acosté con el nuevo asistente de finanzas
Me acosté con el director de presupuestos
Misericordiosa y cerúlea Santa Magdalena
Tú que entiendes de estas cosas
Probablemente con lujo de detalles
Sólo te pido que te muerdas la lengua
Y no le cuentes nada al junior

Virgen de Talcahuano
Acepté correr la carrera de las ratas
El que corre más rápido
Llega primero al cementerio
Dame lentitud Virgen numinosa
Esfúmame entre tus faldas
Celebra como tuya mi derrota

Virgen de Chile Chico
Resulta que ayuno toda la semana
Resulta que sólo escucho programas religiosos
Resulta que pego santos en el living
Resulta que ya no tengo vicios
Resulta que me sacrifico por los míos
Resulta que me sacrifico por los suyos por los nuestros por
      los vuestros
Resulta que hago las comidas con cariño
Resulta que dejé la mantequilla
resulta que rezo en posición invertida
Apoyando los talones en el muro
Permitiendo que la sangre me hierva en la cabeza
El resultado es nulo por completo
Sigues brillando por tu ausencia

Virgen de Avenida Matta
En esta micro llena vamos todos vacíos
Al menos cólmanos con tu misericordia
Mientras el ataúd que nos transporta
Hace lo imposible por llegar a su destino

Virgen del humo
Ya somos uno

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