por Hernán Felipe Errázuriz
Diario El Mercurio, Sábado 31 de Diciembre de 2011
Diario El Mercurio, Sábado 31 de Diciembre de 2011
http://blogs.elmercurio.com/columnasycartas/2011/12/31/tiempos-interesantes.asp
Mi amigo querido, el economista Álvaro Bardón, sostenía que los economistas no sabían nada de economía. Repetía incesantemente que sus doctorados y maestrías eran incapaces de predecir las crisis y recuperaciones económicas. He terminado por convencerme de que Bardón estaba en lo correcto. Sólo uno que otro pesimista redundante anticipó la crisis financiera. Los demás no asumían las consecuencias del estado de bienestar a crédito, del sobreendeudamiento, de la burbuja inmobiliaria y de los déficits fiscales.
Lo mismo vale para la política internacional: casi ningún experto anticipó la desintegración de la Unión Soviética, la caída del muro de Berlín, la primavera árabe y otros acontecimientos que cambiaron la reciente historia contemporánea.
Por lo mismo, cuando se proyecta el 2012, las palabras más repetidas son volatilidad de los mercados, incertidumbre y un sombrío panorama internacional. Así no se equivocan, y si las cosas mejoran, todos felices.
En 2012 tres de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas tendrán elecciones reñidas (Estados Unidos, Francia y Rusia) y un cuarto (China) un nuevo presidente. Salvo que se afecte directamente la seguridad nacional de sus países, sus líderes evitarán involucrarse en el campo internacional. Este vacío anticipa mayor violencia en África, en los países árabes y, por cierto, en Afganistán y Pakistán, por el comienzo del retiro de las tropas norteamericanas en esa zona, como ya sucedió con su repliegue de Irak.
En América Latina no habrá otra elección más importante para el continente que la de México, pero allí no se esperan ramificaciones para el resto de Latinoamérica, como podría suceder con las elecciones en Venezuela. El futuro del régimen chavista incide en Cuba, Bolivia y en sus aliados del ALBA y depende de la salud de Chávez y de la difícil unidad de sus opositores. Evo, también debilitado, continuará con sus monsergas reivindicacionistas en contra de Chile, pidiendo concesiones sin nada a cambio y preparando la denuncia del tratado de paz de 1904. Humala tendrá que equilibrar las frustraciones de la izquierda peruana y la creciente influencia de sus asesores militares y nacionalistas, atentos a instrumentalizar las relaciones con Chile y a las alegaciones que se escucharán en La Haya.
La clave de 2012 continuará siendo la economía que, para muchos, seguirá deteriorándose en Europa, mientras pausadamente se recupera en Estados Unidos: de ello depende la suerte de Obama, que para reelegirse tendrá que aumentar el empleo, lo que tampoco se ve fácil mientras subsista la crisis inmobiliaria en ese país.
Desde la Finis Terrae los chilenos observaremos tiempos interesantes, sabiendo que saldremos salpicados de las adversidades de los mercados y de los vecinos, pero con crecimiento económico y con un gobierno que no descuida las finanzas y que está abordando con seriedad los problemas heredados de salud, empleo y educación. Feliz año 2012.
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