Nuestro héroe de carne y hueso
(Isabel Devés, su señora, heroína a la par...)
No sé describir qué es lo más imborrable
de la personalidad de Juan Andrés Elton:
su sonrisa, su simpatía, su sencillez,
su valor, su bajo perfil, su alegría,
su sentido del humor, su familia,
su espíritu solidario, su tremenda paciencia
y su contagiosa impaciencia a la vez;
lo valioso e interesante de su obra como arquitecto
en colaboración con Isabel Devés, su mujer,
(incluyendo el magnífico y autosustentable
Edificio de Ciencias y Tecnología 'Francis Provenzano'
y otras obras y capillas colaborando con el Father Plasker
y otros sacerdotes de la Congregación de Santa Cruz)
su labor social, su calidad de maestro
y su calidez de entrañable amigo.
Su carácter ejemplar como padre, hijo y esposo.
Sólo alguien como él
pudo darnos tamaña lecciones de coraje
como cuando hace cuatro años
nos escribió a todos, animándonos,
ante un trance tremendo por el que pasaba
como lo siguiente:
Aqui houston, me encuentro
en el hospital mdanderson
a punto de entrar a cirugia
por un tumor maligno
ocasionado por metastasis de melanoma.
Gracias por su preocupacion
y espero que todo salga bien.
Un abrazo y espero verlos pronto,
Andres Elton
En una respuesta a un mail mío
que envío en mi condición de pelafustán
me contesta:
"No sabes lo apropiada que encuentro la palabra pelafustan,
ahora que uno mira la vida desde otra perspectiva ,
se hace presente la condicion pelafustanesca de nuestra naturaleza.
Con orgullo, me inscribo tambien, en el grupo de los pelafustanes.
Un abrazo y gracias por el animo y oraciones andres elton"
Hace poco hablé con él. El Negrito lo fue a ver.
Y las cosas siguen más bravas que nunca.
Pero ahí está Andrés,
su increíble mujer, Isabel,
su familia...sus amigos, enseñándonos
las lecciones más grandes,
de la forma más sencilla, valerosa y noble.
Mi héroe favorito del cual no soy
digno de considerarme su amigo...
Lo único que atino, cada vez
que pienso en él y en los Elton Devés,
es orar...fervorosamente todos los días,
por estos seres luminosos y sencillos,
que con un sufrimiento silencioso
y un espíritu a toda prueba
nos iluminan el camino.
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ResponderEliminartuve la fortuna de conocerlo, ser su alumno en la universidad central... admiré su manera de enseñar, su paciencia y voluntad para con el aprendizaje; pero lo que mas admiré fue su sencillez, a pesar de sus títulos y experiencia, por esto y otros destacó en un mundo lleno de egos personales y altanería.
ResponderEliminargracias Andrés