Las semillas vuelan de polo a polo
en las alas de las aves migratorias
Publicado en El Pingüino
Domingo 14 de diciembre de 2014, Punta Arenas
Una versión de esta información
muy similar a la aparecida en
el periódico de Punta Arenas,
ha sido publicada recientemente
en el diario El Mercurio de Santiago
el viernes 9 de enero de 2015.
La publicación aludida aparecida en PeerJ
se encuentra disponible acá:
Los resultados de un estudio que buscó la explicación
para las similitudes de la flora subártica y subantártica
serán presentados en el Congreso Mundial de Briología
Puerto Williams, en enero de 2015.
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Desde la época de Darwin,
los biólogos se han preguntado
por qué son especialmente abundantes y diversos
los musgos, cianobacterias, hongos, algas y otras partes,
en lugares tan distantes entre sí, como los más lejanos
confines de América del Norte y el extremo sur de Sudamérica.
Ahora los científicos dicen saber la razón:
las aves que vuelan largas distancias llevan en sus plumas
las esporas de plantas y fragmentos cuando migran al sur
en el invierno boreal, según un estudio publicado
en la revista de acceso abierto «PeerJ».
La investigación denominada
«Primera evidencia de diásporas de briofitas
en el plumaje de las aves migratorias transecuatoriales»,
fue dirigida por la botánica Lily Lewis,
de la Universidad de Connecticut.
Ella analizó las plumas del pecho tomadas
de las aves migratorias que anidan
en la Ladera Norte de Alaska.
Allí encontró 23 pequeños trozos de musgos,
hepáticas, cianobacterias, algas y hongos
incrustados en plumas delanteras de las aves
que salen del Ártico hacia el sur.
Las piezas de la planta eran «diásporas»
término botánico para las unidades
que originan el crecimiento de las plantas
en nuevos lugares), dijo Lewis.
«Yo no estaba segura de si estábamos
buscando una aguja en un pajar
cuando empezamos el proyecto.
Me sorprendió la cantidad de partes
de las plantas que encontramos», expresó la botánica.
Aunque el viento es el principal medio
para la dispersión a larga distancia
de diásporas por todo el mundo,
es un candidato poco probable
para explicar la distribución
entre los hemisferios.
Así, el descubrimiento
de las diásporas en las plumas
es evidencia directa
de que las aves migratorias
están propagando las plantas
de las regiones polares,
también conocida
como la distribución "bipolar",
según la investigadora.
La creencia es que los fragmentos de plantas
se dejan caer en el suelo con las plumas,
durante los desplazamientos migratorios,
durante la muda estacional, cuando
se intercambian las plumas viejas por nuevas.
• Al otro extremo
Las aves cuyas plumas sirvieron para este estudio,
anidan en verano en la ladera Norte de Alaska
y de la isla de Bylot, en el territorio Nunavut de Canadá.
Se trata de chorlitos dorados estadounidenses,
correlimos semipalmeado y falaropos rojos,
aves conocidas por sus migraciones
de larga distancia entre zonas
de reproducción árticas y sudamericanas.
Las muestras de plumas fueron reunidas
por un equipo de diez biólogos que trabajan
en la Red Ártica de Demográficos de Aves Playeras,
en sus otros estudios de aves y plumas
durante temporadas de campo,
en los veranos del 2008 al 2013.
Ellos encontraron un total
de 23 fragmentos de plantas
que quedaron atrapados
entre las plumas de las aves,
que estaban a punto de partir
hacia América del Sur.
Entre los investigadores
que trabajan en el proyecto
hay tres estudiantes para los
que esta fue la primera experiencia
de investigación científica.
«Realmente no tenía idea
de lo que nos íbamos a encontrar»
señaló Emily Behling,
una bióloga estudiante
del último año en la
Universidad de Connecticut.
«Cada pluma era como
un billete de lotería».
• Vuelan por el mundo
Todavía se desconoce mucho
acerca de la ruta de las aves,
porque puede variar bastante,
comentó Lewis.
«Algunas parecen detenerse
solo en raras ocasiones,
por tormentas o problemas inusuales,
y otras emigran sobre
las aguas abiertas del océano,
donde la gente, por lo general,
no las ve», afirmó.
Pero el mérito de la propagación de la flora
no está solo en las aves, sino también
en las características de las plantas
que transportan.
Alrededor de la mitad de todas las especies
de musgo puede autofertilizarse
para producir descendencia
y muchas pueden crecer como clones.
Para estas plantas, sólo se necesita
un único evento de dispersión exitosa
para establecer una nueva población.
El comportamiento de las aves migratorias
en el norte promueve probablemente
su adquisición involuntaria de la diáspora,
según el estudio, puesto que sus nidos
son depresiones poco profundas
que construyen raspando el suelo
con el pecho, las patas y el pico
y, por lo general, están
llenos de materiales vegetales.
El momento de la muda
y el comportamiento migratorio
también eleva la probabilidad
de la dispersión de semillas
en toda el área de migración de las aves.
La muda posmigratoria
y los destinos terrestres
de los chorlitos dorados americanos
y los playeros semipalmeados
son consistentes con los requisitos
para la dispersión a través
de la línea ecuatorial.
• Biología
Esta línea de investigación
es de especial interés para los científicos
de Conservación Biocultural Subantártica que se
desarrolla en el Parque Etnobotánico Omora de Puerto Williams,
una iniciativa de las universidades de Magallanes
y de North Texas, y el Instituto de Ecología y Biodiversidad.
Su director, el Dr. Ricardo Rozzi contó que este estudio
será uno de los más destacados que se presentarán
en el próximo Congreso Mundial de Briología,
a efectuarse entre el 11 y el 15 de enero de 2015,
en la capital de la Provincia Antártica.
El encuentro organizado por las mismas universidades
y la de Connecticut, además del Instituto de Ecología
y Biodiversidad y la Asociación Internacional de Briología.
En él se reunirán científicos dedicados al estudio
de los musgos, las hepáticas y todas las plantas
no vasculares, es decir, que no tienen
conductos que transporten savia.
Según explicó Rozzi, pese a su miniatura,
los musgos tienen una gran importancia
porque pueden ayudar a iluminar los procesos
que dan forma a la biodiversidad global.
«Sin ellos como base, no se forman los bosques después», recalcó.
Lo anterior nos debe llevar a reflexionar
sobre la importancia de que las aves
mantengan sus hábitats saludables,
para asegurar su conservación
y de las plantas que llevan entre sus plumas.
«Si la ciencia no pone la lupa
sobre lo pequeño,
la humanidad podría perder lo grande
que ha llegado a tener», concluye Rozzi.
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