por Edgardo Marín
Diario El Mercurio, Deportes
Miércoles 8 de Febrero de 2012
http://diario.elmercurio.com/2012/02/08/deportes/columna/noticias/6E6A8DBA-9384-4BF3-8144-2D1F3F0C2DD5.htm?id={6E6A8DBA-9384-4BF3-8144-2D1F3F0C2DD5}
Unos dicen que su rápido ascenso lo consiguió gracias a los contactos de su hermano Chris en el hampa, como Frank Sinatra. Tratándose del boxeo, todo es posible. Otros creen que sólo se debió a su capacidad. Tampoco hay acuerdo respecto a por qué cambió de nombre. Unos dicen que se unió a sus hermanos -Joe era el tercero- en homenaje a un viejo boxeador. Otros sostienen que se trató de evitar la reprimenda de sus padres, que no querían que fuesen boxeadores. Lo concreto es que pasaron de apellido Mirena a Dundee. Hace unos días murió Angelo, a los 90 años, tras una vida en el rincón que atendió a 15 campeones mundiales.
Entrenador de los dos más grandes artistas del ring de todos los tiempos, Muhammad Ali y Sugar Ray Leonard, Angelo Dundee es también considerado el mejor de los mejores en lo suyo. Astuto, observador, rápido, logró la adhesión de sus dirigidos, incluso la de Ali, que llegó a él como Cassius Clay y que no obedecía a nadie: ni al gobierno, que intentó sin éxito enviarlo a la guerra de Vietnam. Dundee también era leal y no abandonó a su estrella durante el exilio deportivo al que fue injustamente condenado y lo acompañó hasta su triunfal y legendario regreso, tres años más tarde.
Hace algunas semanas lo volvió a acompañar, cuando Ali cumplió 70. ¡Cuántas historias entre ambos! Como cuando Dundee hizo aflojar las cuerdas del cuadrado para facilitar que su estrella se recostara en ellas para terminar ganando a George Foreman en el "Rumble in the jungle" para recuperar el título. O cuando rompió uno de sus guantes para aprovechar el tiempo del recambio para recuperarlo de un mal momento ante Henry Cooper.
Pero no estuvo de acuerdo con Ali cuando éste humilló al ex campeón Floyd Patterson, estirando cruelmente una pelea unilateral, porque se había rotulado al combate como "Cristianismo versus Islam". No le gustaba la crueldad a Dundee. Prefería la astucia. Como cuando tuvo que luchar contra la adicción al sexo de Willie Pastrano, que alcanzaba su máxima intensidad antes de cada pelea. En una ocasión -en el recuerdo del periodista Robert Lipsyte-, ante la imposibilidad de hacerlo cambiar, lo hizo hipnotizar y convencer de que el sexo fortalecía las piernas. Lo malo fue salió del trance antes del fin del combate y terminó arrastrando las piernas...
Supo Dundee tratar a cada uno según su personalidad (ojo, técnicos futboleros) y a John Holman, un peleador sin opción, lo convenció de que era "Big John" y de que llegaría a tener su soñada casa con ventanas con persianas. Y cuando llegó a pelear con el famoso Ezzard Charles (en desventaja de 1 a 8 en las apuestas) y estaba por retirarse por el castigo recibido, Angelo le dijo al oído: "Este tipo te está robando la casa. Se está llevando las ventanas con persianas". Ganó Holman por KOT al noveno round...
A Ali -más ojo, futboleros- nunca le dio órdenes obvias (sí, pues, si el campeón no era tonto) y jamás se metió en sus decisiones personales. Aparentaba que su dirigido elegía su forma de entrenamiento y prefería orientarlo por persuasión. Trataba con gentileza a los Musulmanes Negros cuando aparecían en el campo de entrenamiento. Porque nunca discutió de religión ni de sexo con él.
Y siempre dijo que "Ali igual habría sido un gran campeón sin mí". Su idea (última ojeada, futboleros) era que, finalmente, los únicos actores son los deportistas.
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